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Historias de vida de un grisón bandeado

Tejón Melífero
Dibujo ilustrativo del grisón (Galictis vittata). Dibujo ilustrativo del grisón (Galictis vittata). (Carlos Ortega Contreras)

Los mamíferos son animales llamativos por sí mismos, pero algunos son peculiarmente carismáticos. En la selva habita uno cuyo particular pelaje, increíble habilidad para cazar, y su capacidad para sortear cualquier terreno nos ofrece historias de supervivencia.

El grisón (Galictis vittata) es un mamífero fácilmente distinguible por su característica coloración. Se trata de un animal que tiene como rasgo distintivo una peculiar franja blanca en su frente que se extiende desde su pequeña y larga cabeza, pasando por sus pequeñas orejas redondeadas y llegando a su espalda y cadera proporcionalmente más ancha, donde alcanza tonos grises cenizos tal como si fueran canas. Si bien, su semblante podría recordarnos un poco a su primo el viejo de monte (Eira barbara), el grisón tiene una fuerte coloración oscura en su rostro, su largo cuello y vientre. Su nariz y ojos oscuros se camuflan con el pelaje, mientras que su distintiva sonrisa colmilluda resalta notablemente, un recordatorio de no provocar su ira.

De tal forma, el grisón es un representante de la familia de los hurones y las comadrejas (Familia Mustelidae) con un cuerpo esbelto de entre 46.9 y 72.2 cm, una cola de 15 cm aproximadamente, y patas cortas que van de los 6 a los 8 cm. Una característica importante a resaltar es que esta especie presenta dimorfismo sexual, es decir, existen diferencias de tamaños entre sexos, siendo los machos hasta 8 cm más grandes que las hembras.

En vida libre, donde probablemente las condiciones son más duras, dado que el encontrar alimento implica una gran inversión de energía y recorrer grandes extensiones, su peso se ha estimado en alrededor de 2.3 kg. No obstante en cautiverio, como en refugios o zoológicos, se ha registrado que los ejemplares de esta especie pueden alcanzar hasta 4 kg.

Su forma de caminar es plantígrada, es decir, apoya totalmente su talón al andar, al igual que los humanos, mientras se mueve ágilmente en zig-zag, a diferencia de los perros o gatos que se apoyan sobre sus dedos dejando el talón en el aire (locomoción digitígrada). No obstante, a pesar de ser principalmente terrestre, el grisón es todo un triatleta, ya que mediante el análisis de sus huellas, se ha observado la presencia de cinco dedos con garras angostas en patas delanteras y traseras que probablemente le sirven para trepar árboles no muy altos. Por si fuera poco, cuenta con una membrana interdigital parcialmente desarrollada lo cual sugiere que también puede llegar a ingresar a cuerpos de agua en vida libre. Lo anterior se ha confirmado mediante observaciones de individuos en cautiverio donde se les ha visto nadar de espaldas e incluso sumergirse hasta por 30 segundos.

A pesar de ser una especie críptica, es decir, que es difícil de observar directamente por su baja densidad poblacional y su tendencia a evitar el contacto con humanos, el uso de fototrampas ha permitido revelar algunos aspectos interesantes sobre su historia natural. Por ejemplo, al ser representante del orden de los carnívoros, su dieta está basada principalmente en otros mamíferos pequeños quienes representan hasta el 95 % del volumen en sus contenidos estomacales. De tal forma, el control poblacional que el grisón desempeña sobre tales vertebrados pequeños, es una pieza clave del mantenimiento de los ecosistemas. Así mismo, dado que en cautiverio se les ha observado comiendo diversos frutos con gran gusto, se sugiere que en vida libre puede llegar a transportar semillas; permitiendo de esa forma, la dispersión de especies frutales a lo largo de los hábitats que ocupa, impulsando su regeneración.

Por lo anterior, su importancia en los ecosistemas que ocupa es indispensable, ya que su desaparición y por ende, la pérdida de sus funciones ecológicas tendría un gran impacto en la estructura de su hábitat. Al considerar que la integridad de áreas, tales como los corredores biológicos, es determinante de su uso y dispersión de una gran variedad de especies, su presencia es vital para la conservación de la biodiversidad.

Es una especie pequeña en comparación con otros carnívoros, su ferocidad de depredador es destacable y puede llegar a depredar desde aves de corral, sapos del género Rhinella, hasta mamíferos de igual o mayor tamaño. Entre ellos tlacuaches (Didelphis marsupialis), seretes (Dasyprocta punctata), e incluso tepezcuintles (Cuniculus paca), los cuales se les ha observado cazar ferozmente a plena luz del día, a pesar de que pesan por lo menos el doble que el grisón.

