When We Were Young, el épico festival que reunió a las mejores bandas de pop punk
COBERTURA. Green Day, blink-182, The Offspring, Good Charlotte, 5 Seconds of Summer y 30 Seconds to Mars fueron tan solo unas de las bandas que se presentaron el fin de semana en Las Vegas
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Green Day y Blink-182 formaron una dupla monumental para liderar el festival.
Si a cualquier fan de la música pop punk le dieras una máquina del tiempo y un buen puñado de millones de dólares para organizar el festival de sus sueños, probablemente hubiera elegido a exactamente todos, o casi todos, los grandes nombres del género que se dieron cita este fin de semana en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos, para hacer soñar a más de cien mil personas con que viajar en el tiempo es posible.
La organización es perfectamente consciente de lo que busca, pues llamó al festival -que celebró su primera edición en 2022, enfocada en la música emo- When We Were Young (Cuando éramos jóvenes), en una clara muestra de que los compases de cuatro tiempos que antaño eran para la juventud atrevida y festiva son ahora deleite de adultos más cerca de la mediana edad que la juventud más tierna.
Green Day y Blink-182 formaron una dupla monumental para liderar el festival, pero estuvieron acompañados por un largo séquito de bandas emblemáticas del género. A saber: The Offspring, Good Charlotte, Sum 41, Simple Plan, Rise Against, Yellowcard, Something Corporate, New Found Glory, Saves the Day, MxPx, Bowling for Soup, Less than Jake, Goldfinger o Zebrahead, entre muchos otros.
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La cita se celebró en dos partes idénticas el sábado 21 y el domingo 22 de octubre. Idéntico en ambos días fue el sol justiciero que, con más de 30 grados, azotaba el recinto especial de festivales de Las Vegas, lo que recordó a todo el mundo que el nivel del cartel no era la única amenaza de desmayo durante el festival. Consciente, la organización compatibilizó la venta de cervezas y refrescos a precios astronómicos con diversas “estaciones de hidratación” repartidas por todo el recinto, con agua gratuita.
Pero el aplomo del calor no privó a absolutamente nadie de disfrutar desde la más tierna mañana hasta bien entrada la noche de un repertorio que se complementó con la participación de numerosos artistas invitados; como Avril Lavigne, protagonista del festival del año pasado, que acompañó a All Time Low al caer la tarde en uno de los dos escenarios principales.
Muestra de que un festival de esta magnitud no perdona ni a sus familiares más cercanos es que Simple Plan, una de las bandas más icónicas del pop punk más emo de inicio de los dosmiles, se tuvo que conformar con tocar en un escenario secundario. Aun así, cautivó al público con sus canciones más representativas y una puesta en escena jovial y juguetona.
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Mientras en las primeras horas de la tarde tuvieron oportunidad de tocar algunas de las bandas más jóvenes y representativas del pop punk moderno, como The Movielife, Citizen, No Pressure, The Front Bottoms, Hot Mulligan o Knuckle Puck, al caer la noche, con la llegada de las bandas principales, las referencias al despiadado paso del tiempo se volvieron constantes: “¿Cómo demonios pudo pasar esto?”, se preguntaba Pierre Bouver, líder de Simple Plan, mientras Tim McIlrath, cantante de Rise Against refería que se sentía como en El día de la marmota.
Con bandas como Sum 41, que anunciaron una gira de despedida el verano que viene, y Thirty Seconds to Mars calentando la tarde, llegó el turno de las agrupaciones principales. Y mientras The Offspring ofrecieron su habitual show de una canción tras otra sin muchas estridencias, cuando fue el turno de Blink-182 todo el mundo sabía que iba a ver otra cosa.
Las bromas sexuales, clásicas de la banda, se sucedieron una tras otra, como si sus tres integrantes, Tom DeLonge, Mark Hoppus y Travis Barker, no estuvieran ya en la frontera de los cincuenta. Entre canciones icónicas como “Anthem: Part Two”, que abrió el show, o “The Rock Show”, “What’s My Age Again?” o “Aliens Exist”, y algunas de sus últimos álbumes, incluido el nuevo, lanzado dos días antes del festival, Mark y Tom bromearon con el público pidiéndole a Siri, el asistente virtual de Apple, que enviara “un mensaje a mamá: ¡Quiero verte el trasero!”.
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Al concluir el repertorio, miles de personas totalmente entregadas, solo tuvieron que voltear el cuello hacia el otro escenario para esperar la aparición de Green Day, entre las notas de “Bohemian Rhapsody”, de Queen. El trío compuesto por Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool, dejó claro que la noche iba sobre regresar en el tiempo con las primeras notas de “American Idiot”, que abrieron el recital y arrancaron las primeras ovaciones.
Incluso gritos arrancó Billie Joe cuando, tras enfocar las cámaras una bandera de México en el público, no solo reconoció a los asistentes de Las Vegas y a los miles que manejaron desde California y Arizona para asistir sino que espetó un “¡Viva México!” que despertó sonoros gritos entre la comunidad hispana que acudió a la cita.
A continuación, entre sus ya consumados y repetitivos “eeeooo” se sucedieron éxitos de la época como “Holiday”, “Boulevard of Broken Dreams”, “Letterbomb” o “Jesus of Suburbia”. Pero, a diferencia de Blink-182, que optaron por ignorar sus canciones previas al Siglo XXI, Billie Joe procedió a cambiar de guitarra y preguntar al público “¿cuántos fans de la vieja escuela tenemos hoy aquí?” para arrancarse con los grandes éxitos del Dookie de 1994: “Basket Case”, “Welcome to Paradise”, “Longview”, “She” y “When I Come Around”, para deleite de la mayor parte del público.
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Mientras Mark Hoppus de Blink-182 exclamó a medio show: “¡Qué buenos somos! ¡Somos los mejores en esto, la mejor banda de la historia!”, para júbilo del público, Billie Joe mantuvo su habitual actitud comedida. Y es que tampoco necesita decir lo que se sabe, que Green Day son responsables, prácticamente en solitario, de haber logrado llevar el pop punk al público general, hace ya treinta años.
Tras concluir el espectáculo con un doble show de fuegos artificiales que cerró las actuaciones de Blink-182 y de Green Day, la masa peregrinó hacia la salida. En medio de este particular walk of shame típico de los festivales de música, una chica de facciones latinas con el cabello teñido de verde expresaba a su acompañante que se sentía triste.
“Ahora ya no me queda nada más por ver”, espetaba -en inglés- con una mueca triste. Y aun con todo, a continuación se encogió de hombros y exclamó: “Bueno, probablemente mañana anunciarán el cartel del año que viene”.
Es legítimo preguntarse qué más bandas puede traer la organización para volver a despertar el masivo interés de este año, pero mientras algunas mentes se preocupan de eso, de momento, por mucho que digan que lo que sucede en Las Vegas se queda en Las Vegas, la realidad es que hay más de cien mil personas que se llevaron a casa y para siempre el recuerdo de un fin de semana en que vivieron el sueño de regresar en el tiempo.
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