Opinión

Estoicismo

Una de las mayores libertades que tiene el ser humano es la de poder decidir cómo enfrentar las circunstancias y problemas que se le presentan en el transcurso de su vida. Podemos hacerlo con alegría, entusiasmo y esperanza o con derrotismo, tristeza y debilidad.

Aunque muchas veces no podemos controlar nuestras emociones, si podemos tomar el mando de la actitud positiva con la que deseamos vivir. Esto nos inclinará a tomar las acciones correctas que debemos emprender, para encontrar las soluciones adecuadas y, sobre todo, encontrar nuestro propio camino.

Cuando se nos presente una obstrucción o interferencia en nuestra ruta debemos preguntarnos: ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Debo actuar o esperar? ¿Qué es lo realmente importante?, no lo urgente, pues eso, siempre puede esperar. Nos sorprenderemos al ver que muchas veces no pasa nada y que todo retoma su curso sin necesidad de preocuparnos demasiado.

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Tratemos de vivir con conciencia y responsabilidad plenas la mayor parte del tiempo. Ello implica una pesada tarea, sin embargo, es una de las que más reditúa emocional y mentalmente. Ser siempre conscientes de lo que está bajo nuestro control y de lo que no, ya que no sirve de nada preocuparnos de cosas que están totalmente fuera de nuestro alcance. Lo único que existe y puede estar bajo nuestro control es el presente. No debemos preocuparnos nada por el pasado y, respecto al futuro hacerlo con prudencia y sin angustia.

Empecemos por aceptar que hay cosas sobre las que no tenemos control, como el paso del tiempo o los fenómenos de la naturaleza.

Es importante entrenar nuestra mente y cuerpo para enfrentar los cambios inherentes a la vida misma. Prepararnos emocionalmente, hacernos una coraza para volvernos más fuertes y menos frágiles, sobre todo interiormente, esto nos dará fortaleza para afrontar los inevitables contratiempos de la vida.

Cuando caigamos, hagamos lo posible por levantarnos lo más rápido posible y recuperemos el sentido de nuestra existencia. No debemos rendirnos nunca, si caemos cinco veces nos levantaremos diez.

Es bueno mantenernos centrados en nuestros objetivos sin dejarnos llevar por el desánimo, la apatía o la depresión. Las grandes obras de los seres humanos fueron realizadas a costa de muchos fracasos que después se convirtieron en grandes triunfos y realizaciones. Adaptarnos a los cambios lo más rápido posible y ser flexibles ante los retos del destino.

En suma: enfrentemos las dificultades que se nos van presentando con estoicismo. Seamos expresivos en nuestros afectos y tratemos de mantener la serenidad ante las grandes dificultades de la vida. Como dice una oración:

Señor, concédenos la gracia de aceptar con serenidad las cosas que no pueden cambiarse, el coraje de cambiar las cosas que pueden cambiar para mejor, así como la sabiduría para distinguir unas de otras.

Tengamos conciencia de que el mundo es un lugar imperfecto, como quienes lo habitan, pero que también está lleno de posibilidades de crecimiento y realización. La elección siempre es nuestra, está determinada por la forma como percibimos la vida, de ello depende que nos afecte positiva o negativamente.

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