
Eusebio Juaristi Cosío navega desde hace 44 años en los mares de la investigación y docencia y sabe que la formación de nuevos maestros y doctores es uno de los elementos torales para el desarrollo de un país. En esas más de cuatro décadas, dice “ya tengo ´42 hijos científicos´ que forman una gran familia en la química y me han dado también ´nietos y biesnietos´”.
Así es como el doctor en química y Premio Crónica describe su labor en la docencia, por la cual han pasado estudiantes que hoy son profesionales sobresalientes tanto en la academia, investigación y en la industria privada en México y el extranjero.
Sin embargo, cuenta que esta red, esta familia, como en otras áreas de la ciencia en el país, está en riesgo por la reducción de becas y apoyos a la investigación. “Aunque hemos estado en muchas crisis, vamos a salir de esta etapa”.
En ese sentido, se le pregunta:
¿Por qué es tan importante formar doctores para un país?
Cuando llegué a México, hace 44 años, los programas de doctorado estaban concentrados en el área metropolitana, por lo que comenzamos a formar nuevos doctores y ellos, afortunadamente, iniciaron programas de posgrados de maestría y doctorado en diversas instituciones en el interior del país.
Por ejemplo, mi primera doctora, Lucía Valle, regresó como profesora-investigadora a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y después otros egresados que tuve se fueron a la Universidad Veracruzana, en Jalapa; a la Universidad Autónoma de Puebla; a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y otras en otros estados.
De este trabajo se dio un hecho curioso: cuando dábamos conferencias en estados, motivábamos a los jóvenes en licenciatura a que vinieran al Cinvestav y luego estos estudiantes que formamos, iniciaron nuevos programas de posgrado en su lugar de origen, por lo que con el tiempo ya no era tan fácil traer alumnos y, en cierto modo, nos volvimos competidores por esa materia prima. Esto estuvo bien porque era importante que los posgrados y la ciencia no estuviera concentrados en el área metropolitana.
Fue crear una red de doctores que forman doctores en química.
Es normal que cuando los nuevos doctores inician su trabajo, lo más común es que sus primeros proyectos estén relacionados con los que desarrollaron en su posgrado, pero lo importante es que la gran mayoría inició nuevos programas en áreas diferentes. De esta manera, estos doctores abren caminos en otros temas de investigación y formaron a otros maestros y doctores.
Por eso digo que “tengo hijos científicos” que fueron los doctores que se formaron conmigo, pero después llegaron los “nietos” e incluso “bisnietos”. Es una red o una familia muy bonita en la química y hemos trabajado áreas de la estereoquímica en diferentes vertientes, muy importantes a nivel nacional e internacional.
Por ejemplo, en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, está el doctor Jaime Escalante, que inició en la síntesis asimétrica y después se fue interesando cada vez más y hoy es un experto reconocido en lo que se conoce como biocatálisis, donde se usan enzimas en lugar de reactivos químicos y estas enzimas pueden catalizar reacciones de manera muy selectiva.
De la misma forma, algunos egresados se colocaron en empresas químicas y por ejemplo el doctor Roberto Melgar, quien es jefe de investigación en Signa S.A, en Toluca, para la síntesis de moléculas y desarrollar fármacos o genéricos, a nivel más industrial, para sustituir importaciones.
Y en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos se fundó el Centro de Investigaciones Químicas y varios de mis egresados son profesores de este lugar.
¿Estos 42 doctores que formó dan clases?
La mayoría trabaja en el medio académico, dirigen tesis de estudiantes e imparte clases y esto a su vez motiva a los alumnos a dedicarse a la investigación. Así se continua la cadena “familiar”.
¿Esta red está hoy en riesgo por la falta de becas y apoyos?
Es muy importante para el desarrollo y futuro del país y es una lástima que el número de proyectos de investigación apoyados por el Conahcyt haya disminuido dramáticamente. Es un gran problema que tenemos en este momento, porque nuestros grupos están poco a poco muriendo de inanición.
Porque la misión principal es la formación de nuevos doctores y ahora el número de becas está limitado. Y aunque hay estudiantes que tienen becas, sus asesores no cuentan con suficientes recursos para adquirir los reactivos, los materiales o los equipos que se requieren o cambiar los que se están volviendo obsoletos. Entonces es importante rectificar y poder abrir más convocatorias de becas con montos suficientes para mantener los laboratorios y, a su vez, en estos laboratorios mantener a nuevos estudiantes.
¿Esta reducción de recursos estaría terminando con una “familia científica” formada desde hace mucho tiempo?
No sé si usted conoció al doctor Manuel Ortega. Él fue director del Cinvestav, del Conacyt y subsecretario de Educación. Tenía una frase que me llamó la atención, porque ya sabe en que en México hemos tenido diferentes crisis, entonces él hablaba de la pasteurización de la ciencia: es decir, un periodo de crisis en el cual muchos investigadores e investigadoras desaparecían y sólo algunos sobrevivían. A éstos les tocaba retomar proyectos científicos o programas de educación etc. A muchos nos ha tocado sobrevivir a estas épocas de crisis en las que no hay apoyos y los salarios son muy bajos que provocan deserción: los científicos se cambian a otro tipo de empleos o emigran del país.
