La tercera temporada de la serie surcoreana del Juego del Calamar concluyó luego de que se lanzaran sus últimos seis episodios y el final cerró la historia de Gi-Hun, dejó algunas preguntas y abrió la puerta a expandir este universo televisivo. Aquí te contamos (con spoilers) los detalles que nos dejó esta tercera entrega.
Final explicado de El Juego del Calamar 3
La historia termina con In-Ho (El Líder) llegando a Los Ángeles a visitar a la hija de Gi-Hun (jugador 456), quien está molesta por no haber recibido noticias de él desde el día que perdió su vuelo en el aeropuerto para ir en busca de la organización de los juegos. Ahí, le revela que su padre murió y le deja una caja con el uniforme que usó durante los juegos así como la tarjeta de débito con el dinero que aún le quedaba.
Después de irse, El Líder ve desde su auto a una mujer de traje (interpretada por Cate Blanchet) jugando al ddakji con un hombre en la calle y abofeteándolo, dando a entender que se trata de una reclutada. Ella mira al Líder con complicidad y satisfacción de que los juegos continuarán próximamente.
Esto es un guiño a las próximas series podría estar estrenando Netflix para expandir este universo. Si bien, esta temporada concluyó la historia de Gi-Hun, se espera que la plataforma estrene más series que contarán historias del Juego del Calamar en otras partes del mundo y posiblemente, también precuelas sobre el nacimiento de esta letal competencia.
¿Por qué murió Gi-Hun y ganó la 222 en el último juego?
Durante el último capítulo, vemos a Gi-Hun enfrentarse a los otros 7 sobrevivientes, quienes, cegados por la fortuna, votaron por llegar hasta las últimas instancias confiados en que podrían hacer equipo para dejar fuera al jugador 456, la jugadora 222 (ahora la bebé de Jun-Hee) y Min-Su (jugador 125).
La tensión y la intriga hace que los jugadores que habían hecho equipo originalmente, se fueran eliminando al arrojarse de las torres, quedando únicamente Myun-Gi (jugador 333) y Gi-Hun con la jugadora 222. El jugador 456 lucha por defender a la bebé y logra eliminar a su último oponente. Sin embargo, como no oprimieron el botón de inicio, esta victoria no contó, por lo que la única forma para ganar para Gi-Hun es eliminar a la bebé.
Finalmente, ante la mirada expectante de los VIPs, Gi-Hun decide salvar a la bebé y arrojarse de la torre para quedar eliminado y permitir que la jugadora 222 viva. Antes de hacerlo, les dice a los millonarios de la organización que las personas que participan ahí son seres humanos y no caballos para su entretenimiento.
Este final es parte de la metáfora que estableció el director Hwang Dong‑hyuk donde muestra a los juegos como una forma de criticar la violencia sistemática que impera en la sociedad actual y que empuja a las personas a competir de forma agresiva entre sí mismos para poder subsistir, especialmente, a las personas en situación económica más vulnerable.
De esta forma, la muerte de Gi-Hun es la representación de la crudeza y del pesimismo de la sociedad actual.
Por r otra parte, también hay quienes consideran que el sacrificio del protagonista es una elección de humanidad. Un mensaje de esperanza al dejar viva a una inocente para salir del infierno de los juegos, siendo un triunfo parcial para Gi-Hun al salvar a al menos una persona y negándose a actuar de la forma que los VIPs esperaban.
Previo al estreno de esta tercera temporada, el mismo creador de la serie anticipó que no se trata de un final feliz, ni de una historia de héroes, sino de reflexión sobre el mundo que seguimos construyendo actualmente donde los “perdedores” se quedan atrás sin ninguna consideración.