Academia

Eusebio Juaristi: "Con la Química verde podemos enfrentar fenómenos tan graves como el calentamiento global"

Me imaginaba trabajando en la Industria Química, pero cuando estaba en Estados Unidos conocí la gran satisfacción que producen los descubrimientos que pueden hacerse con la investigación, añade el doctor e investigador del Cinvestav

PREMIO CRÓNICA EN ACADEMIA

Eusebio Juaristi:

El doctor Eusebio Juaristi es el único químico que actualmente es miembro de El Colegio Nacional, fundado hace 80 años.

Antimio Cruz

“De los químicos depende la sobrevivencia de la humanidad”, escribió en el año 2010 el científico japonés Ryoji Noyori, ganador del Premio Nobel de Química 2001, al reflexionar por escrito sobre el futuro de un planeta amenazado por la contaminación y el cambio climático. Esta frase contundente es uno de los alicientes que ha guiado el trabajo reciente de uno de los químicos más brillantes de México: el doctor Eusebio Juaristi Cosío, quien recibirá el Premio Crónica 2023, en el área de Academia, el 18 de octubre.

“Si los químicos y químicas dominamos los preceptos de la Química verde vamos a ayudar a encarar fenómenos tan graves como el calentamiento global, que se debe a la acumulación de ciertos gases de efecto invernadero, como el Dióxido de Carbono (CO2). El pionero en el desarrollo de la Química verde es Paul Anastas, de la Universidad de Yale, quien planteó los 12 principios de esta área de la Química. Uno de los ejemplos de la aplicación de esos principios es el trabajo para transformar el CO2 en otras moléculas que sean útiles para la sociedad. Ya se ha hecho el experimento de reducir el Dióxido de Carbono a etanol, que puede ser usado para numerosos procesos industriales de bebidas, cosméticos y medicamentos”, indica el científico mexicano.

Hombre de trato sumamente amable, con mirada concentrada y comentarios precisos, Juaristi Cosío es un experto en el estudio de la estructura tridimensional de las moléculas. Estas disciplinas, llamadas Estereoquímica y Análisis conformacional, son sumamente importantes porque la mayoría de los estudiantes aprende química con gráficos planos, pero la realidad es que el mundo microscópico también tiene frente, fondo y movimiento, lo que cambia las arquitecturas moleculares y la manera como interactúan entre sí.

Lee también

Desde su primer hallazgo en esta línea de investigación, en 1980, el doctor Eusebio y su equipo han trabajado más de 40 años aportando nuevos datos de estructuras y dinámicas moleculares.

“En un principio, me imaginé trabajando en la Industria Química, pero cuando estaba en Estados Unidos me di cuenta de la gran satisfacción que producen los descubrimientos que pueden hacerse con la investigación. Entonces, cuando iba a terminar el Doctorado había oportunidades para quedarme en Estados Unidos para trabajar en alguna empresa química, pero me di cuenta de que lo que más me atraía era seguir haciendo investigación básica y hubo oportunidad de regresar a México para trabajar en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)”, cuenta en conversación para los lectores de Crónica.

Con una honestidad y modestia poco común entre las personas encumbradas en una disciplina, este químico sostiene que algunos de los hallazgos más relevantes que ha realizado en su trabajo han sido producto de casualidades.

“Desde que estaba en el Doctorado yo tenía una libreta en la que anotaba ideas de posibles proyectos de investigación. Cuando empecé a trabajar en México puse en marcha dos ideas. Una de esas ideas resultó que se desarrolló básicamente como la había pensado, pero el otro tema dio lugar a un descubrimiento accidental e inesperado: la molécula que habíamos sintetizado en el proyecto adoptó una conformación que parecía imposible, el término de la forma que adoptó es axial, en lugar de ecuatorial. Después de muchas confirmaciones informamos esta conformación inusual que demuestra un ejemplo, que era desconocido, de cómo las moléculas no están rígidas ni quietas, sino que los enlaces de los átomos en la molécula pueden girar, y esto da lugar a diferentes acomodos, a diferentes arreglos, en tres dimensiones”, explicó.

Sus hallazgos abrieron un área de trabajo que ha continuado durante décadas, en torno al llamado Efecto anomérico.

“Y fue un descubrimiento accidental. Claro, era importante que tuviera cierto conocimiento de lo que era el efecto anomérico, porque si no, me hubiera pasado desapercibido. Pero aquí, como en todo, ayuda la suerte ¿verdad? Por ejemplo, el hecho de que yo hubiera trabajado en el grupo de mi profesor Ernst L. Eliel, uno de los fundadores del análisis conformacional y que, entonces yo tenía ya cierto conocimiento del efecto anomérico. Entonces, en esta observación inesperada, pues fue más o menos lógico el pensar que era un tipo especial del efecto anomérico y así fue”, añade.

