¿Imaginabas que en pleno 2024 se estrenara una pieza de Wolfgang Amadeus Mozart? Pues ahora es una realidad. Hace unos meses se descubrió una pieza insólita del artista y ahora ya se encuentra en plataformas digitales para que el mundo siga gozando del arte de este artista prodigio.
Fue en la ciudad de Leipzig en donde se encontraron las partituras encuadernadas en la colección del compositor Carl Ferdinand Becker atribuidas a Mozart con el nombre “Serenata en Do mayor”, una pieza para violín primero, violín segundo y bajo. La obra cuenta con siete movimientos que duran entre uno y dos minutos, ¡Un hallazgo verdaderamente histórico!
Al parecer fue una obra escrita en la segunda mitad de 1760, es decir, cuando Mozart tenía entre diez y trece años. Así que es una prueba más de que desde muy pequeño comenzó a dar señales del talento nato que tenía para la música.
Esta pieza fue estrenada el pasado 19 de septiembre en la ciudad natal de Mozart, Salzburgo y dos días después tuvo su estreno alemán en la Ópera de Leipzig. Fue un trío de estudiantes (adolescentes) quienes interpretaron por primera vez la obra y una multitud se reunió para escucharla.
Bautizaron la obra como “Muy pequeña serenata nocturna”. Fue el pasado viernes 18 de octubre que se estrenó en las plataformas digitales y Universal Music convocó a la prensa para conocer más detalles.
Elisa Schmelkes, compositora, directora coral, editora y comunicadora, fue invitada como experta en música clásica para contextualizar el descubrimiento histórico y compartir todos los detalles posibles.
“Hay dos formas de corroborar autoría: Una de ellas es estadística y las personas musicologas que se han dedicado a estudiar cómo componía Mozart en esta época, están de acuerdo en que pertenece a el artista y está dentro de su estilo. La otra es la proveniencia, es lo mismo que sucede en las artes visuales, es decir rastrear. En este caso esta obra no está firmada por Mozart, no es un manuscrito firmado por su propia letra, creemos en la letra del compositor que tenía la obra”, explicó Elisa.
Este acontecimiento no solo es un regalo para los seguidores de la música clásica, sino que también sirve de inspiración para una nueva generación de músicos y compositores, recordándonos que la música es capaz de viajar en el tiempo y en el espacio.