Opinión

Crio preservación de órganos para trasplante

Todos hemos escuchado la leyenda urbana de que el cuerpo de Walt Disney está en crio preservación con la instrucción de revivirlo cuando sea posible, lo cual evidentemente nunca ocurriría. Congelar un órgano, recalentarlo y que funcione es mucho más complejo que descongelar un kilo de carne para su consumo.

Uno de los problemas que enfrenta el trasplante de órganos es la conservación del órgano donado, en lo que se puede hacer el trasplante. Con frecuencia el receptor ideal está en un estado diferente de la República y hay que transportar el órgano lo más pronto posible, lo que requiere de un programa que tenga a su disposición vuelos, tanto en aviones como en helicópteros. Lo ideal sería poder preservar los órganos por congelamiento, como se hace con los embriones durante la fertilización in vitro. Si la congelación y descongelación de órganos fuera posible, podrían existir bancos de riñones, hígados o corazones congelados para trasplantarlos en el individuo ideal y en el momento más adecuado. Pero, eso hasta el momento no ha sido posible.

Científicos, cirujanos e ingenieros de la Universidad de Minnesota han dado un paso importante en este sentido. En una publicación en la revista Nature Communications (doi.org/10.1038/s41467-023-38824-8) este grupo demostró que fue capaz de congelar riñones de rata hasta por 100 días, descongelarlos e implantarlos en ratas a las que previamente les habían quitado los riñones. Los resultados en cinco ratas mostraron que los riñones fueron funcionales después del trasplante. Comparado con el grupo control, trasplantado con riñones recién extraídos, la recuperación fue lenta, pero entre los 15 y 20 días del trasplante, todos los parámetros bioquímicos de función renal habían vuelto a la normalidad.

Preservación de hígado para transplante

Preservación de hígado para transplante

Carlos Garcia Pozo

La metodología que inventaron en este grupo la llaman vitrificación con nanocalentamiento. Si un órgano es descongelado, el calentamiento no uniforme entre el interior y la superficie genera la cristalización del hielo y fracturas que lo dañan y lo hacen inservible para trasplante. En este procedimiento, los investigadores perfundieron los riñones a través de la arteria renal con nanopartículas de óxido de hierro, junto con la solución que utiliza para el rápido congelamiento. El órgano vitrificado se mantiene a -150 oC durante días o semanas y posteriormente es recalentado en una espiral de nanofrecuencia que induce campos magnéticos que permiten el calentamiento uniforme de las nanopartículas y así, el riñón se recalienta de manera uniforme, lo que evita la generación de cristales y la fractura.

El resultado del trabajo es impresionante porque la recuperación de la función renal es similar a la que se obtiene con los órganos trasplantados que estuvieron entre 6 y 12 horas en hielo mientras se transportaban a donde se encuentra el receptor. El grupo menciona que ya están trabajando en escalar esto a riñones de cerdo, por lo que, si los resultados son exitosos, no estaríamos muy lejos de que se convierta en realidad para riñones de humano.

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Traigo el trabajo a este espacio como un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se promueve la interacción entre científicos de diferentes disciplinas, en este caso, ingenieros mecánicos, investigadores biomédicos y cirujanos de trasplante. Si se escala esto a riñones humanos, podrían generarse bancos de riñones congelados, lo cual representará un nuevo reto para la salud pública. Nuestro sistema de salud debe de voltear a ver estos desarrollos para imaginarse lo que viene en el futuro y los recursos que se van a necesitar para implementarlo.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM