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¿Jets Y 49ers reconocerán algún día su equivocación?

Esta semana hay varios tópicos que tocar que han surgido durante la semana 16 de la NFL, es decir, a dos de que termine la campaña regular 2022, y quizá uno que despierta más curiosidad para muchos y gran incertidumbre para quienes son parte del problema es qué va a suceder con aquellos mariscales de campo que llegaron hace un par de años con gran cartel a la Liga y hoy parecen relegados, pero en quienes sus respectivos equipos invirtieron una enorme cantidad de recursos vía selecciones colegiales y sobre todo ilusiones.

SIN PROPULSIÓN

En primer lugar hay que hablar de Zach Wilson, el joven pasador de los Jets de Nueva York que al parecer, después de dos oportunidades, ha dejado en claro que no es la solución ofensiva para el equipo, por más que su coach, Robert Saleh, se empeñó en buscar la excusa y brindarle el beneficio de la duda.

Zach Wilson de los Jets de Nueva York.

Zach Wilson de los Jets de Nueva York.

Wilson llegó en 2021 a la Liga, primera selección colegial de los Jets y como la nueva cara de la franquicia. En esa temporada se le perdonó su bajo rendimiento teniendo en cuenta su inexperiencia y la reciente conformación de un sistema ofensivo nuevo, sin embargo, ya en 2022 Zach ha sido un tremenda decepción, ya que, como se dice en el argot, ha dado pasos hacia tras en su desarrollo en la posición, al grado de que a mitad de temporada el entrenador lo mandó a la banca por falta de productividad, no obstante que lo protegió ante los medios al señalar que no lo estaba relegando, sino que buscaba que el chico tuviera un periodo de reflexión y reenfoque de su situación y posición.

En su lugar entró Mike White, un pasado reclutado por Dallas en 2018 en una quinta ronda y que posteriormente fue negociado a Nueva York. Con White la ofensiva neoyorkina caminó sin problema; sin más, parecía la solución.

Aun así, Saleh salió a declarar que no estaba entregando la titularidad a White, que sólo se trataba de un periodo de readaptación para Wilson. Una lesión de White dio la excusa perfecta para reinstalar en la titularidad a Zach y bastaron sólo dos juegos para que el coach Saleh y la directiva de los Jets reconocieran a medias que simplemente se equivocaron y que Wilson no es la dirección correcta para el equipo. En su último juego disputado por los Jets, Wilson fue mandado a la banca por ser inoperante.

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Y bueno, no es un pecado errar y menos fallar para estos jugadores, después de todo, quizá tienen los argumentos para ser estrellas al nivel colegial pero no para el profesionalismo.

En dos juegos que restan será muy complicado que Zach muestre un real avance y quizá en la siguiente temporada baja sea moneda de cambio para Nueva York y resulte atractivo para otros tantos equipos que buscan desesperadamente un pasador joven.

COSTOSA Y DUDOSA INVERSIÓN

En otro que llama la atención es Trey Lance, quien, era tal la tentación y futuro que le veían los 49ers de San Francisco, que cedieron sus selecciones de primera ronda de los próximos tres Drafts. Lance jugó muy poco en 2021, era suplente; en 2022 fue designado titular y en dos juegos en que participó, antes de lesionarse, mostró muy poco.

Ahora, con el destape de Brock Purdy, el mismo Lance no sólo se ve preocupado al descubrir que su puesto se le va, sino hasta sorprendido de la manera en que Purdy ha asimilado el sistema y por ende su éxito.

De imponerse la lógica, Brock es a todas luces el futuro del equipo, no obstante el coach Kyle Shanahan seguro tratará de encontrar quizá la última oportunidad para que el joven Lance demuestre porque se invirtió tanto en él. Después de todo la idea de llevarlo fue del mismo Shanahan y la responsabilidad cae directamente en él. Tal vez es temprano para que el coach reconozca que quizá Trey no tiene el talento ni la madera para jugar al nivel de la NFL.

Todo dependerá hasta dónde lleguen los 49ers en la postemporada, pero lo más seguro es que al arrancar los campamentos de entrenamiento del 2023 Shanahan establecerá una competencia abierta por la titularidad entre Purdy y Lance. Los dos son muy jóvenes y quizá lo más conveniente es mantener a ambos, después de todo son sueldos bajos para el equipo. Sin embargo, si Trey ya estaba presionado por dar resultados inmediatos en su segunda temporada, ahora esa presión será mayor con lo mostrado por Purdy.

Y aunque no lo reconozca, Shanahan anhelaría que Lance ganará la titularidad para así demostrar que no se equivocó el empeñar el futuro del equipo en los años venideros en el draft; sin embargo eso se ve muy difícil con el acoplamiento y desempeño que ha logrado Brock.

HOMENAJE A DESTIEMPO

La noche del sábado los Acereros de Pittsburgh retiraron el número 32 de Franco Harris, un poderoso corredor que en su momento llegó a estar en disputa por la carrera de más yardas de por vida con Walter Payton a mitad de los 80; de ese tamaño era el nivel de Harris. Franco murió hace unos días y no tuvo la dicha de ver retirar su jersey, un honor que pocos jugadores pueden presumir.

No obstante, ese tipo de prácticas no son muy recurrentes en Pittsburgh, pues baste decir que el 32 de Franco es apenas el tercer número oficialmente retirado. ¿Alguien puede creer eso después de la enorme constelación de figuras que tuvo este equipo en los 70?

Pues si, lamentablemente el homenaje a Harris llegó muy tarde, es apenas el tercer número retirado, los otros dos son el 70 Ernie Stautner y el 75 del mítico Joe Green, ambos poderosos linieros defensivos.

Sin embargo, ¿dónde quedan números icónicos del club como el 12 de Terry Bradshaw, el 58 de Jack Lambert, el 59 de Jack Ham, ambos linebackers; el 52 del centro Mike Webster; el 47 del esquinero Mel Blount; el 31 del profundo Donnie Shell; el 68 del frontal LC Greenwood; el 20 del corredor Rocky Bleier y el 88 de Lynn Swann y el 82 de John Stallworth, ambos receptores de época y estampa de la posición del equipo en su era dorada?

Sin duda es un grave error que un equipo que fue dinastía en este deporte tarde tanto tiempo en retirar los números de esos jugadores que lo hicieron grande, y lo que es peor aún, que parece no importar.

Y es que cuántas otras leyendas han visto retirar su número a pocos años de retirarse, incluso algunos de la misma época de esos Acereros como Roger Staubach, Tony Dorsett, Bob Lilly y Randy White de Dallas; más recientemente Joe Montana, Jerry Rice, Dwight Clark y Ronnie Lott de San Francisco o hasta Peyton Manning en Indianapolis.

Lo cierto es que es una pena que Harris no haya disfrutado de ese honor.

EL COACH QUE NUNCA PUDO SER

Finalmente qué agregar al despido de Nathaniel Hackett como entrenador de Denver. Llegó con grandes credenciales al haber coordinado el ataque de Green Bay con Aaron Rodgers, sin embargo le sucedió lo que a muchos buenos coordinadores que no logran dar el ancho como head coach. Fue un fracaso si se toma en cuenta que la directiva de los Broncos le contrató a Russell Wilson para mover la ofensiva. Seguro Hackett encontrará trabajo nuevamente como asistente y nada más, mientras que los Broncos tienen las piezas necesarias para producir, sólo dependerá de la elección del nuevo coach para el 2023.