Cronomicón

El arte de plasmar rostros en caricatura

Un caricaturista nace, simplemente el talento se tiene o no. La mente ni siquiera se percata que los dedos cobran vida propia, y cuando lo hace, ya en un papel, se están plasmando los trazos iniciales del dibujo. En su infancia, Héctor Cruz pasaba horas en el patio de su casa ubicada en Zapopan, haciendo dibujos en la tierra. El Hombre Araña, Superman, los Cuatro fantásticos y Batman, eran sus favoritos.“Fue algo que marcó mi vida para siempre. Pues cuando era niño significaba una forma de expresar lo que a mí me gustaba. Por ejemplo, dibujaba superhéroes porque me atraía su personalidad, siempre buscaban el bienestar de los demás y a mí siempre me interesó ese aspecto”, apuntó en entrevista, el caricaturista Héctor Enrique Cruz Aguilera, quien ahora participa en Las Fiestas de Octubre.“Con el paso del tiempo ya en plena adolescencia empecé a dibujar rostros, la facciones de mis compañeros de escuela y de mis maestros. Claro siempre resaltando los rasgos propios de la persona, que es la base de la caricatura. En aquella etapa de mi vida también fue la forma de expresarme. Ahora, la caricatura tiene un significado muy especial pues se convirtió en la forma de ganarme la vida. Así que cada que dibujo a una persona, para mí es todo un reto pues me comprometo a reflejar su personalidad en un dibujo”, expresó Cruz Aguilera a La Crónica Jalisco.Debido a que su familia era encabezada solo por su madre y tenía varios hermanos, los recursos económicos escaseaban y nunca pudo acudir a una escuela para convertirse en dibujante profesional con título universitario. Pero como autodidacta logró desarrollar su talento.Entre sus principios de ética laboral está capturar la esencia del cliente y en especial, demostrar que la caricatura no es para ofender, ni hacer bullying. El caricaturista actualmente radica en Veracruz, pero se encuentra en la ciudad, exhibiendo sus trabajos y dibujando en un stand ubicado al lado de La Canica Azul del Auditorio Benito Juárez.El mayor cumplido para el trabajo de Enrique Cruz y que revela si logró su cometido de capturar la personalidad de la gente en una caricatura, es la expresión sonriente: “¡se parece mucho!” o “¡está igualito!”.“Yo creo que la esencia de la persona sale solita, se refleja en la expresión de sus ojos. Entonces al dibujar su mirada, plasmo en ese preciso momento su personalidad. A veces observo a las personas y sin conocerlas me pongo a dibujarlas, mi imaginación empieza a planear la caricatura y termina siempre en un dibujo. No sé por qué”, reconoce.Finalmente apunta que en la actualidad, los jóvenes sienten una atracción especial de la caricatura, por la moda del cómic. “De hecho sí, porque los jóvenes siempre buscan la diversión, algo novedoso y algo que despierte su imaginación y eso es precisamente lo que ofrecen los cómics. Te puedo decir que 98% de las personas que he dibujado sí valoran este trabajo, pues disfrutan junto conmigo cuando lo estoy elaborando, incluso en ocasiones me aplauden, elogian mi trabajo y esto sin duda es la fuerza motora que todo artista necesita para seguir ofreciendo este servicio a la comunidad”.

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