Cultura

La arquitecta recibió la Medalla Bellas Artes 2025 por su contribución a la arquitectura contemporánea mexicana

“La arquitectura nos permite decir cómo queremos que sea nuestra vida” : Susana García Fuentes

Arquitecta destacada La ceremonia de premiación de Susana García se llevó a cabo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. (Aurea Del Rosario)

La arquitectura es una profesión de servicio que debe ejercerse con pasión, entrega y entusiasmo, creando espacios que transformen la vida cotidiana de las personas.

Por su aportación profesional, docente, académica, y su “significativo impulso al desarrollo de la arquitectura contemporánea en México”, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) otorgaron la Medalla Bellas Artes 2025 en Arquitectura a Susana García Fuentes.

El jurado resaltó su trayectoria integral, que combina la investigación, docencia y práctica profesional; el reconocimiento celebra su excelencia, dedicación, compromiso ético y cultural con México.

Al recibir la presea en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la edificadora recordó el inicio de su vocación en los años setenta, donde el aprendizaje práctico en obras y despachos fue tan crucial como la formación académica, que consolidó su entendimiento del oficio.

García Fuentes definió la arquitectura como una profesión de servicio que se realiza con pasión y compromiso, dedicada a crear espacios que permitan a las personas vivir mejor su día a día y que dejen una huella duradera en la memoria de la ciudad.

Para ella la edificación es fundamental porque permite “intentar nuevos y mejores mundos, y estos pueden ser públicos e íntimos, espectaculares y discretos, cálidos o cerebrales, excitantes o serenos, solemnes o festivos, racionales o fabulosos”.

Añadió que lo esencial es que deben ser “siempre buenos, nobles, justos; y para ello la arquitectura nos permite decir cómo queremos que sea nuestra vida, la personal y la colectiva”.

Dijo que también nos ayuda a dar los pasos para alcanzarla en alguna medida; esta capacidad de moldear la vida personal y colectiva es “la más honda causa para ser arquitecto”.

DE ESTUDIANTE A EMPRESARIA.

La arquitecta recordó el inicio de sus estudios en la Universidad Iberoamericana en los años 70, de dónde se graduó en 1978.

“La universidad me quedaba a 30 km de mi casa, lo cual no me importó; para llegar atravesaba la ciudad en camiones, metro, aventones de amistades y parientes, esto me permitió conocer a fondo parte de las entrañas de la Ciudad de México”, relató. Reconoció que siempre contó con el apoyo incondicional de su familia y amigas de la universidad, quienes le abrieron las puertas de su casa y “siempre he agradecido”. Recordó que ingresaron 120 estudiantes a la carrera, y cuando mucho había 20 mujeres; solo se recibieron “unas cuantas”.

Desde su primer trabajo como dibujante, aprendió que el oficio necesario para hacer arquitectura se adquiere trabajando en las obras.

Contó que ingenieros, albañiles, herreros y carpinteros se convirtieron en su “medio de consulta esencial”, quienes le enseñaron los secretos del oficio desde los cimientos; esta experiencia de campo le añadió rigor y solidez, “columna vertebral del estudio”.

La formación académica fue así “complementada crucialmente por el trabajo en el despacho Serrano Serrano, hoy Serrano Arquitectos y Asociados, donde ya es socia.

Enseguida, García Fuentes expresó que la arquitectura es ante todo una “profesión de servicio que debe ejercerse con pasión, entrega y entusiasmo”.

Planteó que el reto fundamental arquitectónico es crear espacios y formas que no solo resuelvan lo funcional, sino que ofrezcan un significado distinto a cada persona que los habita.

“La satisfacción más grande es ver a las personas vivir mejor su día a día en las obras terminadas”, expresó con jubilo en su voz.

LA ARQUITECTA MAESTRA.

En el ámbito docente, García Fuentes busca transmitir el valor del estudio de la arquitectura pasada como una fuente que alimenta el inconsciente creativo.

La arquitecta enfatizó la gran responsabilidad de su oficio al intervenir el entorno urbano o rural.

Esta labor, dijo, permite “dejar una huella en la memoria de la ciudad, un testimonio de nuestro tiempo que se volverá historia”.

La galardonada se comprometió a continuar su trabajo por una arquitectura de calidad, sostenible, e incorporar lo mejor de la Inteligencia Artificial a su oficio.

Finalmente, Susana García Fuentes confió en que este tipo de reconocimientos se dé por mérito profesional y no únicamente como una “cuota de género”.

Por su parte, Alejandra de la Paz, directora general del INBAL, resaltó las cualidades de la galardonada; “hoy rendimos homenaje a una arquitecta que ha dedicado su vida a esta misión con integridad, pasión y perseverancia”.

Señaló que la Medalla Bellas Artes para García Fuentes reconoce su trayectoria y el compromiso social, un trabajo “realizado con integridad, pasión y persistencia a través de la investigación, la docencia y la práctica profesional”.

Indicó que “la arquitectura da forma a nuestra manera de habitar el mundo, no solo al construir espacios, sino al imaginar futuros posibles; nos recuerda la importancia de atender las necesidades comunitarias y crear entornos más justos, inclusivos y dignos”.

INTELIGENCIA Y RESPUESTA INTELIGENTE.

En su oportunidad, Sara Topelson, representante del jurado, dijo que el ejercicio profesional de García Fuentes está plasmado en una amplia y diversa producción arquitectónica que abarca múltiples tipologías, “evidencia de su capacidad para responder con inteligencia y sensibilidad a distintas escalas, programas y contextos”.

Enseguida celebró la decisión unánime y la relevancia de una trayectoria capaz de poner al centro a las personas que habitarán los espacios.

“Susana brillaba con luz propia por todos los proyectos que ha hecho y por toda la trayectoria que ya oímos en la docencia; su talento en el desarrollo conceptual y arquitectónico nos emocionó, especialmente por cómo pone a las personas al centro de cada proyecto”.

Añadió que su edificación incluye edificios educativos y de investigación, conjuntos habitacionales y vivienda, proyectos de hotelería y turismo, corporativos y oficinas, además de equipamiento cultural, deportivo y urbano.

A ellos se suman intervenciones relevantes en infraestructura aeroportuaria, proyectos de comercio y usos múltiples, edificaciones de salud, obras de carácter religioso y ambiciosos planes maestros urbanos y universitarios, explicó.

“Son proyectos que se distinguen por su composición equilibrada y funcional, donde cada espacio responde con precisión al programa con una simplicidad formal que no renuncia a la monumentalidad ni a la experimentación”, señaló.

Dijo que entre sus proyectos más notables se encuentra el Paseo de la Mujer Mexicana, en el Parque Fundidora de Monterrey.

“El diseño ganó un concurso entre puras mujeres arquitectas, es una plaza ajardinada en forma de espiral descendente; la forma de la espiral simboliza la complejidad de las mujeres y un viaje a través de la memoria colectiva de sus brillantes”, explicó.

Manifestó que su manera de estar en el mundo sin estridencias, sin afán de protagonismo, revela una vocación genuina guiada por la responsabilidad, la ética y la constancia.

Tendencias