De acuerdo con algunas creencias en el sur de México, el paladar de esta especie podría tener ciertos gustos fuera de lo común. Particularmente, en la península de Yucatán, el grisón se ha ganado el apodo de “escarba muertos”, ya que se tiene la creencia de que visita tumbas en cementerios probablemente atraídos por el olor de la carne en descomposición.

A pesar de ser considerada una especie generalmente diurna, cuenta con una visión versátil que le permite, en caso de ser necesario también estar activo durante la noche. De tal modo, mientras ejemplares en cautiverio muestran un patrón de actividad diurno, un ejemplar estudiado con radiocollar en Venezuela; el cual es un dispositivo electrónico que se coloca alrededor del cuello del individuo y permite saber su ubicación geográfica a cualquier hora del día, mostró un comportamiento predominantemente nocturno, permaneciendo activo entre 10 y 12 horas al día.

Si bien, es una especie con cierto grado de tolerancia a la modificación de su hábitat, con base en su capacidad para habitar zonas agrícolas, generalmente prefiere ambientes naturales, en particular bosques de niebla y selvas tropicales, muchas veces cercanos a cuerpos de agua, en altitudes que van desde el nivel del mar hasta los 2200 msnm. De tal forma, su rango de distribución potencial abarca desde los estados de Tamaulipas, Veracruz y Oaxaca, pasando por Centroamérica, el norte de Sudamérica, hasta Brasil, Bolivia y Ecuador, e incluso con algunas observaciones directas en el norte de Argentina, en zonas colindantes con Paraguay.

A diferencia de otras especies de carnívoros, tal como los felinos por ejemplo, el grisón no necesariamente es una especie solitaria. A pesar de que pueden cazar o recorrer su hábitat solos, también se ha reportado que pueden conformar grupos de hasta seis individuos para cazar o jugar juntos.

Las hembras suelen dar a luz entre una y cuatro crías después de 39 días de gestación, que desde su nacimiento ya cuentan con su particular banda en su frente al estilo de Daniel San. Mientras los ecólogos han enfrentado las dificultades del estudio de esta especie, información sobre el desarrollo de una cría de grisón en sus primeros días viene de una fuente inesperada: una gata, que adoptó y crío un grisón recién nacido. Como resultado de los cuidados de la gata, el grisón alcanzó un desarrollo significativo rápidamente, ya que a las tres semanas de edad (una semana después de abrir los ojos por primera vez) ya podía comer carne, y aproximadamente a los cuatro meses alcanzó su tamaño adulto.

A pesar de sus dotes de depredador, la vida en la selva no es nada fácil. Por ello, el grisón cuenta con ciertas estrategias que utiliza cuando se siente amenazado que van desde vocalizaciones y “ladridos” combinados con el despliegue de posturas de ataque, hasta el disparo de una mezcla de secreciones llamada “almizcle”, similar al de sus parientes los zorrillos.

Más allá de la amenaza de depredadores naturales, tales como el águila harpía (Harpia harpyja) o de los peligros inherentes a la vida salvaje, el grisón es afectado severamente por la construcción de carreteras, de las cuales se ha registrado casos de atropellamiento, así como cacería en ciertas regiones, por lo que está bajo la categoría de Amenazada en la NOM-059- SEMARNAT-2010, norma mexicana para la conservación de especies. Si bien, la escasez de datos sobre esta especie dificulta la identificación de estrategias que habiliten su conservación, la implementación de prácticas tradicionales como la milpa en sus diversas combinaciones, han demostrado ser favorables para el mantenimiento de especies amenazadas. Cabe resaltar que, debido al bajo número de registros en algunos países, tal es el caso de Argentina, la especie se encuentra incluida dentro de la categoría de “Datos insuficientes”, lo que vuelve imposible establecer su estado actual al igual que estrategias específicas para su conservación.

El estilo de vida del grisón, lejos de ser monótono suscita gran interés. A medida que la tecnología y la investigación continúan aportando nueva y valiosa información, descubrimos más acerca de su papel en las selvas. Para ello, nuestra toma de acción como sociedad es fundamental para conservar las poblaciones naturales y así seguir maravillándonos con las historias de vida de un grisón bandeado.

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https://mastozoologiamexicana.com

1. Pabellón Nacional de la Biodiversidad, Departamento de Zoología, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, Ciudad de México, México. vladimir.rojas@st.ib.unam.mx (JVR-S), jj@ib.unam.mx (JJF-M),

juan.gutierrez@st.ib.unam.mx (JDG-R).

2. Posgrado en Ciencias Biológicas, Universidad Nacional Autónoma de México,

Ciudad de México, Ciudad de México, México.

3. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Ciudad de México,

Ciudad de México, México.

*Autor de correspondencia

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