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El ADN conecta a todos los seres vivos; compartimos genes con animales y plantas. Estas similitudes revelan vínculos que permiten investigar enfermedades, mejorar cultivos y entender funciones biológicas

Más parecidos de lo que crees: El ADN un lenguaje compartido

ADN Más parecidos de lo que pensamos- Autores del artículo.

¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que nos hace humanos?, De inmediato pensamos en características como que somos bípedos, la capacidad de hablar, la destreza en el uso de herramientas, así como los rasgos emocionales y cognitivos. Si pensamos a un nivel más profundo de nuestra biología, resulta que todas esas características que nos hacen humanos están resguardadas en una molécula llamada ácido desoxirribonucleico o más conocida por su abreviatura ADN. En el ADN se encuentran los genes, que son las carpetas donde se encuentran las instrucciones específicas para las características y funciones de cualquier organismo. Este material genético es como un archivero que contiene toda la información necesaria para el desarrollo y funcionamiento de un organismo. Un punto que resulta sumamente intrigante es el hecho de que compartimos una parte importante de nuestros genes con animales y ¡también con las plantas y hongos! Todos los seres vivos: hongos, bacterias, plantas y animales (incluido el humano) comparten un lenguaje biológico común: el ADN. Por ejemplo, ¿sabías que nuestro ADN es similar en un 60% al del plátano? Este porcentaje de similitud aumenta considerablemente con los animales. Por ejemplo, con el pez cebra, las vacas y los chimpancés compartimos el 70%, 80% y 96% de nuestros genes, respectivamente.

Cuando decimos similar, nos referimos a qué tan parecidas son nuestras carpetas de información con las de otras especies. Esta similitud es posible gracias a la evolución, que se da cuando una mutación genética (cambio en la información de las carpetas), resulta beneficiosa para la supervivencia de una especie. Este cambio tiende a ser conservado y es heredado por las siguientes generaciones. Esta conservación se da principalmente en aquellos genes involucrados en funciones esenciales como la generación de energía (respiración celular) o en el desarrollo de otras características importantes, como el gen eyes absent regula el desarrollo de los ojos en las moscas y también en los humanos (Jin y Mardon 2016). En un estudio reciente, se demostró que algunos genes asociados con el desarrollo de enfermedades en humanos están involucrados en los procesos de senescencia (envejecimiento) de las plantas (Wang et al. 2023). Esto es posible dado que en ambos casos se dañan los procesos de reparación del ADN, un proceso común en todos los seres vivos.

ADN Figura 1: El ADN es el almacén de la información genética de todos los organismos vivos. Dibujo realizado por Mauricio Fabian Monribot Villanueva.

Si pensamos en un nivel más químico de nuestra biología, encontramos que el ADN es el repositorio de la información, la cual debe ser descodificada para formar proteínas y algunas de éstas participan en la producción de compuestos químicos. Resulta interesante encontrar coincidencias químicas entre plantas, insectos y humanos, a pesar de que el conocimiento de la composición química de las especies es mucho menor en comparación con lo que sabemos respecto a los genes. Utilizando la información disponible en la base de datos de Lotus (que alberga la información y búsqueda de compuestos naturales químicos) respecto a la composición química de la planta Arabidopsis thaliana (la planta modelo más estudiada), abejas y humanos, encontramos que 37 compuestos químicos, equivalentes al 1 %, se comparten entre las tres especies (Figura 2). No es de extrañar que entre los compuestos químicos compartidos se encuentren algunos relacionados con el ADN y con los lípidos relacionados con las membranas de las células. De manera sorprendente, hay más compuestos químicos compartidos entre el humano y la planta A. thaliana (343 compuestos químicos equivalentes al 9 %), en comparación con el humano y las abejas (131 compuestos químicos equivalentes al 4 %) (Figura 2). Esto quizás se pueda deber a nuestra dieta basada principalmente en plantas y concuerda perfectamente con el dicho de que somos lo que comemos. Por otro lado, las abejas y la planta A. thaliana comparten 90 compuestos químicos equivalentes al 2 % (Figura 2).

ADN Figura 2: Diagrama de Venn con los números de compuestos químicos únicos y compartidos entre la planta A. thaliana, la abeja y el hombre. Figura construida con la herramienta https://bioinformatics.psb.ugent.be/webtools/Venn/ utilizando la información contenida en la base de datos https://lotus.naturalproducts.net/.

Conocer la similitud de los genes y compuestos químicos en animales y plantas es clave para determinar las conexiones evolutivas entre especies, ayudando a ubicar su origen y sus funciones en el tiempo. Esto también nos permite utilizar modelos animales para estudiar enfermedades humanas, probar y desarrollar nuevas terapias. En las plantas, conocer estas similitudes ayuda a identificar la función de los genes, comprender los procesos bioquímicos y proponer mejoras en los cultivos ante los retos ambientales, como el cambio climático y las plagas emergentes.

Jin M, Mardon G (2016) Distinct Biochemical Activities of Eyes absent During Drosophila Eye Development. Scientific Reports 6 (1):23228. doi:10.1038/srep23228

Lotus Natural Products. Recuperado de: https://lotus.naturalproducts.net/.

 el 4 de agosto de 2025

Wang H-L, Yin W, Xia X, Li Z (2023) Orthologs of Human-Disease-Associated Genes in Plants Are Involved in Regulating Leaf Senescence. Life 13 (2):559

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