Cultura

José Agustín Monsreal Interián, Irma Palacios Flores, Mario Humberto Ruz Sosa y Catalina Yolanda López Márquez son reconocidos por la trascendencia y el impacto de sus obras en la vida cultural del país

Anuncian a los ganadores del Premio Nacional de Artes y Literatura 2025

Premio. El reconocimiento en el Campo II. Bellas Artes es para Irma Palacios Flores.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México dio a conocer a las y los ganadores del Premio Nacional de Artes y Literatura 2025.

En el Campo I. Lingüística y Literatura, se distingue al escritor José Agustín Monsreal Interián, “por su devoto y minucioso cultivo de la lengua y la narrativa en México a lo largo de más de 50 años, la trascendencia de su aporte a la formación humana y literaria de varias generaciones de escritores y lectores, así como la necesidad de visibilizar su sólida obra”. Monsreal, originario de Mérida, Yucatán, es un autor fundamental de la literatura mexicana contemporánea. Nacido con una vocación temprana por la palabra escrita, su obra se ha nutrido de la observación aguda de lo cotidiano, de una sensibilidad poética inconfundible y de una capacidad lúdica que encuentra en la brevedad un universo entero.

Premio. En el Campo I. Lingüística y Literatura, se distingue al escritor José Agustín Monsreal Interián.

Durante más de 40 años ha sido un autor fecundo, además de un promotor apasionado de la lectura y formador generoso de nuevas generaciones de escritores, figura clave en el desarrollo cultural del sureste mexicano. Su labor ha sido reconocida con múltiples premios, entre ellos el Premio Nacional de Cuento de San Luis Potosí (1978), el Premio Antonio Mediz Bolio (1987 y 1996), y las más altas distinciones otorgadas por el estado de Yucatán: la Medalla Yucatán (1999) y la Medalla “Héctor Victoria Aguilar” (2009).

El reconocimiento en el Campo II. Bellas Artes, es para Irma Palacios Flores, “por su impecable y continua trayectoria que, a través de su depurada técnica, ha conseguido transmitir una mirada poética y conmovedora”. Originaria de Iguala, Guerrero, Palacios ha consolidado una obra profundamente comprometida con la exploración material y la abstracción lírica que la ha convertido en una figura clave del arte contemporáneo mexicano.

Se le reconoce no sólo por ser una artista prolífica y rigurosa, sino también una creadora que ha sostenido un compromiso ético y estético a lo largo de más de 60 años. Su trabajo ha sabido mantener la frescura de la experimentación sin renunciar a la profundidad conceptual. Es una figura que ha contribuido de manera decisiva a expandir las posibilidades del lenguaje pictórico en México, articulando una voz sensible, firme y generosa. Ha sido distinguida en numerosas ocasiones: Primer Lugar en la Primera Bienal de Pintura Rufino Tamayo (1982), Premio de Adquisición del Salón Nacional de Artes Plásticas (1985), la Beca Guggenheim (1986), la Medalla Bellas Artes (2022), entre otras.

Premio. En el Campo III. Historia, Ciencias sociales y Filosofía, se otorga el galardón a Mario Humberto Ruz Sosa.

En el Campo III. Historia, Ciencias sociales y Filosofía, se otorga el galardón a Mario Humberto Ruz Sosa, “por su perfil interdisciplinario, enfocado al estudio del sureste de México y la cultura maya. Destaca su notable productividad académica nacional e internacional en la investigación –procurando la traducción de su obra a lenguas indígenas y la construcción de una metodología para el rescate y comprensión de fuentes primarias-, la docencia y la formación de recursos humanos. Es encomiable su participación en la creación y dirección de instituciones académicas y culturales”. Ruz, originario de Hunucmá, Yucatán, ha destacado por su labor en áreas como la historia, la etnología, la antropología médica y la lingüística histórica.

