En México, muchas personas abandonan durante el primer mes de control las dietas o los regímenes alimenticios que se les prescriben en los casos de sobrepeso u obesidad, en virtud de que tienen una falsa expectativa y esperan resultados altamente evidentes en un lapso breve, lo cual no corresponde a la realidad ni es recomendable, advirtió la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE.
María Fernanda García, especialista de la EDN, señaló también que la falta de atención a las etiquetas de los alimentos provoca en ocasiones que se eleve el consumo de grasas, lo cual se torna más perjudicial cuando se trata de alimentos altamente industrializados o los conocidos como “comida rápida” y frituras.
Estos dos factores, entre otros, pueden ocasionar decepción en las personas sometidas a dietas, pues si por una parte no revisan en forma adecuada las etiquetas con los contenidos de los alimentos, y por la otra no se apegan a la prescripción del nutriólogo, fácilmente caerán en una decepción que motivará el abandono del tratamiento.
Por ello, recomendó a las personas sometidas a un régimen alimenticio controlado que mantengan contacto con el especialista o su médico tratante, a fin de lograr el seguimiento adecuado de su dieta y, en su caso, se apliquen los ajustes o correcciones necesarias a lo prescrito.
Asimismo, advirtió la necesidad de evitar o disminuir el consumo de alimentos fritos, como son los capeados o empanizados, y la “comida rápida”, ya que durante su preparación se emplea una gran cantidad de grasas que se alojan en el organismo y pueden provocar padecimientos cardiovasculares como infartos, embolias, trombosis o desencadenar la diabetes y hasta algunos tipos de cáncer.
Explicó que existen dos tipos de grasas: la animal y la vegetal. De estas últimas recomendó informarse sobre sus efectos en el organismo, a fin de lograr los mayores beneficios con su consumo, como son los llamados omegas, ácidos grasos poliinsaturados cuya efectividad se ha comprobado para disminuir los excesos de “grasas malas” en el cuerpo.
Los ácidos grasos de las familias omega 3 y omega 6 son esenciales para los seres humanos, ya que contribuyen a prevenir algunas enfermedades degenerativas. Estas sustancias reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular y los niveles de triglicéridos en sangre.
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