Opinión

La educación del peligro

El domingo pasado se presentó en la FIL la obra colectiva La educación en peligro. Análisis crítico de la reforma educativa 2022 (UdeG y Mc Graw Hill); en su coordinación participamos tres investigadores de la Universidad de Guadalajara El libro se propone analizar críticamente la reforma de planes de estudio que impulsó la SEP en enero de este año.

Pronto fue evidente que el gobierno de López Obrador no propone sólo cambiar los contenidos educativos y que, en realidad, pretende imponer un nuevo paradigma educativo que implica un cambio radical en la educación escolar básica de México.

El objetivo de la SEP es abandonar la educación moderna actual --es decir, la educación que impulsó el Estado mexicano desde hace un siglo--, y substituirla por una forma nueva de educación, no liberal, colectivista, y popular, transformadora, política, compatible con la doctrina retórica populista de Andrés Manuel López Obrador.

La educación que imparten hoy nuestras escuelas, dicen AMLO, fue modelada por los neoliberales y re-organizada a modo, de acuerdo a sus intereses. De ahí el hecho de que la educación pública (sí, la educación pública) haya sido “privatizada”, que de sus contenidos hayan sido amputadas asignaturas como Historia, Ética, Humanidades y Filosofía y ordenados de acuerdo a criterios mercantiles, individualistas y meritocráticos.

Salón de clases en una escuela de México

Salón de clases en una escuela de México

Esto es falso, desde luego. La SEP impuso de súbito, verticalmente, una reforma que nunca se discutió públicamente y que se presentó, elaborada, en asambleas estatales a las que asistieron principalmente funcionarios y, en menor proporción, maestros.

La ausencia de una deliberación pública previa es una falta grave a las reglas de la democracia y tiene mayor gravedad por las profundas transformaciones que encierra esta reforma educativa. Las premisas que dan sustento a la propuesta de la SEP son consideraciones doctrinarias y falsas conjeturas con las cuales se pretende descalificar de golpe la educación actual. Entre otras, se pueden mencionar:

1. La actual educación es neo-liberal, meritocrática, conductista, punitiva, patriarcal, racista, competencial, eurocéntrica, colonial, inhumana y clasista y conservadora; 2. Es meritocrática porque se sustenta en la idea de que el aprender es un mérito individual y que el alumno debe planear *su vida para tener éxito en el futuro. Es elitista porque la carrera escolar, cuando culmina en la universidad, permite que los egresados se integren a las é*lites conservadoras; 3. Actualmente, la educación es esclava del mercado y la controlan las élites del poder económico y político. Su objetivo principal es formar capital humano; 4. La escuela tiene una organización tecnocrática, el maestro es un técnico que obedece órdenes de las élites. La enseñanza se basa en la tecnología educativa y el conductismo, su elemento organizador son las evaluaciones estandarizadas que introducen una dinámica que crea diferencias escolares insuperables entre estudiantes ganadores y estudiantes perdedores.

Cualquier maestro de educación básica en activo sabe que estas afirmaciones son completamente falsas. En otra parte la SEP AAAacusa a nos dice que la educación es la fuente de esas desigualdades y de otros, numerosos, males sociales.

La propuesta SEP introduce cambios sustantivos. La educación, dice la SEP, es política y obedece –o debe subordinarse—a las fuerzas que detentan la hegemonía. El objetivo de la nueva educación no es formar individuos que se integren a la sociedad; el objetivo es formar un hombre nuevo, un agente de transformación social cuya tarea sea emancipar a los grupos subordinados, que sufren opresión como las mujeres, las personas discapacitadas, los indígenas y otros grupos vulnerables.

La SEP propone numerosos cambios: 1. La educación dejará de ser nacional para convertirse en una agencia que enfoca su acción a la comunidad (el entorno territorial de la escuela). 2. La educación abandonará el patrón de la cultura europea o universal para darle centralidad en la enseñanza a la diversidad cultural del país; 3. No habrá en educación básica un tronco común nacional de aprendizajes; la educación nacional será la suma de todas las educaciones comunitarias; 4. Se rechaza la noción de calidad; 5. Hacer de la diversidad el punto de partida de los aprendizajes; 6. Abandonar el individualismo como eje operativo de la educación y sustituirlo por lo comunitario o colectivo; etc.

Nuestro sistema educativo tiene grandes patologías: deficiente financiamiento, gigantismo, pobreza escolar, bajos salarios docentes, burocracia e índices alarmantes de bajos aprendizajes. Ninguno de estos problemas es objeto de atención en el proyecto SEP, sin embargo, es fácilmente predecible que, de llevarse a la práctica esta reforma, la calidad dee la educación caerá por los suelos.

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