Opinión

Nuestras pequeñas obsesiones

Las pequeñas obsesiones son aquellos pensamientos repetitivos que duran media hora o poco más y que giran sobre aquello que nos obstinamos en hacer o lograr de forma inmediata y que está fuera de nuestro alcance en esos momentos, haciendo, justo ahí, que nuestro humor cambie, que nos pongamos histéricos porque sentimos gran impotencia y frustración. Debemos aprender a dejar pasar este tipo de pensamientos puesto que una cosa es la persistencia y otra la necedad. Si no es el momento de solucionar algo cuando lo sea, se nos revelará.

Solemos pensar en los errores que hemos cometido y sufrimos por las oportunidades que hemos dejado pasar. Somos demasiado exigentes con nosotros mismos. A menudo deseamos vencer los retos a la primera, resolver todos los problemas de inmediato. Las excusas pretendemos dejarlas para los niños. Decimos, nosotros como adultos ya deberíamos saber todo. Y la verdad es que siempre debemos ser como niños, es decir, continuar aprendiendo con alegría, recorrer el camino con asombro, y si nos equivocamos, pues retroceder y tomar otra ruta, sin rencor y sin culpa. Podemos hacerlo una y mil veces porque solo depende de una decisión de nuestra parte y, la verdad, no hay nada que temer.

Es un buen inicio el reconocer que estamos haciendo lo mejor que podemos, con la información y los recursos que tenemos, saber que si tuviéramos otra condición, nuestras respuestas serían diferentes. Por lo tanto podemos equivocarnos y rectificar cuantas veces sea necesario mientras sepamos que estamos retomando el camino correcto.

Lee también

Deberíamos tratar de enfocarnos o preocuparnos sólo de las cosas verdaderamente importantes, obviar las pequeñeces, sin dejar que estas últimas alteren nuestra armonía, fluir con la vida y con el universo.

Hagamos que en nuestra mente sólo importen los grandes asuntos: como la salud, la vida, el amor, la solidaridad, el apoyo moral, la ternura, la sonrisa de los otros, nuestra propia alegría y también, ¿porque no? el dolor ajeno físico o moral, las enfermedades y hasta el misterio de la muerte y la eternidad, pensar en los valores, en la creación del mundo físico y espiritual, así como en la naturaleza,

Reconozcamos todas estas cosas que significan nuestro verdadero tesoro, nuestras joyas intangibles, que aunque algunas no son palpables sí existen y concientizándolo podemos vivir rodeados de ellas.

Somos inmensamente ricos si tomamos consciencia de que poseemos todos estos atributos dentro de nosotros mismos.

La invitación aquí es para darnos cuenta que no es malo tener pequeñas obsesiones pero que debemos reprogramar nuestro cerebro para enfocarlas todas ellas hacia metas y acciones positivas, bellas, altruistas, amplias y amorosas

Se sugiere reconocer que cuando experimentamos impaciencia o desesperación se debe a que sentimos que estamos perdiendo el dominio de las personas o de las situaciones. En tales momentos nuestras pequeñas obsesiones están a punto de hacernos explotar.

Preguntémonos: ¿hay alguna otra forma de ver u observar esta situación.?

Lo más probable es que nos sorprendamos con la inmediata respuesta. Sí, sí la hay y, esa respuesta me hará menos daño y también a los demás.

MAIL. corzoalma@yahoo.com