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El académico ruso Anatoly Moskvin, conocido por transformar los cuerpos de niñas muertas en muñecas humanas, podría salir del hospital psiquiátrico tras 14 años

Historia de Anatoly Moskvin, el hombre que convirtió a niñas en muñecas y que podría quedar libre

Anatoly Moskvin
Anatoly Moskvin El hombre ruso no es un criminal común

En Rusia, el nombre de Anatoly Moskvin sigue siendo sinónimo de uno de los crímenes más perturbadores de los últimos tiempos. El historiador que desenterró los cuerpos de 29 niñas para transformarlas en muñecas humanas podría quedar libre y abandonar el hospital psiquiátrico donde lleva más de una década.

¿Por qué Anatoly Moskvin saldría de prisión?

Los médicos que lo evalúan presentaron documentos ante el tribunal para solicitar su liberación. Alegan que ya no representa una amenaza para la sociedad y que puede continuar su tratamiento en casa, bajo el cuidado de familiares o amigos. La posible decisión desató una ola de indignación y miedo entre las familias de las víctimas, que aún viven con las secuelas del horror que vivieron.

Natalia Chardymova, madre de Olga —una niña de 10 años convertida en muñeca—, manifestó su temor y dolor. Durante años visitó una tumba vacía sin saber que su hija había sido exhumada. “No tengo fe en su recuperación. Es un fanático. Si sale, temo que vuelva a hacerlo”, declaró a medios locales.

En los últimos años, los tribunales rusos rechazaron cualquier intento de excarcelación. Pero en esta ocasión, el informe médico sostiene que el detenido muestra “una evolución positiva” y podría ser reclasificado como “incapacitado”, lo que permitiría su salida del centro psiquiátrico para vivir bajo supervisión..

La historia de Anatoly Moskvin, el hombre que convertía a niñas en muñecas

Anatoly Moskvin no era un criminal común. Durante años fue considerado un académico brillante, políglota y experto en historia funeraria. Su trabajo como traductor de inteligencia militar en el Ejército Rojo y su posterior carrera universitaria lo convirtieron en una figura respetada en los círculos académicos de Nizhni Nóvgorod, hasta que la policía descubrió la verdad en 2011.

Dentro de su apartamento encontraron 29 cuerpos de niñas, cuidadosamente vestidos con medias, botas y maquillaje. Algunas llevaban cintas en el cabello; otras, máscaras de cera. Moskvin había transformado sus restos en una especie de compañía eterna, rodeándolas de juguetes, música y rituales que celebraban cumpleaños y festividades.

El hombre confesó haber profanado decenas de tumbas de niñas de entre tres y doce años. Dijo que no soportaba verlas “solas y olvidadas bajo la tierra”. En su mente, creía estar “rescatándolas del frío”.

Desde su arresto, Anatoly Moskvin nunca mostró arrepentimiento. En declaraciones recogidas por la prensa rusa, aseguró que “los padres abandonaron a sus niñas en el frío” y que él simplemente “las trajo a casa para darles calor”. También expresó su deseo de casarse y trabajar como tutor de idiomas extranjeros.

Su madre, una anciana de 86 años, insistió en que nunca sospechó lo que su hijo hacía. “Pensábamos que esas muñecas eran parte de su afición”, dijo a medios locales. Cuando las autoridades le mostraron las fotografías del interior de la vivienda, su mundo se derrumbó.

Aunque aún no se concreta su liberación, se espera que en los próximos días se dé un veredicto sobe su situación legal.

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