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‘¿Cómo matar a mamá?’: Un dramedy sobre ese bello lazo entre madres e hijas

CORTE Y QUEDA. Esta semana se estrenó la ópera prima de José Ramón Chávez Delgado, un filme que reflexiona sobre la femineidad y la sororidad, pero sobre todo que reafirma que madre solo hay una

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Fotograma del filme

Fotograma del filme

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Bien dice el dicho que madre solo hay una. Su figura siempre es fundamental y, al menos en muchos esquemas sociales, su rol implica respeto, apego, afecto inmediato. A una madre no se le toca, ni se le insulta pues eso puede ser digno de discusión o golpes. No cabe duda de que la figura materna es de vital importancia al constituir el pilar fundamental para el desarrollo cognitivo, social y emocional de un pequeño, sin importar el género. El vínculo establecido con ella es determinante para su seguridad y la exploración de un mundo desconocido.

Pero las madres también son personas, como nosotros. Si bien ejecutan el rol de protectoras, amantes de gran corazón de sus hijos y todo lo que hacen, ellas también tienen sueños, aspiraciones, sentimientos que no son tan fáciles de expresar debido a ese estigma que el título muchas veces conlleva. ¿Qué pasa entonces, cuando la madre se vuelve una figura vulnerable, alguien que es más una amiga, una mujer con aspiraciones y sueños rotos, que además, tiene que enfrentar el paso del tiempo y la muerte?

Parte de esas incógnitas son las que plantea la cinta ¿Cómo matar a mamá?, ópera prima del director José Ramón Chávez Delgado, donde un trío de hermanas, Camy (Diana Bovio), Teté (Ana Valeria Becerril) y Margo (Ximena Sariñana) tendrán que cumplir la última petición de su madre, Rosalinda (Blanca Guerra), de ayudarla a morir debido a su avanzado padecimiento de demencia senil. Si bien la cinta coquetea un poco con la comedia, es más bien el drama el que se lleva el tono de un relato con buenas intenciones que falla un poco en su ejecución.

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Fotograma del filme.

Una de las cosas que funciona muy bien en el filme es la química entre las tres protagonistas y los momentos que comparten con su madre. Bovio, Sariñana y Becerril forman un trío bastante entrañable en medio de las diferencias que tienen entre sus roles. Durante este viaje, las tres van reencontrándose consigo mismas, aceptando sus problemas así como las decisiones que van a tomar al respecto de sus vidas. Esto se debe a la dualidad que presenta Blanca Guerra, donde además de ser la madre estricta con la que sus lados son un tanto duros, se convierte en una compañera más de esta travesía a través de la cual se revelan cosas que van llevando a sus hijas a conocerla más a ella y también a sí mismas.

Tal vez lo reprochable de este viaje se encuentre en la falta de drama o emotividad, pues de repente el hecho de que ayuden a matar a su madre se convierte en un mero pretexto para ellas, no mostrando preocupación por la especie de ‘muerte asistida’ que les solicitó su propia madre. Estos momentos que pudieron darle una mayor profundidad al filme son cambiados por un breve romance que involucra a Camy (Bovio), la empresaria solterona empedernido, con un tipo y su amigo que curiosamente también andan de viaje, lo cual se siente como excesivo para una historia que no necesitaba esta subtrama para funcionar bien.

A pesar de esos detalles, la historia propone temas que no son muy tratados en el cine mexicano. Uno de ellos y tal vez el más interesante es el de la eutanasia o muerte asistida, misma que es tomada de forma un tanto ligera, no tan profunda pero cuyo tema resuena al final pues ¿qué puede hacer uno por su ser querido si le pide terminar con su vida de forma pacífica? Otro asunto es el de la maternidad, pues las tres hermanas presentan posturas diferentes al respecto. Camy no quiere ser madre y vive bien soltera, mientras que Margo y Teté ya lo son, pero una está metida en una relación donde la maternidad le ha roto sus aspiraciones mientras que la otra está en la disyuntiva de ser madre nuevamente o no. Estas cuestiones son dignas de reflexión y forman parte de un mensaje de empoderamiento que se agradece ver en proyectos nacionales.

‘¿Cómo matar a mamá?’: Un dramedy sobre ese bello lazo entre madres e hijas Video

Como todo buen viaje, la banda sonora tiene cosas interesantes, pasando por cumbia, mariachis hasta temas de la misma Ximena Sariñana. Pero es “La calle de las sirenas” de Kabah la que cobra cierta importancia, pues funge como ese himno de unión entre hermanas y madre, ese tema que exalta la sororidad entre ellas a pesar de las situaciones que están enfrentando en su vida, más allá de decidir cómo matar a su mamá.

Así, ¿Cómo matar a mamá? recuerda un poco ese viaje que Claudia Sainte-Luce hizo antes en Los insólitos peces gato (2013) o incluso a esa road movie por excelencia acerca del poder femenino llamada Thelma y Louise (Scott, 1991), pero con una finalidad diferente. Aquí, el mensaje es el reencuentro de estas hermanas que, de alguna forma están rotas y que, ante la enfermedad de su madre, descubren un vínculo dentro de la ruptura que todas tienen.

A partir de ahí es que estas relaciones y el autodescubrimiento se da en ellas, replanteando de paso la definición de ser madre, quitándole ese aire de responsabilidad para mostrar que las mamás también son seres humanos, que sufren y viven a la par de nosotros. Si bien la ejecución tiene sus fallas, es mucho mejor que lo intentado en la horriblemente fallida Fuga de reinas (2023). Por ello, este ‘dramedy’ tiene su mérito en tratar de plantear el panorama general de la femineidad, la sororidad y sobre todo, de ese lazo bello entre madres e hijas. Y es que, efectivamente, mamá sólo hay una.