¿Pero la ciencia mexicana contribuye al bienestar mundial, como lo vemos con la tv a color, entonces porque no se valora y se impulsa mejor?
Sí, es cierto, y aunque como químico tiendo a pensar en fármacos, que son productos de la investigación muy importantes en la medicina, pero también está el aspecto tecnológico y es muy importante para México tener ahí investigadores. Por ejemplo, en computación, uno de los premiados con el Premio Crónica 2023 es Carlos Coello, experto en este campo. Eso es lo que necesitamos, porque ya está la inteligencia artificial.
Lo que nos dice la historia, es que la ciencia mexicana siempre sale avante de estos periodos.
Estamos en un momento de crisis porque se redujo el apoyo para proyectos de investigación y entonces el riesgo es que las nuevas generaciones no cuentan con los suficientes recursos para iniciar programas de investigación y sostener sus laboratorios. Esto quiere decir que no van a poder formar a sus “hijos”, “nietos”…, es decir, a los nuevos investigadores y con esto se estaría cortando esa cadena que es importante para mantener el desarrollo de la investigación y de México.
1. Dra. Lucía Valle A. (1987) Universidad Autónoma de San Luis Potosí
2. Dr. Roberto Martínez (1987) Instituto de Química, UNAM
3. Dra. Bárbara Gordillo Román (1988) Cinvestav-IPN
4. Dr. Abelardo Flores Vela (1989) Instituto Politécnico Nacional
5. Dr. Gabriel Eduardo Cuevas (1993) Instituto de Química, UNAM
6. Dra. Delia Quintana Zavala Instituto Politécnico Nacional - CICATA
7. Dr. Jaime Escalante García (1995) Centro de Investigaciones Químicas, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
8. Dr. Domingo Madrigal Peralta (1996) Centro de Graduados, Instituto Tecnológico de Tijuana
9. Dra. Cecilia Anaya Berrios (1997) Universidad de las Américas, Puebla
10. Dr. Francisco Díaz Cedillo (1997) Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN
11. Dr. Oscar García Barradas (1997) Universidad Veracruzana, Instituto de Química Aplicada
12. Dr. Adelfo Reyes Ramírez (1999) FES-Zaragoza, UNAM
13. Dra. Sandra Antúnez Perezache (1999)
14. Dra. Yara Ramírez Quirós (1999) Universidad Autónoma Metropolitana
15. Dr. Heraclio López Ruiz (2000) Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
16. Dr. José Luis León Romo (2000) FES-Zaragoza, UNAM
17. Dr. Víctor Manuel Gutiérrez García (2002) Polaquimia, S. A.
18. Dr. Samuel Cruz Sánchez (2002) Universidad Veracruzana en Xalapa
19. Dra. Martha Sosa Rivadeneyra (2003) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
20. Dra. Irma Linzaga Elizalde (2003) Centro de Investigaciones Químicas, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
21. Dra. Judit Aviña Verduzco (2004) Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
22. Dra. Virginia Marañón Ruiz (2004) Universidad de Guadalajara
23. Dra. Gloria Elizabeth Moreno (2004) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
24. Dra. Elena Castellanos Santiago (2004) Signa, S. A
25. Dra. Maribel Vázquez Hernández (2005) Universidad Veracruzana – Instituto de Química Aplicada
26. Dra. Claudia Gabriela Avila Ortiz (2005) Cinvestav-IPN
27. Dr. Marcos Hernández Rodríguez (2005) Instituto de Química, UNAM
28. Dr. Roberto Carlos Melgar Fernández (2007) Signa, S. A.
29. Dra. Blanca Rosa Díaz (2008) Cinvestav-IPN
30. Dr. Fred García Flores (2008) Pharmaservice, S.A.
31. Dr. José Luis Olivares Romero (2009) Instituto Nacional de Ecología
32. Dr. Yamir Bandala Solano (2009) Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, CDMX
33. Dr. Rodrigo González Olvera (2011) FES-Zaragoza, UNAM
34. Dr. José Gregorio Hernández Barajas (2012) Instituto de Química de la Universidad de Antioquia, Colombia
35. Dra. Erika Jiménez González (2012) Universidad Rice, Estados Unidos (posdoctorado)
36. Dr. Alberto Vega Peñaloza (2014) Universidad de Barcelona, España
37. Dra. Margarita Escudero Casao (2015) SELVITA, Polonia
38. Dr. Jorge Vargas Caporali (2015) Empresa química en Monterrey
39. Dra. Elizabeth Machuca de la Paz (2016) Signa, S.A
40. Dr. Luis Arturo Obregón (2017) Universidad Autónoma de Nuevo León
41. Dr. Carlos Alberto Cruz (2018) UAM Iztapalapa
42. Dr. Mario Pérez Venegas (2020) University of Birmingham, Reino Unido
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