Sus trabajos con base en materiales de archivo y revisiones bibliográficas lo han llevado a ser uno de los especialistas más reconocidos en la historia del mundo maya. Gracias a una novedosa forma de estudiar los materiales consignados en tzeltal (y no su traducción al español), propuso una metodología que le facilitó plantear una suerte de “etnología histórica” para reconstruir los paisajes naturales y culturales de grupos sobre los cuales no existen crónicas. Dado lo fructífera que se reveló esta novedosa metodología, fue y sigue siendo empleada por colegas y alumnos, en particular en casos en los que se carece crónicas u otros textos detallados. El mismo Ruz ha vuelto a usarla para dar cuenta de diversos aspectos de los pueblos mayas, como la vivienda, el atavío, las técnicas de caza y pesca, la música y las danzas, ofreciendo valiosos mosaicos comparativos en diversos grupos y lenguas mayas.

Premio. En el Campo IV. Artes y Tradiciones Populares, recibe la distinción Catalina Yolanda López Márquez.

En el Campo IV. Artes y Tradiciones Populares, recibe la distinción Catalina Yolanda López Márquez, “por el rescate, conservación y difusión, con énfasis en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de las tradiciones populares de Oaxaca. Su trabajo es fundamental para la preservación de la grana cochinilla, como patrimonio biocultural y materia prima nodal para la creación de las artes populares”. Originaria de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, López encontró muy pronto en su vida en el mundo natural, particularmente en los insectos, un universo fascinante de significados, colores y posibilidades. Su curiosidad científica la llevó a cursar la preparatoria técnica en laboratorio clínico-químico, pero pronto encontró su verdadera vocación más allá del laboratorio, en el rescate de un arte milenario: la cría y el aprovechamiento de la grana cochinilla fina del nopal.

A sus apenas 19 años fue convocada para coordinar el Centro de Desarrollo e Investigación de la Cochinilla en Ejutla. Desde entonces ha tenido una vida dedicada a investigar, conservar y difundir el conocimiento sobre este insecto prehispánico que durante siglos dio color a códices, textiles y murales. Su enfoque integró el conocimiento empírico, la observación científica y la pedagogía comunitaria. Entre 1974 y 1985, organizó talleres en 15 comunidades de los Valles Centrales, capacitando a más de 500 campesinos y artesanos en el cultivo del nopal y la cría de la grana. Su aporte técnico y cultural se consolidó con la creación, en 1983, de una innovación sin precedentes: la nopaloteca, un invernadero rústico ubicado en su propia casa, que se convirtió en banco de conservación genética, aula experimental, centro de distribución de pie de cría y, sobre todo, un espacio de encuentro intergeneracional. Es cofundadora del Museo Vivo de la Grana Cochinilla, un espacio educativo y artístico donde niñas, niños, jóvenes, turistas y especialistas pueden conocer de cerca el ciclo biológico del insecto y los procesos tradicionales de obtención del tinte natural. Entre otros reconocimientos ha recibido el Primer Lugar del Premio Nacional a las Mujeres Mexicanas Inventoras e Innovadoras (2008) y el reconocimiento Tesoros Humanos Vivos (2023).

El jurado de la presente edición del Premio Nacional de Artes y Literatura estuvo conformado de la siguiente manera: Campo I. Lingüística: Ana Castaño Navarro, Carmen Villoro Ruíz, Emilia Buitimea Yocupicio, María Bárbara Cifuentes García, Luis de la Peña Martínez, Marco Antonio Urdapilleta Muñoz y Julio Alfonso Pérez Luna; Campo II. Bellas Artes: Fabricio León Diez, María de Lourdes Rojo e Incháustegui, María Lourdes García Noriega Nieto, Cecilia Guadalupe Sabido Sánchez Juárez, Armando Casas Pérez, José García Hernández y Demián Flores Cortés; Campo III. Historia, Ciencias Sociales y Filosofía: María Esther Acevedo y Valdés, Ángel Xolocotzi Yáñez, Olivia Joanna Gall Sonabend, Evelyn Alfaro Rodríguez, Mario Alberto Rufer, Álvaro Vázquez Mantecón y Gustavo Leyva Martínez; Campo IV. Artes y Tradiciones Populares: Elionor Bartra y Muriá, Carlos Bravo Marentes, Juana Bravo Lázaro, Martha Soledad Gómez Atzin, Yatahli Otilia Rosas Sandoval, Darío Valentino Escobedo Ortiz y Arnulfo Embriz Osorio.

El Premio Nacional de Artes y Literatura reconoce e impulsa el trabajo de las y los artistas, investigadoras e investigadores más destacados del país para preservar el patrimonio nacional e impulsar su proyección global.

Tendencias