Opinión

Ese inevitable cambio generacional en la NFL

El cambio generacional parece inevitable entre los quarterbacks que por años monopolizaron la posición en la NFL, por una u otra razón siempre termina la época de unos para dar el paso a los nuevos pasadores que habrán de marcar una nueva era.

Pareciera mentira, pero cada una de las épocas están bien marcadas en la historia, digamos que no es circunstancial, sino planeada por el mismo destino. Y hasta podríamos ser muy puntuales si nos remitimos a los nombres de cada uno de esos lapsos, que son muy bien marcados.

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Finales de los 60 e inicios de los 70 se retiran Bart Starr, Johnny Unitas, Joe Namath, Len Dawson, Fran Tarkenton; posteriormente la era de Roger Staubach, Terry Bradshaw, Ken Stabler, Bob Griese; ya entrados los 80 la era de Joe Montana, Joe Theismann, Jim Plunkett.

Más tarde la gran camada de Dan Marino, Jim Kelly, John Elway, en los ochentas y los noventas, seguidos de Troy Aikman, Steve Young o Brett Fravre al final del siglo XX.

Ya en la primera década del XXI los Peyton Manning, Drew Bress, Tom Brady, Aaron Rodgers, y son ciertamente estos dos últimos son los que dan paso a esta reflexión, porque ya sea de una u otra manera, deportiva o extradeportivamente, todo parece indicar que su protagonismo ha llegado a su fin, y eso es más que notorio y marcado con el surgir de jugadores como Josh Allen de Buffalo, Lamar Jackson de Baltimore, Justin Herbert de LA Cargadores, Patrick Mahomes de Kansas City, Joe Burrow de Cincinnati y la indiscutible tendencia de entrenadores que se han percatado de este cambio generacional y desde ya han apostado a entrar de lleno al poner al mando de su ofensiva a jóvenes que, aún sin saber si tendrán o no éxito, son nombrados titulares sobre veteranos que quizá aún podrían hacer algo, y el caso muy claro es lo que sucedió en Indianapolis, donde el coach Frank Reich decidió sentar ya al aún muy rentable veterano Matt Ryan y poner en su lugar a un muy verde Sam Ehlinger; en Pittsburgh donde Mike Tomlin la ha dado las riendas al novato Kenny Pickett sobre el veterano Mitch Trubisky, en Washington y la decisión del coach Ron Rivera de instalarse con Taylor Heinicke para dejar de una vez por todas al cartucho quemado de Carson Wentz en la banca, a pesar de que una lesión fue el motivo de su baja.

Y aunque parezca increíble, en apenas un par de años los nombres de los héroes bajo el centro de las ofensivas serán de los que hemos nombrado al momento, es una ley natural.

Que si los problemas de la vida privada de Brady, que si los enojos de Rodgers por no tener receptores de calidad; todo eso son meras situaciones que la vida misma impone, y esos que parecían imbatibles poco a poco se irán diluyendo.

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Y ya que hablamos de jugadores que hicieron época, muy pocas veces tenemos el privilegio de observar a atletas natos, es decir, que nacieron con el talento natural para jugar al futbol americano. Es posible ver a jugadores con esta definición en posiciones específicas, ya sean quarterbacks, receptores, corredores, linebackers, esquineros, profundos.

Podríamos hacer una larga lista de cada posición: pasadores naturales como Johnny Unitas, Dan Marino, John Elway; receptores como Lance Alworth, Lynn Swann, Jerry Rice; corredores como Jim Brown, Walter Payton, Barry Sanders, Marshall Faulk; linebackers como Lawrence Taylor, Dick Butkus, Jack Lambert; esquineros como Lester Hayes, Darrell Green, Deion Sanders y profundos como Ronnie Lott, Troy Polamalu.

Sin embargo, lo que presenciamos la tarde del domingo en el encuentro entre los 49ers y los Carneros fue de esas actuaciones que casi nunca se ven, un jugador que destaca en todas las áreas, nos referimos a Christian McCaffrey, el corredor adquirido de las Panteras de Carolina a cambio de un puñado de selecciones bajas que en realidad no llegan al valor de este chico.

Es verdad que es un volado, pues Carolina lo soltó debido a su tendencia de lesionarse, sin embargo, cabe señalar que McCaffrey se preparó junto y bajo la supervisión del ex corredor Marshall Faulk para estar en forma. La prueba es que ha jugado en cada uno de los ocho encuentros de esta temporada.

Las Panteras, en clara etapa de reconstrucción, obvio ya no quisieron saber nada de él y concluyeron que era mejor obtener selecciones bajas que mantener un jugador de cristal; los 49ers en cambio, creen que puede ser la pieza que les falta, y vaya que lo comprobaron el domingo ante los Carneros, cuando el chico logró tres anotaciones (por pase, recepción y carrera) y con unas cualidades que hacen pensar que este joven nació para jugar, no para otra cosa, porque sus aptitudes son absolutas, eso fue más que notorio para quien haya visto el juego y cada una de las veces que tuvo el balón en sus manos.