Escenario

Fredel Saed: “A los festivales nos toca reeducar al público para que consuma más cine”

ENTREVISTA. La directora del Festival Internacional de Cine Judío celebra que el evento fílmico alcanzó los 20 años de historia. Este año se desarrolla del 26 de enero al 22 de febrero

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“Todo el tiempo tenemos que estar en la búsqueda de reinventar nuestra mente e ideas”, expresó Fredel Saed

“Todo el tiempo tenemos que estar en la búsqueda de reinventar nuestra mente e ideas”, expresó Fredel Saed

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Ya son 20 años de la aparición del Festival Internacional de Cine Judío en México, con un amplio catálogo de obras representativas que se han presentado a una audiencia que busca adentrarse en las costumbres, ideologías y visiones de una comunidad tan arraigada en nuestro país. Es con esto que su directora Fredel Saed nos habla de la evolución de este encuentro cinematográfico, así como su percepción del crecimiento de su equipo y del propio público que acude año con año.

Con un total de 20 sedes y presentando por segundo año consecutivo su competencia de Largometraje Mexicano, el Festival se desarrollará del 26 de enero al 22 de febrero, contando con un total de siete cintas internacionales, entre las que se encuentran dos reestrenos de producciones que gozaron de una gran aceptación y reconocimiento por parte de los asistentes de ediciones anteriores.

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Logrando mantenerse con un total de 20 ediciones, este Festival ha recorrido un largo trayecto el cual ha formado una comunidad fílmica que busca proyectar, apoyar e incentivar un cine con discursos profundos y distintos a lo establecido por el ámbito comercial. Es por esto que Fredel nos ha compartido sus sensaciones tanto personales como generales sobre lo que ha podido observar a lo largo de 8 años en los que ha estado involucrada:

“Me siento afortunada de estar a la cabeza en esta celebración de 20 años, y qué mejor forma de festejarlo que con la continuidad de este evento. Ya son ocho años de mi participación en el equipo de trabajo, y cuatro años como directora, viviendo situaciones realmente complicadas como un cambio de gobierno o reducción de recursos públicos, siendo este último el conflicto más complejo que ha tenido que resolver el festival”, contó la directora sobre los retos que han aparecido a lo largo de estos años.

Berenshtein (Roman Shumunov, Israel, 2021)

Berenshtein (Roman Shumunov, Israel, 2021)

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Extendiendo la conversación, el tema económico para configurar un festival de cine en el país siempre ha sido uno de los mayores obstáculos que sufren este tipo de eventos, teniendo que llegar a resoluciones que terminan afectando a las partes involucradas de una u otra manera: “Si bien no hemos recibido toda la vida dinero por parte del gobierno, si tuvimos apoyo en este sentido de la cámara de diputados, es decir, la comisión de cinematografía y cultura, colocando un estándar de calidad, la cual viene concatenada a la parte económica”, comentó.

Este tipo de enfrentamientos no solo le ha pasado al Festival de Cine Judío, sino en general a la industria cinematográfica – incluyendo todos los festivales existentes – a los que a su vez nos está tocando reeducar al público a un consumo constante del cine para que dicha taquilla aporte a crear productos de forma más constante”, opinó Fredel sobre la situación respecto a apoyos y su repercusión en el consumo de cine.

Hablemos de Hitler (Petra Epperlein, Michael Tucker, 2021)

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Las modificaciones en los vínculos existentes entre el cine mexicano y el gobierno, hablando de las nuevas regulaciones y normativas para apoyar nuevas producciones y a los festivales de cine, ha generado un huracán de debates sobre los procesos correctos que se deben seguir: “El arte no tendría que ser guerrillero, debería convertirse en una pócima transformadora de realidades, usarlo como medicina para sanar muchas situaciones, llegando a convertirse en una necesidad básica y no en un privilegio”, mencionó.

La industria quizás se acostumbró a recibir dinero, pero al menos nosotros teníamos el compromiso de que por cada peso recibido del gobierno, íbamos a procurar un peso más. Me parece que algo estamos haciendo bien en la comunidad de cine y es el hecho de crear grupos y equipos, a diferencia de otras industrias que quizás no entienden la empatía, siendo esta una línea que el Festival de Cine Judío si ha intentado seguir”, expresó Saed acerca de la evolución del gremio fílmico en México y su evolución de apoyo interno.

Si bien la realización cinematográfica posee un sentido de responsabilidad en cuanto a los productos, historias y reflexiones que presenta en la pantalla grande, también el público requiere de distintas semillas para generar un consumo distinto en los años venideros, desprendiéndonos de un catálogo masificado y acercándonos a un cine con más empuje en sus discursos:

Mas de lo que merezco (Pini Tavger, Israel, 2021)

Mas de lo que merezco (Pini Tavger, Israel, 2021)

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El proceso de evolución de la audiencia, en cuanto al tipo de consumo, se va a dar siempre, ya que todo el tiempo tenemos que estar en la búsqueda de reinventar nuestra mente e ideas, permitirnos escuchar que tienen otras culturas para ofrecernos. Eventos como este festival posee una oportunidad de crear consciencia ante conflictos como el antisemitismo, siempre desde nuestras posibilidades y aportando nuestro granito de arena; nos hemos permitido mover esos paradigmas acerca del ser judío”, agregó la organizadora del festival acerca de las influencias que puede llegar a alcanzar un espacio de reflexión fílmica como este.

Finalmente, la directora nos habla del propio crecimiento del festival, los alcances que ha logrado y de cómo se ha ampliado su público respecto a las metas que se habían forjado durante sus primeros años:

“El proyecto comenzó en una sala, y ahora estamos en 13 salas de Cinépolis, cuatro Cinetecas, una muestra universitaria, un Cineclub donde llegamos a más de ocho mil personas, y proyectando en más de 45 sedes. Hemos crecido al público, ya que antes estábamos más enfocados en llevar el cine judío a nuestra comunidad, y hoy puedo asegurar que la mayor parte de nuestro público no es judío, lo cual nos hace cumplir con nuestra misión y visión que es compartir lo diversa que es la cultura judía fuera de la propia comunidad”, concluyó Fredel sobre los objetivos planteados en esta evolución durante 20 años de existencia del encuentro.