Opinión

Descorriendo el velo del alma

Así como en el cosmos los descubrimientos astronómicos no dejan de sorprendernos, el tomar conciencia de la existencia de nuestro propio universo interior nos llenará de asombro. Una vez que iniciamos el camino del auto-descubrimiento y empezamos a descorrer los velos de nuestra alma, nos damos cuenta que este camino es inacabable y maravilloso. Observamos que gozamos todo lo externo, pero qué es con la interioridad de nuestro ser con lo que más disfrutamos. Quien es espiritual generalmente nunca se siente solo, porque llega a la comprensión de que todos estamos conectados. Que en realidad tenemos necesidades, ambiciones y defectos semejantes, y que la diferencia solo estriba en que unos lo sentimos o lo sabemos y otros no.

Espiritualidad

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En ese estado de conciencia vemos que nuestras propias cargas y preocupaciones son en sí mismas bastantes. Que no podemos cargar con las de los demás. Que cada quien tiene la responsabilidad de su propia vida. Que todos tenemos un camino propio que recorrer, lo cual nadie más puede hacer por nosotros. Que todos somos aprendices en esta vida y tenemos nuestra propias lecciones qué aprender, las cuales son diferentes para cada uno de nosotros.

También nos damos cuenta que debemos reforzar nuestra interioridad para aguantar los embates que todavía nos aguardan. En realidad, muchas personas han descubierto su propia fortaleza interior al enfrentarse a la desgracia, pero ¿no sería mejor hacerlo con antelación sabiendo que otros se derrumban porque jamás se dieron el tiempo para fortalecer su espíritu?

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Yo creo que en lo único que deberíamos ser avaros, es en la disposición de nuestro tiempo y de nuestra vida, entendiendo que todo lo demás podríamos soltarlo y de todas formas seguiríamos siendo nosotros mismos. Pienso que valorarnos a nosotros mismos, es decir, a nuestro tiempo de vida, antes que al de otros no es ningún pecado.

Tener presente que quien se centra fuera de sí mismo descuida lo de adentro. Por ello, es bueno ser empáticos con los problemas de los demás, pero no permitir que rompan nuestra armonía interior. No debemos desviarnos de nuestra meta personal, la cual debe ser de superación y aprendizaje aún en las circunstancias más difíciles. Por supuesto que la atención al dolor ajeno no debe ser de dientes para afuera, sino de corazón para adentro.

Sería bueno vivir con conciencia y alegría todas las actividades que realizamos y, enfocarnos en todas las cosas bellas de la vida, pues las negativas también arribarán a ella, pero hagamos siempre un esfuerzo por tratar de no cambiar nunca nuestro enfoque positivo. Por lo tanto, cuando existan momentos buenos, hay que gozarlos a plenitud, pues, además parecen pasar más rápido que los aflictivos.

Así que tomemos de la vida lo que nos sea útil; lo demás hay que desecharlo. Tratemos de descubrir la forma de vivir a gusto con nosotros mismos fluyendo en la vida de forma natural, concientizando que somos mortales y que el final arribará para todos por igual.

Mail: corzoalma@17yahoo.com