Cada vez que escribo un libro descubro cuantas erratas contiene, sin embargo, me conformo al pensar que en la siguiente edición podré corregirlas, y llegado el momento me doy cuenta de que nunca puede existir la perfección, seguirán existiendo errores siempre.

En ocasiones escribo sin un orden preestablecido, simplemente voy dejando que vuele el alma, pero en cada escrito descubro una enseñanza para mí misma que busco compartir con ustedes.

Acepto la crítica, pero siento que nadie tiene derecho a imponerte sus ideas, ni de forma hablada ni menos escrita. Siempre digo que cada quien puede escribir su propio libro, yo escribo solo el mío.

Yo sola me condeno, me ensalzo, me culpo, me felicito, me alegro o me entristezco, soy mi mejor juez. Hago todo en la medida que yo misma me auto exijo, si a los demás les parece poco o mucho, ya no es mi problema. He llegado a la conclusión de que nadie externo me hace nada, yo misma a través de mi interpretación me hago todo. Hablo de tristeza, enojo, desesperación, ansiedad, auto devaluación, pero también de alegría, complacencia, auto-estima, satisfacción, y validación de mis acciones.

Ojalá se me juzgue por lo que escribo, más que por lo que digo. Pues la lengua es fácil, veleidosa y pasajera. En cambio la letra es pensada y descrita conforme el alma la dicta.

Siento que debo nada a nadie, que gracias a la ley de la compensación he pagado todas mis deudas. Todo lo que he ganado o he perdido ha sido merced a mi virtud o a mis errores. Soy responsable. Pero también siento que nadie me debe nada a mí, pues lo que he dado ha sido de corazón, y no le pido a nadie recompensa o devolución. Ni amor ni dinero. En todo lo que hago me doy a mí misma, doy parte de mi Ser. Y si debo favores, ojalá sea solo a los que amo. Aspiro a bastarme por mí misma y sentirme siempre profundamente protegida y amada por Dios, que es quien siento guía mis acciones.

Soy una persona auténtica y natural. Quizá no es una elección, así he sido siempre. Nunca he aceptado las apariencias sociales, no les he encontrado sentido en mi vida. En todo caso si vives en amor y por amor, ¿porque deberías fingir? Siento que la autenticidad implica vivir, pensar y actuar sin dobleces. Reconozco que es un fardo muy pesado de digerir para la mayor parte de la gente. Te califican de cínico o maleducado si eres auténtico. Pocos se dan cuenta del tesoro que es este atributo, pues en realidad siempre estarás a salvo con alguien de esta naturaleza, ya que no tendrás que estar adivinando que es lo que esconde en su corazón.

Por esto gozo tanto la naturaleza, es totalmente auténtica.

Quiero contar conmigo misma adonde quiera que vaya, quiero sentir mi interioridad y espiritualidad, quiero ser fuerte en mis dolores físicos o mentales, pues en realidad solo quiero la empatía de los demás en la alegría constante, el amor a la vida y a Dios mismo.

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