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Tito Double P encendió el Palacio de los Deportes el 13 de septiembre 2025. Reseña, setlist, invitados y la fiesta de los corridos tumbados

Tito Double P en el Palacio de los Deportes: la fiesta tumbada que confirmó su trono

Tito Double P en el Palacio de los Deportes
Tito Double P en el Palacio de los Deportes Fotos: Adrián Contreras (SUNNY QUINTERO)

Tito Double P llegó al “Domo de Cobre” con la confianza de quien sabe que ya no canta para seguir siendo escuchado: canta para que lo coreen. La cita del sábado por la noche se transformó en una verbena de corridos tumbados donde convivieron himnos propios, arreglos íntimos y la energía masiva que hoy define al género.

Desde la organización, el montaje fue claro en su apuesta: una producción que potenció la voz y la presencia del artista sin caer en excesos artificiales. Las entradas —vendidas a través de Ticketmaster y anunciadas con antelación— llenaron gran parte del aforo del recinto, prueba de una base de fans que ha crecido con rapidez en los últimos años.

Tito Double P en el Palacio de los Deportes
Tito Double P en el Palacio de los Deportes Fotos: Adrián Contreras (SUNNY QUINTERO)

En lo musical, el repertorio replicó la lógica de su gira ¡Ay Mamá!: una mezcla de los sencillos que lo consolidaron en plataformas digitales con cortes más recientes y algunas versiones que evidenciaron su gusto por la experimentación sonora. Fuentes de setlists señalan que temas como “Maravilla”, “Chiquita”, “El Lokerón” y “Nadie” estuvieron entre los momentos de mayor euforia; el público respondió coreando estrofas completas y contagiando al artista con una entrega total.

La estructura del show jugó con dinámicas de volumen y cercanía: pasajes en los que la banda bajaba la intensidad para subrayar líneas narrativas —un recurso efectivo en un género que se alimenta tanto de la letra como del golpe rítmico— y bloques en los que la percusión y los metales estallaban para convertir el Palacio en una pista de celebración. Voces de apoyo en el escenario y arreglos de producción cuidada evitaron que el concierto se sintiera monolítico; por el contrario, se percibió como una serie de clímax calculados que mantuvieron la atención.

Tito Double P en el Palacio de los Deportes
Tito Double P en el Palacio de los Deportes Fotos: Adrián Contreras (SUNNY QUINTERO)

No todo fue perfecto: algunos asistentes reportaron demoras en la apertura de puertas y zonas con visibilidad limitada en áreas elevadas del recinto —problemas logísticos habituales en aforos masivos que conviene señalar para futuras funciones—. Aun así, la mayoría de reseñas ciudadanas y las coberturas especializadas concuerdan en que la experiencia musical compensó las fricciones organizativas.

Desde la perspectiva artística, la noche refrendó dos certezas sobre Tito Double P: primero, que su voz y su manera de narrar —esa mezcla de confesión y altanería poética— conectan con un público amplio; segundo, que su propuesta escénica ya funciona a escalas mayores, con conciertos en recintos emblemáticos como el Palacio de los Deportes. El reto ahora será sostener la coherencia entre su traza sonora y las exigencias de una maquinaria de giras que pide continuidad y renovación a partes iguales.

Tito Double P en el Palacio de los Deportes
Tito Double P en el Palacio de los Deportes Fotos: Adrián Contreras (SUNNY QUINTERO)

Si la música popular mide su pulso en noches como esta, Tito Double P demostró que su latido es firme: dominio del escenario, relación con la audiencia y repertorio afinado para el fervor del público. Queda por ver —y escuchar— cómo traducirá este impulso a su próxima música y a futuras noches masivas; por ahora, la crónica de la noche del 13 de septiembre queda inscrita en el calendario de los conciertos que marcaron el paso del nuevo regional mexicano por la Ciudad de México.

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