La noche del sábado presenciamos la experiencia de sumirse en las nuevas fronteras de la música desde varios acercamientos; múltiples horizontes que son la marca de uno de los (ahora) más grandes festivales de la ciudad. El AXE Ceremonia se compuso de nuevo por la gran curaduría y calidad de sus artistas; innovador y arriesgado, el festival acarrea un “parade” de público ávido de sonoridades que prefieren el sabor recatado, que la misma sopa predecible de otras escenas, ahí donde no ocurren muchas cosas nuevas.
Entre los actos cumbres del primer día, destaco el inmenso y absoluto concierto de Moderat, la aún mejor “banda” de música electrónica que despidió su gira en México, tras sus presentaciones en Guadalajara y Monterrey. Traer a estos artistas máximos a nuestro país fue sólo posible al AXE Ceremonia, para escuchar canciones de su alucinante “More Data”.
Me parece grandioso que la cultura humana pueda fusionar uno de los instrumentos más ancestrales y primigenios, la voz, con el más exquisito e innovador uso de los electrones haciendo música. Pienso que estos tres músicos han llevado la música electrónica a otra dimensión, que la cultura humana es mejor gracias a obras como ésta. Fue con Moderat que realmente empezó la noche del festival.
Uno de los festivales más dinámicos del país –quizá el más– también se manifestó en su primer día con artistas sensacionales como Travis Scott, uno de los raperos más salvajes y potentes del mundo, lleno de fuego y pirotecnia en su escenario, como en sus rimas. Tras su primera presentación en nuestro país, anunció además que regresará con su próximo tour y disco “Utopia”, como parte de su recorrido por Latinoamérica. Mucha explosividad aquí, también espetada desde el coro del público que, fascinantemente, es mucho.
Horas antes vi algunos actos también memorables, como la presentación de Eme Malafe, que trajo el barrio duro a un escenario improbable en otros festivales. Su rima, su rap, expone la violencia urbana de esta a veces despiadada ciudad; sus relatos crudos llenos de autenticidad se pueden solfear con una base hip hop o con una banda, hasta una salsa. Este raperazo se trepa al “corrido tumbado” y le saca chispas. La versatilidad y atletismo musical tiene una de sus mayores pruebas cuando se interpreta en vivo y este vato y todo su crew ofrecieron un gran espectáculo, una muestra de que el talento sobra.
Tuve la oportunidad de escuchar también a los “weirdos” de Domi & JD Beck, unos chavales virtuosos de un jazz críptico, ágil y veloz. Sorprenden los matices que alcanzan sólo una batería y unos teclados para llegar a polifonías de métrica exacta; han hecho honor a la larga tradición de la experimentación jazzística, enmarcada en una ejecución pulcra y académica, pero llena de picardía y frescura juvenil.
Más tempra, escuché algunas rolas de Rebe y vaya que tiene su público, una combinación emo-colorpastel; a los vatos de Usted señalemelo también les escuché unas rolas y parece que son algunos de los herederos del rock argentino de especial calado, de alta nomenclatura.
Me perdí a Villano Antillano –uno de los actos que más esperaba y que finalmente sólo interpretó 5 canciones, escuché después– ya que su show se retrasó, no pude esperar porque no quería perder ni un minuto de Moderat, que infortunadamente también se retrasó. Esperemos haya otra oportunidad, incluso en el mismo festival en el futuro, para ver este acto, puesto que esta morra se encumbra cada vez más, su creatividad, rimas y halo turgente me parece de lo más destacable del género urbano.
Otra de mis bandas favoritas fue L’ Imperatrice, cuya ejecución en vivo alcanza otros matices musicales que un álbum de estudio no puede revelar. Corazones en mano, los músicos repartieron color, alegría y buena onda. Artistas simpáticos que te sacan unos buenos pasos de baile, una sonrisa y ganas de seguir alimentándote de música bien ejecutada.
La vida no me dio para llegar a Junior H, Tokischa, Avalon Emerson y Fred Again.., entre otros, pero a veces ahí está la belleza, seríamos unos insensibles si lo pudiéramos ver y escuchar todo. Seríamos iguales y uniformes, algo impensable del AXE Ceremonia, que es diversidad y multicolor, en un abanico agitado por la Rosalía. ¡YEAH!
*Twitter: @huitzilacsoryu

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