Previo a su aventura sobre los escenarios, Carla Morrison experimentó un camino a la fama que incluyó retrocesos y cambios de dirección de manera constante. Ahora, la oriunda de Tecate, Baja California, regresa al recinto que le significó sus triunfos más resonantes en la Perla Tapatía: Teatro Diana.
Desde temprana edad, la intérprete de “Pajarito del amor” comenzó a involucrarse con el mundo de la música y la literatura. Solía participar en talleres de lectura, poesía e incluso disfrutaba de cantar cuando nadie era testigo de su peculiar voz. Sin embargo, durante la adolescencia, Carla reconoció en la música y el canto una alianza establecida a favor de su capacidad creadora.
Morrison viajó entonces a Estados Unidos para tomar cursos referentes a su pasión artística. Sin embargo, el Colegio Comunitario de Mesa no vio en su talento lírico un motor potente, por lo que la también compositora se retiró de la institución y continuó su preparación de manera solitaria.
En el camino, Carla formó alianzas musicales que la llevaron a experimentar nuevos ritmos y tendencias. Destacan de dicha faceta sus colaboraciones con las agrupaciones Babaluca, Revolver y Zombras. Al lado de ésta última tuvo muy buenas críticas e incluso recibió propuesta para grabar en el estudio de Sony BMG, pero antes de que el trato se concretara, Carla dirigió los pies hacia otra dirección, convencida de que sus letras y acordes aún no eran lo que ella pretendía.
Finalmente, en 2009 graba su primer EP, Aprendiendo a aprender. El material marcó pauta en la vida de Carla al exponerla como uno de los talentos más genuinos de su generación. Con Mientras tú dormías (2010) yJugando en serio (2011) la intérprete recorrió el país, pero fue hasta la llegada de Déjenme llorar que se posicionó en uno de los lugares más importantes del pop alternativo.Para Teatro Diana, la historia recuerda que Carla llegó por primera vez durante 2011, en el marco de la Feria Internacional de la Música (FIM), donde compartió escenario con la vocalista de Aterciopelados, Andrea Echeverri. Al año siguiente, repitió la hazaña en complicidad con los chicos de Enjambre. Dos años más tarde, Morrison llega sola y sin más equipaje que su guitarra al recinto de 16 de Septiembre.Una noche plagada de romanticismo, nostalgia y melancolía es lo que la cantante le tiene reservado a los seguidores de su tour “Sin despedir”, los cientos de tapatíos cautivados por la voz de fuego y llanto que, junto a sus letras de imponente lírica, son los rasgos definitorios de Carla Morrison.La mexicana también ha colaborado con personalidades de la industria como Leonel García, Natalia LaFourcade, Zoé, Julieta Venegas, Ángeles Azules y la ya mencionada Andrea Echeverri.
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