El teatro siempre busca ser un reflejo de la sociedad, pero la forma en que lo hace es lo que provoca que sea una de las bellas artes más queridas por el público y es que la obra Casa de mascotas hace este reflejo, pero a través de unos de los seres que más queremos en nuestros hogares.

La obra, con dramaturgia de Micah Schraft, sigue la historia de Aarón (Alejandro Calva) y Eva (Mónica Huarte), un matrimonio aparentemente sólido que se ve envuelto en un conflicto cuando Iago, su rottweiler, devora al pequeño poodle de Nicole (Ximena Ayala) y Bill (Tizoc Arroyo), poniendo en jaque su relación.

“A partir de esta anécdota te das cuenta de cómo funcionan las relaciones de pareja, qué vínculos tienen con sus mascotas y cómo éstas determinan muchas cosas de pareja. Si bien son un vinculo de afecto cuando no tienes hijos, también son un espacio de refugio o evasión del tipo ‘me encargo de mi mascota para no hablar de mi pareja sobre lo que está pasando’”, cuenta el actor Alejandro Calva.

Casa de mascotas retoma elementos de Casa de muñecas, obra clásica de Henrik Ibsen donde el personaje de Nora gira alrededor de la vida de su esposo Torvaldo, hasta que descubre que ella es un adorno más en casa.

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“Estas criaturas adquieren una gran dimensión emocional en nuestras vidas, porque leemos lo que ocurre con estas dos parejas a través de sus perros y precisamente el epicentro de su vida son sus perros”, fueron las palabras del director de la puesta en escena Antonio Castro.

“La obra tiene un cambio de tono, la obra comienza como una comedia oscura, pero se va oscureciendo para terminar siendo una obra dolorosa, una obra que hace un relato de las dinámicas que alimentan el día a día de estas personas”, añadió.

Por su parte la actriz Ximena Ayala afirma que en esta obra nos podríamos identificar muy fácilmente “es un texto muy dinámico, al alcance de todos y cuando yo lo leí inmediatamente me identifiqué, yo viví esta parte donde es tu perrijo y se vuelve fundamental en la vida, se me hace un texto muy contemporáneo donde toca el tema de las mascotas y genera una radiografía muy interesante respecto al conflicto de pareja”.

Quien también se siente muy feliz con su papel es Alejandro Calva, quien nos afirma “yo cuando la leí me encantó, y lo que más me atrapa de esta obra es que tiene uno de los monólogos más bonitos que he interpretado en el teatro”.

La gran unión del elenco y del todo el equipo de producción es evidente, por lo que Tizoc Arroyo nos habla de lo que significó esto para la obra “el estar con este elenco, con este director y el viaje de montar esta obra es la mayor motivación, la hemos pasado increíble, somos un equipo con mucha entrega, con mucha empatía por el texto y por el montaje”.

Aunque la obra es un gran montaje, Alejandro Calva nos confiesa el reto que significó para el elenco adaptarse a sus personajes “cada uno de nosotros habitó un personaje que no le fue cómodo, salimos de nuestra zona de confort y eso fue un gran reto que nos hizo amar más nuestra casa de mascotas”, explicó.

Al preguntarle al director sobre su opinión sobre esta preferencia de tener perritos en vez de hijos nos cuenta “yo creo que esto es algo de todas las épocas, a mi siempre me ha impresionado este proceso mimético de las personas con las mascotas, está este proceso de hermandad y yo creo que el ser humano en su soledad necesita hacer una vida afectiva y cuando no lo consigue con alguien más recurre a los perros y a mi me impresiona lo potente que pueden ser esas relaciones”, enfatizó.

Por último, aprovecharon para mandar una invitación al público para asistir a esta obra la cual estará disponible los fines de semana hasta el 13 de noviembre en el Foro Lucerna: “Estamos ansiosos de que vengan a conocer la casa de mascotas versión México”, cerró.

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