CUIDAR AL PLANETA

Juaristi Cosío es uno de los impulsores más decididos de la Química verde en México. Esa disciplina que busca desarrollar productos y procesos que reduzcan la liberación de residuos contaminantes. Pero no sólo ese compromiso lo ha convertido en uno de los químicos más importantes de toda la historia de México, sino sus aportaciones a la comprensión de las formas tridimensionales de las moléculas, sus desdoblamientos y la manera como este conocimiento puede ayudar a hacer más eficientes y menos contaminantes los procesos industriales.

El doctor Juaristi, investigador del Departamento de Química del Cinvestav es uno de los tres mexicanos que ha logrado ingresar a El Colegio Nacional, en los 80 años de historia de esta institución, y el único vivo. Los otros dos químicos que han pertenecido a ese grupo de élite intelectual han sido los doctores Jesús Romo y Mario Molina, ya fallecidos.

“Debemos transmitir a los jóvenes la idea de que la Química no es una disciplina científica de tiempos de Matusalén, en la que ya nada más repetimos en los cursos los mismos conceptos, año tras año. La Química es una ciencia en pleno desarrollo, y el mejor ejemplo es el crecimiento reciente de la Química verde y de la Organocatálisis asimétrica”, comenta el científico nacido en 1950 y que tiene un largo recorrido biográfico e intelectual.

SIEMPRE RENOVADO

Hijo de un agricultor que también vendía maquinaria en Querétaro; primogénito de un matrimonio que tuvo 14 hijos; aspirante a seminarista salesiano durante su infancia; becario en el Tecnológico de Monterrey, gracias al apoyo del Club Rotario, y postgraduado en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, el doctor Eusebio ha sido muchas veces el primero en México en poner en práctica hipótesis y experimentos.

Su cubículo en la Unidad Zacatenco del Cinvestav está lleno de libros, pero también de indicios y rastros de afectos familiares y etapas profesionales: fotografías de sus hijos y esposa comparten espacio con una pequeña pintura de Frida Kahlo, una postal de Hungría, un búho tallado en madera, un reconocimiento del Laboratorio farmacéutico Syntex, un plato con el escudo de Cinvestav y recuerdos del equipo de futbol Tigres, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

“Cuando era estudiante compartí casa con varios jóvenes, entre los que estaba Edmundo Manzoti, que jugó con los Tigres cuando subieron a primera división. Desde entonces soy aficionado, aunque mi hijo es mucho más aficionado que yo”, comenta con una sonrisa al hacer referencia al jugador que también dio a Tigres su primera Copa, con un gol en la final de 1975.

Este experto en estereoquímica y en análisis conformacional de moléculas, hizo hallazgos importantes en 1980, cuando acababa de regresar a México y se incorporó a Cinvestav, después de obtener su doctorado en Carolina del Norte.

Lee también

Obtienen el mapa genómico más completo de los mexicanos

Isaac Torres cruz
El estudio fue realizado con representatividad de las 7 regiones del país.

Cuando se le pregunta qué mensaje le gustaría transmitir a los jóvenes, él recomienda evitar quedarse con la idea de que la química básica y la química aplicada son dos disciplinas aisladas; pide observar a la investigación científica como un entretejido que permite generar beneficios para la humanidad, como medicamentos, vacunas y productos de uso industrial.

“No es que las ideas broten así, como por magia, ¿verdad? Ayuda mucho leer y es algo que yo trato de inculcar mucho con mis estudiantes: prácticamente todos los días leer lo que se está publicando. Por un lado, es muy importante saber qué se está haciendo en otros laboratorios, para no hacer algo que ya está descubierto, pero al mismo tiempo de la lectura de estas publicaciones, de estos reportes a nivel mundial, surgen ideas. A mí me pasa muy frecuente que estoy leyendo un artículo y digo: “Ah, aquí sería interesante hacer tal cosa”. Y, como le digo, yo tenía esta libreta donde iba anotando mis ideas”.

“El análisis conformacional es un tema apasionante, y la analogía que me gusta transmitir es que este campo de trabajo es como platicar con las moléculas, porque uno tiene una idea y, para confirmar, se tiene que sintetizar moléculas que, a través de su comportamiento, nos van a dar información relacionada con la pregunta inicial. Luego uno tiene que escuchar o saber escuchar a la molécula y tomar esa información. Pero es normal que surjan nuevas preguntas y para contestar esas nuevas preguntas, lo más seguro es que tengamos que preparar o sintetizar nuevas moléculas. Y esas nuevas moléculas nos van a dar nueva información. Ese es el diálogo con las moléculas”, agrega.

FELIZ POR RECIBIR EL PREMIO CRÓNICA

Sobre el Premio Crónica, afirma que está muy feliz por recibirlo y además "es muy afortunado que Crónica se interese por dar a conocer el trabajo de personas de los ámbitos científicos, artísticos y empresariales, pues el trabajo de mexicanos o gente trabajando en México que ha generado cambios positivos. Esto puede generar un efecto positivo en los jóvenes, para que vean que su vida puede ser mejor a través de la preparación y de entender que hay trabajo iniciado que las futuras generaciones deben continuar".