Cultura

Pablo Goldin Marcovich: VIVA PLAZA MERCED 2000, un plan para espacios abandonados y de rehabilitación urbana

Tras la clausura de la muestra “Troya”, donde expuso este proyecto, el arquitecto habla sobre el trabajo por el cual ha recibido el Premio Abraham Zabludovsky (UNAM, Enero, 2019) a la mejor tesis de composición arquitectónica 2017

entrevista

Imagen de la Plaza Merced 2000.

Imagen de la Plaza Merced 2000.

El proyecto VIVA PLAZA MERCED 2000 POR SIEMPRE reúne (y sintetiza) casi 9 años de investigación, reflexiones y propuestas realizadas para activar los espacios subutilizados del edificio Plaza Merced 2000 y mejorar sus condiciones sociales.

“Son ideas de cómo debe evolucionar la ciudad, de cómo tratar espacios abandonados, de cómo trabajar estos procesos de rehabilitación urbana, más allá del edificio estático en un plano”, expresa el arquitecto, Pablo Goldin Marcovich, en la galería General Expenses.

Tras la clausura de la muestra “Troya”, donde expuso este proyecto, el arquitecto habla sobre el trabajo por el cual ha recibido el Premio Abraham Zabludovsky (UNAM, Enero, 2019) a la mejor tesis de composición arquitectónica 2017, el 3er lugar en los Lafarge Holcim Awards Next Generation para Latinoamérica (Suiza, Junio 2021) y el FONCA Jóvenes creadores 2021-2022.

Lo esencial es invisible

El edificio Plaza Mercedes 2000 se encuentra en la merced (Olvera 47, La Merced, Centro, Venustiano Carranza, CDMX), “justo entre Nave mayor y Nave menor, pero pasa un poco desapercibido, porque no es el edificio moderno de la nave principal, ni tampoco es ambulante”.

“Es tan grande, que es un poco invisible. Y más que un mercado, es un centro comercial”, ahonda Pablo Goldin.

Los 16 mil metros cuadrados de construcción están, en su mayoría, desocupados.

El primer nivel, donde se encontraban los murales “Los pueblos no tienen memoria” y “Los monstruos de fin de milenio” del artista mexicano Ariosto Otero fue utilizado como bodega por los ambulantes y permanece en desuso, mientras que una parte del segundo se utiliza como estacionamiento.

El arquitecto comenzó a trabajar en este edificio a raíz de un incendio que hubo en el 2013, cuando se propuso un concurso para la zona, y recuerda que hubo muchas controversias con los resultados.

“Particularmente porque proponían desaparecer el edificio. El ganador decía vamos a demoler una serie de mercados que eran de este periodo (90s/2000s)”, relata.

La oportunidad que él vio en este edificio parecería evidente, pero esconde una gran maraña de problemas sociales e institucionales.

“Si bien su problema es que está subutilizado y el problema de los alrededores es que está saturado, yo decía, bueno, pues utilicemos el espacio de este edificio para solucionar problemas del propio edificio y de los alrededores”, indica Pablo sobre lo que fue el punto de partida para su tesis de licenciatura (“La Merced: Ilusión, Fracaso y Redención”).

-¿Se puede usar el edificio? ¿No es un peligro?

“No, para nada. Y además es un edificio que tiene una historia interesante también”.

En los noventas, cuando la CDMX se encontraba en reconstrucción por el sismo del 85 se propuso un programa inmediato de mejoramiento del comercio popular, a través del cual se desarrollaron distintos espacios comerciales en la zona centro.

“Entonces crean estas plazas comerciales donde no forzosamente los locatarios deciden meterse. O sea, no mitigan el problema del comercio informal y en los 2000s la vuelven a transformar”, resume el arquitecto.

En aquella “transformación” permeó la ideología del centro comercial y en el edificio se instaló un cine, locales y estacionamiento, creando un patrón que se repite en la Ciudad de México desde hace 400 años: la creación de mercados, su saturación y colapso.

Pablo opina que el problema también tiene que ver con la creación de fideicomisos en aquel momento, por parte del FONDECO (Fondo de Desarrollo Económico del Distrito Federal) para que cada locatario comprara y fuera dueño de su local.

