Escenario

‘La vaca que cantó una canción hacia el futuro’, una sorpresiva ficción sobre el medio ambiente, cicatrices y lo femenino

ENTREVISTA. La cineasta chilena Francisca Alegría compartió detalles a Crónica Escenario sobre su nuevo filme que estrenó en Sundance y compitió en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara

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La vaca que cantó una canción hacia el futuro compitió a la Mejor Película Iberoamericana en el FICG.

La vaca que cantó una canción hacia el futuro compitió a la Mejor Película Iberoamericana en el FICG.

CORTESIA

Una cinematografía que ha dado mucho de qué hablar en Latinoamérica últimamente es, sin duda, la chilena. De ahí que su presencia en la más reciente edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) no fuera una sorpresa con grandes títulos y representantes. Una de las cintas que más llamó la atención fue La vaca que cantó una canción hacia el futuro, de Francisca Alegría, una mezcla entre surrealismo, pérdida y perdón unida a una visión ambientalista. En Crónica Escenario tuvimos el gusto de hablar con la realizadora y coguionista de esta historia para ahondar más en la cinta y ese vínculo que tiene con la naturaleza.

Comenzando la plática, la realizadora recordó un poco todo ese largo proceso que la llevó desde los laboratorios de creación de Sundance hasta esta edición del FICG. “Ciertamente le dedicamos mucho tiempo a encontrar estas fibras que se sentían del mundo natural, animal, vegetal y el drama humano. En un punto nos dimos cuenta que era tan pequeño el drama humano que quisimos darle más foco a eso que estaba afuera y desligarnos de los nuestros como especie. Lo difícil siempre fue combinar todo esto de forma más orgánica para que en el guion expresáramos todas estas ideas e imágenes que ya teníamos hace tiempo”, dijo.

Alegría también recordó que fue en Sundance donde encontró a Leonor Varela y Mía Maestro, quienes le ayudaron a trabajar en su historia desde ese entonces. “Creo que hubo mucho trabajo actoral y tanto Leonor como Mía depositaron muchas cosas en los personajes que escribíamos en su momento. Nos ayudó mucho porque ya cuando grabamos, hubo escenas que cambiaron totalmente. Siento que todo el proceso, desde el comienzo del laboratorio hasta el final de la grabación fue un proceso de cambio radical, aprendimos de los errores y equivocaciones y eso nos dejó a las tres un aprendizaje enorme. Si bien la esencia de la cinta seguía ahí, al grabar todo adquirió nuevas dimensiones que no teníamos contempladas inicialmente”, afirmó la chilena.

Presentación en el FICG de La vaca que cantó una canción hacia el futuro.

Presentación en el FICG de La vaca que cantó una canción hacia el futuro.

CORTESIA

Cuando miles de peces mueren en un río contaminado en el sur de Chile, “Magdalena” (Mia Maestro), una mujer fallecida hace mucho tiempo, emerge entre los cuerpos sin vida, encontrándose con su esposo y causándole un estado de shock por razones obvias, lo cual provoca el regreso a casa de su hija “Cecilia” (Leonor Varela). La presencia de “Magdalena” despierta tanto la curiosidad como el miedo en su familia, madre e hija se encuentran con una oportunidad de cambiar su futuro.

La realizadora brincó a tiempos más recientes, donde el nuevo reto era captar ese balance en las imágenes a través de los actores y la naturaleza. Afortunadamente, los intérpretes animales le echaron una buena mano a Francisca. “Montar la película fue otro reto porque teníamos que encontrar la sutileza de la naturaleza a través de la imaginación de nuestros compañeros animalitos en las escenas. El proceso de grabación con ellas fue fácil, contrario a lo que se cree porque las vaquillas en ese caso me parecieron excelentes intérpretes. Esa parte donde Leonor comienza a llorar y se le aproxima una de ellas salió en una sola toma, fue mágico ver cómo se acercaron a ella por la pena que estaba sintiendo. Hay veces que salieron mucho más bellas o mejor de lo que las habíamos escrito”, explicó la realizadora.

Algo que queda claro en el cine de Alegría es esta constante de mostrar ese vínculo inherente con el medio ambiente usando la ficción, un lazo que, para ella, se generó desde que era pequeña. “Esa vena temática viene desde mis primeras intenciones de hacer cine cuando tenía al menos 13 años. Esos primeros experimentos los grabé en la Cordillera de los Andes, en los cerros, al lado de un río donde me llevaba mi abuelo de paseo con mi hermana y dos primas. No había nada más que nosotras y la naturaleza inmensa e increíble junto a nuestra cámara. Eso me marcó mucho y aunque hoy en día vivo en la ciudad, necesito el espacio para compartir y estar en contacto con la naturaleza. Esa interacción que me apasiona es la que intento explorar en la película y es algo muy real, no existe sólo el misticismo alrededor, sino que esa conexión es algo tangente. Mientras escribíamos el guion pensamos mucho en ello y sólo confirmó esta red que somos”, mencionó.

