Cultura

La distribuidora mexicana conecta sellos independientes nacionales y extranjeros con librerías de todo el país, apostando por la cercanía, la difusión y el trabajo colaborativo

Nadie Distribuye: el puente que fortalece a las editoriales independientes en México

Nadie Distribuye nació como una respuesta a las necesidades de las editoriales independientes que buscaban un canal sólido y cercano para llegar a las librerías mexicanas. Así lo explicaron Alonso y Andrea, integrantes del proyecto, durante una entrevista en la que compartieron el origen, los retos y la visión de esta distribuidora con base en México.

Nadie distribuye | FIL (Cortesía)

El proyecto surgió a partir de la experiencia previa de Gonzalo, uno de los fundadores, en el trabajo con editoriales y distribuidoras argentinas, así como del interés por consolidar en México una red de distribución enfocada en sellos independientes mexicanos y latinoamericanos. Al coincidir con Alonso —quien además es librero— encontraron afinidades en la manera de entender la edición y la circulación del libro, lo que dio forma a la distribuidora.

Desde su inicio, Nadie Distribuye apostó por un criterio claro: trabajar con editoriales cuyo catálogo y línea editorial fueran coherentes y cuidadas. El contexto posterior a la pandemia también influyó en su consolidación, pues la reconfiguración del sector editorial abrió oportunidades para proyectos medianos y pequeños, tanto en editoriales como en librerías.

Actualmente, la distribuidora opera a nivel nacional, colocando libros en librerías de todo México. Aunque trabajan con editoriales mexicanas, argentinas y españolas, su labor de distribución se concentra exclusivamente en el territorio mexicano, funcionando como enlace entre editoriales y librerías, sin venta directa al público. En total, colaboran con alrededor de 20 editoriales independientes.

Alonso explicó que uno de los grandes retos de una distribuidora es la logística, es decir, recibir, almacenar y colocar los libros en librerías de manera ágil, así como la gestión administrativa: seguimiento de ventas, cobros y comunicación constante con editoriales. A esto se suma un tercer desafío que distingue a Nadie Distribuye: la difusión activa de los libros, no sólo para que lleguen físicamente a las librerías, sino para que sean conocidos, leídos y recomendados.

En este punto, Andrea destacó la importancia de las librerías independientes como aliadas estratégicas para la difusión. Más que una labor de prensa tradicional, la distribuidora busca fortalecer una red cercana y cómplice con estos espacios, donde el conocimiento del catálogo y la relación directa con los lectores resultan fundamentales. En el caso de editoriales extranjeras, Nadie Distribuye también asume un papel de representación en México.

Sobre el panorama actual, ambos coincidieron en que las editoriales y librerías independientes atraviesan un buen momento, con mayor visibilidad incluso en cadenas comerciales, donde comienzan a ocupar mesas de novedades y espacios exclusivos. No obstante, advirtieron que aún faltan datos accesibles sobre el sector, debido al alto costo de las plataformas de medición, lo que deja fuera a muchos proyectos independientes.

El nombre Nadie Distribuye surge como un juego de palabras que refleja su filosofía: la distribuidora no busca protagonismo, sino colocarse “detrás” de la relación principal entre editoriales y librerías. También alude a aquellas editoriales que antes “nadie distribuía” y que hoy encuentran en este proyecto un canal de circulación justo y cercano.

De cara al futuro, el objetivo es afianzar y ampliar la red de librerías independientes, mapear nuevos espacios que surgen en el país y, a partir de esa base sólida, impulsar presentaciones, actividades y estrategias de difusión que fortalezcan la vida del libro independiente en México.

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