Opinión

#NoEsClaudia

Desde inicios del actual gobierno – como sucede siempre en el pasatiempo nacional de la especulación política – muchas voces señalaron que la candidata de López Obrador para sucederlo en el cargo sería Claudia Sheinbaum. Lo mismo se dijo de Osorio y Videgaray, con Peña; de Mouriño, con Calderón; de Creel, con Fox; de Moctezuma, con Zedillo, o de Camacho, con Salinas. Todos ellos fueron delfines y al final nadie devino en candidato. Lo mismo sucederá ahora por varios motivos. La candidata de Morena no será Sheinbaum, a diferencia de lo que ella, su equipo de campaña, sus simpatizantes y “ciudadanos anónimos bien intencionados”, se aferran en sostener cuando tapizan bardas y espectaculares de todo el país y saturan las redes con imágenes en las que se lee #EsClaudia. En todo caso, Sheinbaum solo es eso: un hashtag.

La Ciudad de México es el epicentro de la vida política nacional. Lo que sucede en ella tiene resonancia en todo el país. Por ello, no es casual que cada seis años el nombre de quien la gobierna forme parte de la lista de posibles aspirantes presidenciales. Sin embargo, el único que ha sido presidente de la República habiendo ocupado este cargo es Andrés Manuel López Obrador, aunque a más de doce años de distancia y no por esta razón, sino por su carácter de líder opositor. Ello tiene una explicación: gobernar la Ciudad de México proyecta como casi ninguna otra responsabilidad pública, pero con esa misma intensidad “quema” e inhabilita a quien aspira a la presidencia. Hoy la Ciudad es un desorden, un caos, un total desastre. La inseguridad, la pésima movilidad, el comercio informal, la contaminación, entre muchos más, son problemas que desgastan en extremo a quien tendría que resolverlos pero solo los administra. No será Claudia.

Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México

Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México

Cuartoscuro

La hoja de vida es de las pocas cosas ciertas – por verdades y seguras – que acompañan a los políticos sin importar el cambio de responsabilidades o su “transformación” ideológica. Claudia es la de los 19 niños fallecidos en el Rébsamen; la de la tragedia de la línea 12 y sus 27 muertos; la de dos hermanas que murieron tras caer por una coladera sin tapa; la de respuestas contradictorias en el feminicidio de Ariadna López; la del uso excesivo de recursos para su promoción personal; la de los sabotajes inventados en el Metro; la de un cuerpo de granaderos que ya no existe, pero sigue reprimiendo; la de los cárteles de la droga que han asentado sus reales en la capital; la que gobierna de lunes a viernes, a medio tiempo, y los fines de semana realiza proselitismo; la de una juventud de lucha por la democracia traicionada con tal de seguir siendo la consentida; la de quien sacrificó su personalidad e identidad en aras de parecerse a su jefe político. Su hoja de vida es conocida por todos y todos la recordarán cuando les pregunten quién quieren que los gobierne por los próximos seis años. No será Claudia.

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Junto con Adán Augusto, Sheinbaum es la aspirante morenista más leal al presidente y la que menos peligro entraña de encabezar una rebelión en caso de no ser ungida como candidata. Ebrard y Monreal tienen vida antes y fuera de López Obrador y su exclusión puede representar un riesgo de desbandada; Adán y Claudia respiran y viven a través del cordón umbilical que los une a su líder y se someterán a las decisiones de este. Adán, sin embargo, no tiene futuro. Ella sí. Podrá ser, entonces, la presidenta de su partido y heredera legítima del obradorato. Desde ese espacio guiará a los legisladores y gobernadores de la “transformación”; encabezará el proceso de revocación de mandato en caso de que Morena no gane la presidencia; se consolidará, ahora sí, como lideresa de altos vuelos que hoy imagina ser, y, desde estas nuevas condiciones, en 2030 buscará ser la candidata de los verdaderos y auténticos morenistas. En las elecciones de 2024 la candidata no será Claudia. #NoEsClaudia

Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com