Opinión

Entre el corrupto y el corruptor… está el detalle de distinción

Vaya si me quedé corta con lo que intuí la semana pasada sobre lo que resultaría de la visita del Juez administrativo Ulises Oswaldo Rivera González al recinto de la elefante ELY en el Zoológico San Juan de Aragón-CDMX, por cuanto lo que supuestamente sería una diligencia… di-li-gen-cia… se tornó en un improcedente paseo familiar con la consecuente resolución a favor del Gobierno capitalino y en contra de la parte quejosa. Les cuento…

Juez administrativo Ulises Oswaldo Rivera González

Juez administrativo Ulises Oswaldo Rivera González

Resulta que en la semana fue subido a Tik Tok material en el que aparece la abogada Susana Evelia Ramírez -quien desde el Despacho que preside, Va por sus Derechos, representa a ELY- visiblemente indignada, dando a conocer con santo y seña cómo había procedido ese acto de autoridad que en realidad se convirtió en un paseíto privilegiado para el Juez y su familia, quienes hasta fueron favorecidos para conocer a una “jirafita bebé”. De esa forma y teniendo si acaso a un metro de distancia protegida a la maravillosa ELY, la resolución, of course, fue viciada por la emoción, la consabida cháchara del encargado de los zoos capitalinos y, obvio LA RECOMENDACIÓN, restándosele circunstancia similar a la parte solicitante del Amparo. Siendo así y tras escuchar la puntual descripción de lo sucedido, que hasta el momento no ha sido desmentido, no puede más que entenderse la resolución en negativo por parte de quien sin ningún conocimiento en la materia y en actitud totalmente servil cumplió el deber que le fue asignado y… va mi resto… previamente acordado, porque lo que es que saber sobre elefantes y menos sobre su bienestar, imposible.

Lo anterior deja sabor de absoluta y descarada corrupción. Por parte de uno para quedarle bien a la Dra. Sheinbaum, apuntalándose para lo que se ofrezca, y el otro para obtener bajo total soberbia un beneficio acorde a su capricho, pese a que la estancia de ELY en exhibición, porque como tal la usan, no corresponde al supuesto compromiso de los zoológicos respecto a su labor de conservación y educación, pues… ¿cómo poder entender en absoluta soledad a un animal de vida necesariamente gremial y luego hasta visiblemente adolorido? Que se me explique para entenderlo, porque en-tién-da-se que solamente se está solicitando que expertos sin conflicto de interés (y por lo tanto extranjeros) puedan evaluar a ELY, tal como a la distancia lo ha venido realizando la Dra. Joyce Pool, Directora Científica de la organización Elephant Voices, cuestionando el estado mental de la criatura con respecto a la soledad en la que vive. Eso es todo y, claro, asumir al final y sin más pretextos la mejor conveniencia para ELY, que merece, si procede, la oportunidad de ser rehabilitada 24/7 por expertos y sin apuros presupuestales. Por cierto…

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Curioso resulta que previo a la diligencia referida la abogada de ELY fuera citada por el Juez a una audiencia de carácter constitucional, pero a la que no convocó a la parte contraria, con quien presumiblemente se reunió por separado, concluyendo, ¡ah jijos!, que “ELY está mucho mejor que muchas personas en México”, evidenciando con ello haber desatendido las pruebas aportadas por la parte quejosa, entre ellas, las diversas aportaciones de Amicus curiae expertos en Derecho Animal y etología. ¡Tramposo!

El juicio concluyó pero fue interpuesto un “recurso de revisión”, aunque se teme el resultado porque fue el mismo Juez Rivera González quien eligió al tribunal. No, pos así sí…

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