Opinión

La (otra) guerra de Rusia

Durante la 41ª Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que por estos días se celebra en Montreal, Canadá, el primer círculo del Consejo de la organización que fue votado en el inicio, excluyó a Rusia como miembro. Esta es una más de las muchas medidas que Occidente ha tomado contra la aviación rusa después de la invasión a Ucrania, pero cuyas implicaciones aún están por verse.

Como resultado del bloqueo hacia Rusia por parte de los países occidentales, alrededor de 800 aviones que formaban parte de las flotas de las aerolíneas rusas, tienen una situación irregular y es muy probable que ya hoy en día tengan graves problemas por falta de refacciones, mantenimientos regulares y tripulantes con sus adiestramientos certificados.

Desde que inició el bloqueo, la autoridad rusa prohibió a sus pilotos salir del territorio ruso tripulando aeronaves de fabricación occidental (Airbus o Boeing, sobre todo), debido a que la mayoría estaban en arrendamiento y era muy posible un embargo inmediato al tocar aeropuertos de la zona europea.

Las aerolíneas rusas optaron por quedarse con los aviones y seguir usándolos hasta que estén en condiciones de operar aviones de fabricación rusa o de países aliados o al menos no parte del bloqueo (como China). El problema es que estas aeronaves, propiedad de arrendadoras occidentales, no pueden tener refacciones o mantenimiento y sus pilotos no pueden tener adiestramientos, ya que todo ello está en manos de proveedores de las armadoras de Occidente, de manera que estas aeronaves seguirán volando solo hasta que sus refacciones en stock se agoten o sea ya imposible dar mantenimientos mayores.

Sin embargo, las cosas no paran ahí. El espacio aéreo ruso se considera cerrado a las operaciones comerciales del resto de los países, en tanto que Occidente ha cerrado sus espacios a las aeronaves rusas. En parte esto tiene que ver con la seguridad operacional, porque las maniobras relativas a la guerra (que pueden incluir lanzamiento de misiles, bombardeo aéreo y otras cosas que merodean en el espacio aéreo) podrían poner en peligro a los vuelos de las aerolíneas que nada tienen que ver con el conflicto.

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Otra acción que ha resultado en daños para la industria aérea en lo que tiene que ver con Rusia, es la anulación por parte de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europa (AESA) de varios de los certificados de aeronavegabilidad y otras aprobaciones para los aviones rusos, tipo el Irkut MC-21, el Ilushyn 114-300 y una coinversión chino-rusa, el CR 929 que está suspendido. Además, los Superjet 100 (o Sukhoi) también están en pausa por el momento, todo lo cual hizo que la empresa rusa de aviación Rostec lanzara una contraofensiva para desarrollar en el futuro aviones exclusivamente rusos para no depender de las armadoras extranjeras.

Es pronto para saber qué sucederá con la aviación comercial en Rusia, todo depende del curso de la guerra. Lo que es un hecho es que, a largo plazo, es previsible que Rusia vuelva a impulsar su industria aeronáutica para no depender más de Occidente.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcir a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com