Opinión

Los libros de texto

El jueves 11 de mayo la doctora Carolina Crowley –-que fue directora de escuela primaria y trabaja con maestros de educación básica--, ofreció una excelente conferencia en el Instituto de Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara sobre los libros de texto en los que se plasman los nuevos planes de estudio de la SEP. Ella hizo una aproximación crítica y objetiva al tema, con inferencias sumamente interesantes.

Nuevos libros de texto de la SEP.

Nuevos libros de texto de la SEP.

Cuartoscuro

Su primera observación fue sobre la veleidad que muestra la autoridad educativa con los textos que serán sustento de la reforma: éstos se han manejado con una secrecía y una ambigüedad inexplicable e injustificable. Todos ellos van acompañados de la leyenda: “provisional”, “borrador”, “en cambio permanente” lo cual desconcierta a los maestros. Nada se presenta con carácter definitivo, todos los documentos están flotando como balsas que puede, en cualquier momento, naufragar.

Esta inestabilidad es algo grave considerando que la SEP se propone aplicar los nuevos materiales en el próximo ciclo escolar que se inicia en agosto, es decir, ¡dentro tres meses! A pesar de la urgencia, hasta hoy la autoridad educativa no ha lanzado un proceso sistemático de capacitación de los docentes para familiarizarlos con la nueva teoría educativa, los nuevos contenidos y los nuevos métodos de trabajo.

En el libro Avances de contenido para docentes se afirma que los nuevos libros de texto (NLT) “no obedecen a narrativas complacientes con el sistema neo-liberal… Podrán ser utilizados desde la libertad de crear experiencias pedagógicas; es decir, no obedecen a la secuencialidad de objetivos generales o sub-temas (sic) y buscan promover la participación activa para derrotar modelos coloniales que históricamente formaron mano de obra calificada”. Esta es, ostensiblemente, una postura doctrinaria, por lo mismo tal vez, en ningún lugar se menciona que el motivo de esta reforma sea “mejorar la educación de los alumnos y alumnas”.

El lenguaje que se utiliza en los libros es extraño y complicado, lejos de los hábitos lingüísticos de los maestros. ¿Qué maestro de primero de primaria sería capaz de explicar la diferencia entre un “programa analítico” y un programa sintético”? ¿Qué maestro sabe qué es la “monocultura”, qué es la “ecología del saber”, qué es un ecoladrillo, que es un “cadáver exquisito”? Muy pocos o ninguno.

Crowley pidió a un grupo de docentes que le mencionaran los nombres de los campos formativos, pero la mayoría de ellos solo recordaba uno, de los cuatro: el campo “lenguajes” no recordaron los restantes (Saberes y pensamiento científico; Ética, naturaleza y sociedades y, De lo humano y lo comunitario).

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Se rechazaron las asignaturas porque “fragmentaban el conocimiento” dice la doctora, pero en los nuevos planes de estudio no se evita la fragmentación, ésta se repite con nociones como campo formativo, ejes articuladores, proyectos, pero las asignaturas por lo menos ofrecían cierto orden, en el nuevo proyecto, en cambio, “no hay orden, lo que hay es un desorden caótico”.

De los dos “libros para el maestro” publicados, uno incurrió en excesos sectarios al recomendar a los maestros la lectura de El capital de Carlos Marx y al incurrir en otras desmesuras doctrinarias donde se preguntaba al maestro, por ejemplo, ¿Eres un opresor o eras un oprimido? ¿Conoces los mecanismos de control de los empresarios sobre la conciencia de los oprimidos? Etc. Al filtrase al público este volumen suscitó un pequeño escándalo entre los opositores a la 4T y la SEP se apresuró a eliminarlo del todo, sin dar explicación alguna.

La educación se basará en proyectos elaborados a partir de los problemas comunitarios. ¿Cómo se definirá cada problema? No es claro.

Estamos hablando de primer año de primaria; en este grado todos los alumnos deben realizar 60 proyectos (en 10 meses, seis proyectos por mes), algunos sumamente sofisticados, por ejemplo, se pide al alumno: “Aprenderás cómo elaborar una lámpara de sol para ahorrar energía”. Es increíble: ¡encargar tal tarea a pequeños de 6 años de primer grado de primaria!

Los maestros mexicanos tienen una gran experiencia, ellos conocen las técnicas de la educación por proyectos, por problemas, el trabajo cooperativo, etc. Lo que, sin embargo, representa para ellos un desafío irremontable es utilizar para cada campo formativos distintas metodologías. ¿Por qué esto? ¿Por qué razón no se utiliza la enseñanza por problemas en todos los proyectos? En fin, Crowley habló de los problemas en el uso del tiempo y del espacio, de la excesiva carga de materiales para cada alumno sin considerar las condiciones materiales o económicas del alumno y sin tomar en cuenta lo saturado del espacio del aula cuando hay en ella 35 o 40 alumnos. Etc. El nuevo proyecto es, como vemos, un rompecabezas sin solución y el futuro de la educación de nuestros hijos, por lo visto, es simplemente sombrío.