‘La vaca que cantó una canción hacia el futuro’, una sorpresiva ficción sobre el medio ambiente, cicatrices y lo femenino Video

Pero no solo existe este enfoque en su primer largometraje de ficción, pues también se habla del dolor, de las cicatrices y de lo femenino, algo que llevó a la realizadora chilena a reflexionar sus propios dramas familiares y su pasado. “Fue muy revelador porque mi madre está viva pero para mí hubo un viaje donde tenía que perdonarla de muchas cosas que le culpaba. Si bien al inicio escribí la cinta con cierto rencor hacia ella, me sentía muy cercana a Tomás pues refleja esa vivencia de no haberme sentido querida por quien yo era y mi orientación sexual. Siento que al finalizar la película pude aprender y dejar ir muchas cosas. Aparte está esa conexión con la muerte que, si bien no la vivo con ella, sí representaba a una madre muy castigada por nuestra sociedad porque las madres que fueron libres y quizá no fueron perfectas, sí sufrieron ese prejuicio, ese castigo por no ser quienes deberían ser. Eso me puso en retrospectiva a pensar que si yo hubiera vivido en otro tiempo me hubiera sucedido lo mismo”, exclamó Alegría.

Y es que no cabe duda que, como en este filme, a veces el pasado deja huellas que trascienden generaciones. “Claro que los fantasmas del pasado siguen vigentes. Durante la cinta también entendí esa parte a través de distintos recursos psicológicos. Es increíble cómo estamos atados a nuestro linaje y cómo algunas heridas que no sanaron en su época las tenemos que tratar nosotros. Trabajamos mucho en eso, sanando primero nuestras propias cargas familiares mientras escribíamos”, aseveró Francisca.

Uno de los retos para la producción fue el grabar durante la crisis sanitaria de los últimos años, lo cual lleva a Alegría a soltar una crítica a la precariedad de apoyo a esta industria. “Fuimos afortunados de lograrlo porque era plena pandemia y Chile estaba muy cerrado con un ambiente muy hostil. Afortunadamente nos dieron un permiso especial para grabar que demostró la suerte que tuvimos porque mientras estaban todos encerrados en casa nosotras filmábamos en este maravilloso lugar que es Valdivia en el sur del país. Me parece que al final enfrentamos las mismas dificultades que si hubiera estado fuera de la pandemia. Aunque como directora me hubiera gustado tener más tiempo y poder hacer más. Había mucho de estar corriendo que creo sucedió no por la crisis sanitaria sino porque necesitamos más recursos para hacer nuestros proyectos”.

Fotograma de La vaca que cantó una canción hacia el futuro.

Fotograma de La vaca que cantó una canción hacia el futuro.

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El realismo mágico característico de Latinoamérica se encuentra presente en forma no sólo de actos sino de canciones y de una musicalización muy especial. La joven realizadora chilena ahondó más en ese proceso. “Las canciones las reescribimos mucho, pasaron de ser muy crípticas a ir ayudando en el montaje. Hubo un gran trabajo con el músico francés que las compuso. Lo curioso es que él no habla español y yo no hablo francés, pero entre los dos creamos el gran mérito de ellas. Mi parte solo fueron las letras, pero la musicalización, la melodía la encontró Pierre Desprats. Trabajar con él fue increíble por su sensibilidad, muy colaborativo en este proceso donde nos dimos cuenta que estos animales tenían su personalidad de alguna forma y sus temas tenían que ser únicos, pero también tienen una consciencia más parecida a la de nosotros. Recuerdo que la canción de los peces salió de una noticia que vi en Valdivia donde murieron muchos de ellos en ese río donde grabamos. Pusimos mucho detalle en eso, en lo que cada quien quería decir y expresar en ese momento, dándole voz a esa naturaleza que nos rodeaba”.

“Estamos ya escribiendo una nueva cinta para Chile y otro proyecto por ahí para Estados Unidos, donde solamente voy a dirigir a un elenco de mujeres latinoamericanas y será hablado en inglés. Además estamos adaptando por ahí La casa de los espíritus de Isabel Allende con una casa productora llamada Filmnation en formato serie, tenemos piloto y sabemos del gran reto que representa adaptar esta novela, pues Isabel es una gran inspiración para mí. Así que hay mucho por escribir aún”, concluyó.