Opinión

Matteo Messina Denaro

Lo agarraron en la clínica privada “La Maddalena”, de Palermo en la que se trataba de un cáncer de colon. Para ingresar allí se registró con el falso nombre de Andrea Bonafede. Ese día, el 16 de enero de 2023, fue a hacerse la prueba Covid; como vio que había mucho movimiento de Carabineros (un cuerpo especial policiaco-militar con una prestigiosa tradición en Italia), decidió retirarse junto con el grupo de personas que lo acompañaban; sin embargo, lo detuvieron y le pidieron que se identificara. Contesto directo, sin problemas, “soy Matteo Messina Denaro.”

Matteo Messina Denaro

Matteo Messina Denaro

EFE

Se trata del “Capo di tutti y capi” (el jefe de jefes) de la Mafia siciliana de quien, según se dice, cayó después de treinta años de que las autoridades lo anduvieron buscando. En realidad, de acuerdo con el escritor Roberto Saviano (autor de la famosa novela “Gomorra”, en el que describe los negocios de la Camorra—la organización criminal de Nápoles—y a raíz de la cual fue amenazado de muerte), ellos empezaron a buscarlo después de veinte años. (CNN, 20/1/2023).

La atención de las autoridades italianas se centró durante esos veinte años en la captura de quienes, en su momento, ocuparon la posición de “U Capu di ‘i Capi” (como se dice en el dialecto siciliano al jefe máximo de la Cosa Nostra), vale decir, Totò Riina (arrestado el 15 de enero de 1993) y Bernardo Provenzano (11 de abril de 2006).

Matteo Messina Denaro, nació el 26 de abril de 1962. en Castelvetrano, provincia de Trápani, Sicilia, en el seno de una familia, que defendía, firmemente, los valores tradicionales de la familia. Su padre, Francesco Messina Denaro (conocido como don Ciccio), fue el capo de la Mafia en Castelvetrano y, posteriormente, jefe de la Mafia en la provincia de Trápani.

Matteo (a quien apodan Diabolik) se jactaba que a la edad de 18 años ya había asesinado a más de cincuenta personas (“tengo mi propio cementerio”); había matado al jefe del grupo rival Vincenzo Milazzo, además de haber estrangulado a la novia de éste, Antonella Bonanno, embarazada de tres meses.

Don Ciccio era escolta de la familia D’Ali, ricos terratenientes que formaban parte de los fundadores del Banco Sicula. Matteo, posteriormente, se convirtió en el administrador de las tierras de los D’Ali quienes le regalaron un área bastante grande en Zangara (Castelvetrano); el propietario real de esas posesiones era Totò Riina con quien Messina Denaro estaba aliado.

Vale la pena señalar que Antonio D’Ali tuvo que dimitir de la directiva del Banco Sicula: su nombre apareció en la lista de los miembros de la Logia P2 de Licio Gelli. Vale decir, una verdadera y propia organización criminal que se ocultaba en las sombras del poder político y económico. En esa agrupación estaban inscritos, ni más ni menos, el Presidente del Consejo de Ministros, dos ministros de Estado, cinco subsecretarios. También había políticos, empresarios, jueces, miembros de las fuerzas armadas y de los servicios secretos. Ejemplo palmario de lo que Norberto Bobbio llamó “criptogobierno” (“Il futuro della democrazia”, Turín, Einaudi, 1991, pp. 108-109).

La Mafia, en tiempos de Totò Riina, llegó a acaparar tal fuerza que retó al Estado italiano: a quien llamaban “il Retaco” por su pequeña estatura (medía 1.58 mts.) mandó asesinar a jueces, policías y fiscales. Uno de sus crímenes más sonados y que más impactó a la opinión nacional e internacional fue el del General Carlo Alberto Dalla Chiesa, quien había ganado fama combatiendo a las Brigadas Rojas. En el atentado contra Dalla Chiesa también murió la esposa de este militar quien había sido nombrado Prefecto de Palermo, precisamente, para combatir a la mafia.

Otra muestra del desafió lanzado por la Mafia siciliana contra las instituciones de la república italiana fueron los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone (el atentado de Capaci, del 23 de mayo de 1992) y Paolo Borsellino (el atentado de vía D’Amelio, del 19 de julio de 1992). Esta, por decirlo así, fue la gota de derramó el vaso. De allí en adelante, el Estado italiano despertó y se dio cuenta de la gravedad del asunto; comenzó a poner más atención y a destinar más recursos a la lucha contra el crimen organizado, especialmente contra la Mafia siciliana.

La Cosa Nostra emprendió una campaña de terrorismo en la que Matteo Messina Denaro, desempeñó un papel fundamental. Hubo reuniones de los principales capos en Santa Flavia en Bagheria, para forzar al poder público a pactar. Esta estrategia dio pie a ataques con bombas en vía Giorgofili en Florencia, en vía Palestro en Milán, en la Piazza San Giovanni en Laterano y vía San Teodoro en Roma que cobraron la vida de diez personas y produjeron 93 heridos, así como daños irreparables al patrimonio cultural de la humanidad en la “Galeria degli Uffizi” en Florencia. Con todo y esa violencia, los mafiosos no lograron doblegar al Estado italiano.

Por último, conviene señalar que Messina Denaro amasó su fortuna mediante la extorsión, forzando a los comerciantes y empresarios a pagar un “pizzo” (dinero por protección); trabajó activamente en la introducción en Italia de cocaína proveniente de Estados Unidos.

De acuerdo con la Dirección Distrital Antimafia (DDA), Messina Denaro mantenía contactos con sus parientes en Nueva York. Por cierto, en las residencias que le han incautado se han encontrado carteles alusivos a la película de “El Padrino”. En efecto, se identifica y admira a Vito Corleone personificado por Marlon Brandon.

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