Nuestras creaciones mentales
Siempre respondemos ya sea acertada o erróneamente al modo en que percibimos todo lo que vemos y acontece a nuestro derredor. Y así es como actuamos y nos comportamos en la vida. De ahí la importancia de adentrarnos en nuestro ser para acercarnos cada día mas a la verdad, la belleza y la esencia de lo que percibimos, cambiando nuestra mentalidad hacia una mejor perspectiva de lo que es el mundo que habitamos.
En ocasiones, creemos que somos responsables de lo que hacemos pero no de lo que pensamos o viceversa, porque tenemos la idea de que no podemos controlar nuestros pensamientos. Pero la verdad es que somos responsables de todo, porque está en nosotros decidir qué hacer o que pensar.
En realidad, somos la combinación de nuestros pensamientos y creencias. Es lógico pensar que si son correctos tendremos armonía en nuestra vida. Y si, por el contrario, son incorrectos podremos desviarnos y dañarnos a nosotros mismos. Tomemos conciencia de que lo que creemos acaba siendo cierto para nosotros. Solo hay que observar los resultados de nuestras acciones y nuestro sentir para descifrar en que camino estamos.
El origen de nuestros aciertos y errores está en nuestra mente y solo ahí pueden modificarse. Los problemas se resuelven en la mente con los pensamientos correctos, porque la mente es el único nivel creativo que tenemos. La capacidad de crear solamente reside en la mente, entonces lo que fabricamos en ella necesita de nuestra aprobación, es decir, de utilizar nuestro libre albedrío para crearlo, de manera que, aunque creamos que algo es inconsistente, deriva de lo que tenemos en la mente.
En todo caso cuando atravesemos por situaciones difíciles, tratemos de recordar que también son oportunidades de aprendizaje, armémonos de valor, pidamos sabiduría para tomar las decisiones correctas y sigamos fluyendo con confianza en nuestro camino interior.
El mundo global es muy complicado y nuestras vidas individuales también son complejas, por ello es importante crearnos un mundo interior que no dependa de los acontecimientos externos para florecer y encauzarnos a la felicidad, porque si bien no podemos arreglar el mundo, si podemos crear nuestro bienestar interno y seguir nuestro propio camino fluyendo en la vida. Vale la pena mencionar que lo mejor que podemos intentar es el camino espiritual, porque a través de él podemos encontrar muchas de las soluciones a nuestros problemas. Nuestra felicidad y bienestar se forjan en nuestro interior respaldados por cómo procesamos los eventos que vivimos, el amor que tenemos dentro y la pasión por la vida.
Sepamos y aceptemos que la felicidad no está ligada a nada externo, sino a un estado del ser interno, a una sensación permanente de alegría, de gozo, de humildad y de agradecimiento para quien ha creado todo. La auténtica felicidad no requiere sustitutos materiales de ninguna índole, Cuando la tienes, te sientes poseedor de todo y por lo tanto no requieres nada más.
Me gusta mucho esta frase anónima: Cuando no te queda nada más que Dios, te das cuenta que Dios es todo lo que necesitas.
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