Opinión

PST PST… Dra. Sheinbaum, por ahí le hablan...

Animalidades

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“Es propio de aquellos con mentes estrechas, embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza”. La frase es de Antonio Machado (1875-1939), y con todo lo que expresa, espero de corazón que no le ajuste a doña Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de CDMX, y que siendo así, se tome el tiempo necesario, sobre todo con apertura de mente (difícil en una científica), para atender la defensa que de sí misma (a través de su álter ego Diana Valencia) ha venido haciendo por años la elefante africana ELY, prisionera en el Zoológico de San Juan de Aragón, y proceda en consecuencia respondiendo… si no quiere hacerlo de cara a una sociedad que se lo exige, por lo menos atendiendo el Punto de Acuerdo presentado por la diputada local Gabriela Sodi Miranda, quien a través de esa figura legislativa recientemente exhortó a la ProFePA y a la SedeMA para que sean verificadas las condiciones de la criatura a la que la perredista considera bajo aislamiento improcedente, por la misma naturaleza de la especie, y con esteriotipias como resultado de una situación anómala, que es grave y delicada en cualquier especie cautiva, máxime en este caso, al no tratarse de un individuo que forme parte de algún programa de conservación, como no sea, agrego yo, futuramente en formol o para complementar la colección del Museo de Historia Natural, ya que por otra parte y siendo honestos, más allá de las inadmisibles justificaciones técnicas para mantenerla así, está la resolución del Juez Ulises Oswaldo Rivera González (quien determinara como innecesario su traslado), que tal parece le fue instruida desde el GCDMX porque… respetuosamente preguntando… ¿qué sabrá ese señor sobre elefantes? Total, si está tan bien ELY como aseguran los supuestos responsables de su manejo o si de verdad resultara imposibilitada para viajar, ¿por qué impedir que mejor la examine un experto foráneo que por ello mismo no presentaría conflicto de interés?, pero…

Mientras se cavila lo anterior, pido reflexionar sobre lo que la misma ELY nos cuenta de su triste historia, pidiéndonos de entrada que imaginemos estar en su lugar. En un sitio árido cercado por tubos de metal donde pasará el resto de su vida sin la compañía de otros animales o de algún congénere como cuando vivía MAGUI, que aunque elefante asiático, al menos podía mirarla cercanamente, escucharla, pero sobre todo sentirla.

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ELY nos pide asimismo recordar la angustia y desesperación que nos abatió durante el aislamiento pandémico, porque es justo lo que ella siente, pero, sin esperanza de que el periodo termine en algún momento, quedando obligada entonces y de por vida a pasar sus días en absoluta soledad y sin estímulos para mantener su mente activa, puesto que ya se sabe de memoria el dizque enriquecimiento ambiental y para el comportamiento que antropocéntricamente le diseñan sin variarlo y se aburre. Nos cuenta que pasa las jornadas viendo el mismo paisaje, atarantada durante el día por el sonsonete de la gente que pasa frente a ella, incluso aplaudiéndole cuando menea su cuerpo creyendo que baila, cuando es una clara manifestación de su mal estar. Igualmente nos hace reflexionar sobre la cantidad de kilómetros que en manada suelen caminar a diario los elefantes (en libertad y también en santuarios controlados perimetralmente), permitiéndoles explorar, resolver retos y buscar alimento variado y sano. Que en cambio ella deambula unos cuantos metros y dificultosamente, estrujada por el dolor, y sin ningún interés. Nos observa puntualmente una verdad indiscutible, como es su necesidad primordial de convivir en familia al igual que lo necesitamos los humanos como seres eminentemente sociales que somos y que para complementar nuestro bienestar requerimos además del contacto físico y la convivencia diaria. Que tras haber sido explotada por un circo durante 25 años, ya no gusta de ser exhibida como atracción sin más propósito. Y que por esto y más que no se concreta a un parte médico, es su derecho por vez primera sentirse elefante, dado lo cual nos invita a firmar la petición de su traslado a santuario entrando a: Change.org/LiberenaEly, donde ya casi sumamos las 200 mil personas que en principio se buscan alcanzar. ¿Quiénes más se apuntan? ¡GRACIAS!

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