Opinión

No pensar en la muerte, sino en la vida

No debemos atormentarnos en pensar como será nuestro fin, pues saberlo está fuera de nuestro alcance, y muchas veces se muere de repente sin darse uno cuenta.

Muchas personas sufren más, al estar pensando en la muerte, que cuando esta realmente llega. No te apures en pensar que es morir, llegado el momento, lo sabrás.

Además, quién piensa constantemente en la muerte deja de vivir antes de irse, porque vive espantado todo el tiempo, y el miedo paraliza las acciones. Hay que dedicarse a vivir intensamente hasta el último momento de nuestra existencia. Porque es inevitable que habremos de morir. Con médicos o sin ellos. Con medicamentos o sin ellos. Con buenos o malos hábitos alimenticios. Con dinero o sin él. Activos o pasivos, todos terminaremos de la misma forma, así como todos nacimos de igual manera.

Vivir en paz es muy difícil, pero morir en paz lo es mucho más. Nadie, salvo los suicidas que son contados, quiere morirse. Y nadie puede escoger la forma en que lo hará. Todos podríamos hacer un pliego petitorio de las condiciones circundantes que deseamos para despedirnos de la vida, y creo que acabaría siendo un papel desechable, porque casi nadie muere como quiere.

Así que sería mejor tratar de vivir y morir de forma natural ¿no te parece? Fluir con la vida como si fuéramos en un bote río abajo o arriba, sin saber lo que nos espera, pero gozando el recorrido incesantemente, admirando todo en derredor nuestro y llenando nuestro corazón con agradecimiento al Creador de todo lo que nos circunda. Recordando que:

No vinimos aquí a aprender a morir, sino a aprender a vivir.

Lo que es obvio, es que la muerte sólo puede atacar a los vivos. Es el único requisito para que funcione. De manera que se lleva a los que están un poco o un mucho enfermos, a los sanos, guapos, feos, gordos, flacos, altos, bajos, etc. no importando edad ni sexo.

La muerte es impredecible. Pero también lo es la vida, pues nunca sabes cuál será el mejor o el peor día que vivirás. ¿De qué nos sirve entonces, pensar en lo que pueda acontecernos en el futuro, y estar desperdiciando el presente al estar sufriendo ahora por lo que habrá de sobrevenirnos? si ni siquiera tenemos la certeza de cómo o cuándo llegará.

Nos cuestionamos ¿Porque nos impacta más la muerte de los jóvenes que la de los viejos?

Porque es muy frustrante imaginar la cantidad de eventos felices que los jóvenes ya no habrán podido disfrutar, mientras que los viejos han tenido oportunidades de sobra para gozar la vida. Pero la verdad es que para los deudos la muerte se sufre por igual, ya sea por los primeros que por los últimos. Todo es subjetivo, de acuerdo al propósito divino que vemos en ello.

Vivir es difícil, pero morirse es fácil. Por ello, mejor agradece cada amanecer porque mientras duermes muchas personas en el mundo habrán muerto. Y agradece también cuando anochezcas, porque muchos habrán vivido tragedias de las que Dios te ha librado.

La muerte es impredecible. Pero también lo es la vida, pues nunca sabes cuál será el mejor o el peor día que vivirás

La muerte es impredecible. Pero también lo es la vida, pues nunca sabes cuál será el mejor o el peor día que vivirás

Lee también

Mail: corzoalma@yahoo.com