Opinión

Tren Maya ¿ Y ahora qué?

La controvertida construcción del Tren Maya generó resistencias serias y cuestionamientos múltiples, muchos de los cuales se quedaron sin respuesta. Sin embargo, el hecho real es que la obra está en su etapa final y así como su construcción dio lugar a un debate general, es muy importante que la atención de los empresarios del sector, funcionarios y periodistas se concentre en su operación y, ojo, en el papel del Ejército como encargado de la empresa Tren Maya a través del general Lozano Águila.

Un tramo del tren Maya ya está en operaciones

Un tramo del tren Maya ya está en operaciones

Cuartoscuro

El instituto armado tiene que asumirse ya como un protagonista de la industria turística, con un stand grande en el Tianguis Turístico, con el agregado crucial de que maneja recursos públicos, por lo que tiene que estar abierto a la crítica, capacitar a sus voceros para el debate y sobre todo comprender que marcar un mal desempeño en el manejo de esa empresa no supone una descalificación del Ejército como piedra angular de la democracia mexicana y garante de la soberanía nacional. Se puede criticar justificadamente la mala calidad de los alimentos que se sirven a bordo, la incomodidad de los asientos, la impuntualidad de los recorridos y todo eso debe quedar dentro de la burbuja de la empresa del Tren Maya y no saltar a la Sedena

Asumo que la frontera es difusa, lo que es un riesgo, pero si el Ejército maneja esa empresa tiene que asumir el paquete completo, incluidas las demandas de transparencia total en el uso de los recursos públicos y lo que se obtenga de los boletos, si es que alguna vez deja ganancias. El Ejército puede dejar el control del tren, que podría trasladarse el próximo sexenio a otro grupo, pero no puede trasladar a nadie su responsabilidad de la seguridad nacional. La seguridad es sustantiva, lo del tren es un capricho.

Se puede afirmar que el tren marca un antes y un después para la industria turística de la Península de Yucatán. Su potencial es colosal. Puede convertirse en el elemento que detone un mayor desarrollo regional, con generación de nuevos empleos que son la base de la estabilidad social y claro aumentar la captación de divisas. Para lograrlo se necesita armonizar esfuerzos entre la empresa militar que lo maneja, los gobernadores de los estados que conforman el Mundo Maya, los municipios y claro los empresarios del sector que se verán beneficiados con los recorridos. ¿Cómo va eso? ¿Hay reuniones periódicas? ¿Se han pactado estrategias conjuntas? ¿Los empresarios que se beneficiarán con los recorridos contribuyen a la promoción internacional de la obra?

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El Tren, a lo que debe añadir la entrada en operación del aeropuerto de Tulum, abre la posibilidad de que los millones de turistas internacionales que llegan a los destinos de Quintana Roo, extiendan su estancia en el país más días, y se muevan tierra adentro en el tren para conocer los atractivos de la cultura maya que son de nivel mundial.

México es una potencia turística y puede crecer mucho en corto tiempo. La actividad representa casi el 9 por ciento del PIB nacional y con la puesta en marcha del Tren Maya pueden captarse más divisas y aumentar el gasto per cápita de los visitantes, lo que puede ocurrir este mismo año 2024. En relación al empleo, hay casi 4 millones 800 mil personas empleadas, lo que es clave para la estabilidad social y la prosperidad de las comunidades

Ya está aquí el Tren Maya, el proyecto de infraestructura más relevante del gobierno de López Obrador. Hay que sacarle todo el provecho posible porque se hizo con dinero público. Tiene que impactar de manera positiva el desarrollo social de las comunidades implicadas. Que AMLO haya acuchillado al aeropuerto de Texcoco, para salvar patos migrantes, dijo, no puede ser un antecedente para que nuevos gobiernos, de diferente signo político, desaprovechen la gran inversión realizada en el Mundo Maya. Con un mega error basta.