“Pero no todos los locales se vendieron. Entonces ahorita de lo que yo entiendo, pues hay una controversia, porque tienes un cacho en la plaza que está vendido, el otro que lo administra el fideicomiso y, por ejemplo, al cine quién le va a dar mantenimiento, ¿los locatarios o el fideicomiso?”

En ese sentido, explica que también intenta entender ese nudo y cómo se podría deshacer, “porque es una situación que se replica en otros 30 edificios en la Ciudad de México, por lo menos en el centro, que son los que forman parte de estos programas”.

“Es un edificio complicado, pero que también es muy simbólico o representativo de otros edificios”

Sin embargo, vale la pena resaltar que, a pesar del tamaño del edificio y el espacio disponible que podrían sugerir la presencia de habitantes clandestinos u otros usos problemáticos, Pablo informa que la administración funciona bien y existe tanto orden como limpieza.

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“En las fotos parecería, te dan la impresión así como un espacio anárquico, pero no, o sea, tiene seguridad propia, yo tuve que ir y presentarme con la administración para que sepan que estoy haciendo, porque si es una comunidad muy unida y como muy consciente del espacio que habita”.

El sueño de todo arquitecto

El proyecto ganó algunos premios y a Pablo le pareció importante llevarlo fuera de la Facultad de Arquitectura, a los locatarios.

Fue entonces que aplicó al recurso de Jóvenes Creadores y propuso seis maquetas en las que invita a imaginar formas de utilizar los espacios subutilizados del edificio.

A diferencia de con la tesis, para realizar las maquetas Pablo platicó con los locatarios sobre los usos que querrían dar al espacio inutilizado.

“Hablamos de temas de sustentabilidad, paneles solares, captación de agua, vegetar la azotea, comedores y espacios de descanso. Y, pues bueno, aquí ven todas las inquietudes que se te ocurren: una sala de cine, espacios para dormir, espacios para jugar, espacios para comer, un gimnasio para la comunidad de Box, un skatepark, espacios para tomar clases de distintos temas, etc”.

En las maquetas, construidas sobre anafres y decoradas con materiales que ambientan el centro de la CDMX, también se muestran los espacios que actualmente están en uso y el arquitecto indica que "eso ya funciona, no hay que tocarlo".

Con el eslogan de esta propuesta, Pablo Goldin apunta al gran potencial del edificio, que continuamente es catalogado como problemático a pesar de no tener ningún problema estructural.

“Viva Plaza Merced 2000 por siempre quita de la ecuación la posibilidad de demolerlo, más bien se trata de celebrarlo: celebrar que hay una estructura de ese tamaño en la Ciudad de México, que hay una comunidad que ya lo utiliza, celebrar su ubicación y empezar por ahí. Es empezar por trabajar con lo que existe, para mejorar eso y atraer aquello que aún no existe”, considera.

Otra Imagen.

Otra Imagen.

-Entonces, ¿es un proyecto arquitectónico o un proyecto artístico?

Comenzó como un proyecto arquitectónico, pero se vuelve artístico o tiene lugar en una galería de arte, en el momento en donde ya se destila un poco para discutir ciertas ideas”, responde.

Pablo también ha trabajado en temas de curaduría y producción de piezas y agrega que el arte le atrae como espacio abierto a problematizar, “a discutir, a poner en cuestión muchas cosas; mientras que en arquitectura se trata de un proyecto que tienes que echar hacia adelante. Si lo problematizas, te puedes sabotear a ti mismo”.

“He usado herramientas, instrumentos o espacios de arte para poder problematizar ciertas cosas de acá y hacer un puente entre las dos”.

El arquitecto

Pablo Goldin es Arquitecto por la UNAM y Urbanista por la Higher School of Economics de Moscú. Actualmente da clases en la Universidad Centro y en la UNAM, trabaja con Taller Capital y escribe artículos de opinión (Arquine).

Le enoja que la arquitectura pública en el oriente de la Ciudad se haga con menor calidad y termine abandonada, pero al no ser un locatario de las zonas que investiga le parece inapropiado embanderar luchas ajenas.

“Ellos son los dueños de su edificio. Yo les puedo aconsejar y proponer, pero el paso lo tienen que dar ellos. Por supuesto si lo quieren dar conmigo, feliz”, añade.