Opinión

Incidentes en el AIFA

Recientemente ha habido algunos incidentes en aeropuertos del país, nada extraño en la aviación del mundo, pero que han hecho ruido pues se trata de eventos que saltan a las redes sociales y pueden producir miedo si no se conocen las formas en que la aviación se maneja a lo largo y ancho del planeta.

CUARTOSCURO/

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Moisés Pablo

El incidente más reciente -que afortunadamente no pasó a mayores- fue el aborto de despegue de un vuelo de Aeroméxico (un Embraer de Connect) que cubría la ruta AIFA-Mérida (NLU-MID) con el número 874. Como se trata del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), proyecto consentido del sexenio que busca ser la solución a la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el asunto toca fibras sensibles.

En resumen: el avión entró en carrera de despegue al tiempo que tres helicópteros de la Fuerza Aérea hacían maniobras cercanas como ensayo del desfile del 16 de septiembre en SU base aérea de Santa Lucía. El avión que iba a despegar por la pista 4C tuvo que frenar abruptamente cuando iba a 30kt (nudos) con el consiguiente calentamiento de frenos. Una vez superada dicha circunstancia el vuelo se llevó a cabo con normalidad.

Aún es pronto para sacar conclusiones y más pronto para determinar quién es responsable del incidente, no obstante lo cual ya hubo comunicados y mensajes en redes para que la mirada se fije sobre el clásico “error del piloto”. Un recordado amigo del sector aéreo solía decir que el único ente visible en un incidente o accidente es un aviador, por la simple y sencilla razón de que es quien va a los controles.

Lo cierto es que las mejores prácticas que rigen la aviación aconsejan esperar a que se cumplan los pasos de la investigación de accidentes antes de pontificar qué, quién o quiénes pueden ser factores contribuyentes o causa probable de un evento de esta naturaleza.

La cultura justa de la aviación determina que los problemas no son responsabilidad de un solo individuo, hay un sistema que funciona de forma armónica o no, y este sistema debe estudiarse y encontrar cuáles son aquellos factores que no funcionaron en determinada circunstancia, para buscar la manera de que eso no vuelva a repetirse.

En ningún momento se busca un culpable. Buscar culpables fuera y quemarlos en leña verde es propio de la Inquisición. Sin embargo, la tripulación del vuelo 874 fue objeto de reclamos, descalificaciones y la verdad es que no sabremos con certeza qué fue lo que ocurrió realmente hasta que existe una investigación a fondo.

Los errores no se dan por generación espontánea, hay siempre factores que contribuyen y lo importante es crear un ambiente donde los involucrados se sientan seguros de expresar lo que realmente ocurrió. Adelantarse a señalar causas o culpables es, simplemente, impedir que la cultura justa de la aviación funcione como rinde más frutos: mostrando aquellos puntos a mejorar. La aviación en su historia y en todo el mundo muestra que es más seguro, eficiente y maduro escuchar que castigar. Necesitamos cultura justa, no culpables.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.