
En un momento histórico en el que la industria del entretenimiento se reinventa a pasos acelerados, el nombre de Eduardo Basagaña aparece con fuerza como uno de los empresarios más influyentes y disruptivos de América Latina. Este argentino, con más de diez años de experiencia en la gestión y desarrollo de talentos, ha decidido apostar por México no solo como mercado estratégico, sino como el escenario ideal para consolidar una nueva era en la música: aquella que combina cultura, innovación y tecnología.
Su recorrido no es menor. Basagaña ha colaborado con artistas que hoy definen la música global, entre ellos Karol G, Mon Laferte, Pimpinela, Aitana y Ana Mena. Pero más allá de las giras, discos y producciones, su sello está en la capacidad de anticipar cambios en el consumo musical. Durante la pandemia, cuando los conciertos presenciales quedaron en pausa, lanzó +VIVO, la primera plataforma de conciertos digitales inmersivos de la región, lo que marcó un antes y un después en la relación entre artistas y fanáticos. Ahora, en una nueva jugada visionaria, desarrolla el primer metaverso musical latinoamericano, un espacio donde los seguidores podrán vivir experiencias interactivas, crear avatares y acceder a conciertos únicos.
De acuerdo con proyecciones de Bloomberg, el mercado del metaverso podría superar los 800 mil millones de dólares para 2026, una cifra que refleja la magnitud de la apuesta que encabeza Basagaña. Pero, ¿por qué México?
México: la llave del mercado latino hacia el mundo
“México es fundamental”, afirma sin titubear. Y los números lo respaldan: el país es hoy el décimo mercado musical más grande del mundo, con ingresos superiores a 1,500 millones de dólares anuales solo en streaming. En este contexto, figuras como Peso Pluma han demostrado que el talento mexicano tiene la capacidad de convertirse en fenómeno global.
Basagaña reconoce en México no solo un centro de consumo, sino un puente cultural y estratégico: “Es el punto de conexión entre América Latina y Estados Unidos. Quien logre consolidar aquí un proyecto sólido, puede abrirse camino hacia el mercado internacional más competitivo”.
Un portafolio con ADN global
El trabajo de Eduardo Basagaña se distingue por unir artistas con potencial local y proyección internacional. Entre sus representados se encuentra Ana Mena, quien acumula más de 4 mil millones de streams y 60 discos de platino, y que se prepara para un desembarco más fuerte en México, con colaboraciones como Las 12 junto a Belinda.
Otro caso es el de Juli Obregón, a quien firmó con apenas 18 años. Se trata de una joven promesa digital que encarna el futuro de una generación que consume música en redes y plataformas de manera diferente. Y no menos importante es la presencia de Ángela Leiva, considerada la artista número uno de Argentina. Su historia de conexión con México ya suma capítulos memorables: dos giras en Estados Unidos con Los Ángeles Azules y un concierto histórico en el Auditorio Nacional. Su próximo álbum estará completamente enfocado en el público mexicano, con la intención clara de convertirse en la próxima gran ídola popular.
La visión detrás del empresario
La trayectoria de Basagaña no es improvisada. Estudió Finanzas en la Universidad Católica Argentina, se especializó en Entretenimiento en la Universidad de Palermo y en la Universidad de Nueva York, y complementó su formación en la Harvard Business School, donde profundizó en emprendimiento tecnológico. Esta mezcla de formación financiera, visión cultural y capacidad creativa le permite construir modelos de negocio sólidos, pero siempre con el arte como eje central.
Para él, la industria musical no puede entenderse únicamente desde la perspectiva económica: “Se trata de generar experiencias que conecten con las personas. La música es emoción, identidad, memoria colectiva. La tecnología es solo el medio que nos permite llevarla más lejos”.
Los próximos pasos
Los planes de Basagaña en México incluyen alianzas con promotores locales, giras, festivales y la producción de contenidos audiovisuales que combinan el formato tradicional con el streaming. Su estrategia busca colocar al país en el mapa de los grandes hubs de la música global, al nivel de Miami, Los Ángeles o Madrid.
La coyuntura, además, es favorable: la música latina ya no es una promesa, sino una realidad global. Ritmos como el reguetón, la cumbia o el regional mexicano dominan las listas internacionales y generan un movimiento cultural que trasciende fronteras. En este escenario, la apuesta de Basagaña por México lo coloca en una posición privilegiada.
El futuro de la música, desde México hacia el mundo
El desafío ahora es consolidar un ecosistema que permita a artistas emergentes y consolidados convivir en un mismo espacio, apoyados en herramientas tecnológicas de vanguardia. Con el metaverso, los conciertos digitales y una visión de integración cultural, Eduardo Basagaña busca abrir una nueva página en la historia del entretenimiento.
Su llegada a México no es casualidad, sino el resultado de un análisis profundo de tendencias, oportunidades y conexiones culturales. Y aunque su mirada está puesta en el mercado estadounidense como siguiente paso, es en territorio mexicano donde dará forma a la que promete ser una de las revoluciones más importantes de la música contemporánea.
En palabras de un empresario que se define a sí mismo como “un puente entre talento y futuro”: “México es el corazón de la música en Latinoamérica. Desde aquí, todo es posible”.