Cronomicón

La cultura hippie le dio la bienvenida y acogió a todo tipo de doctrinas no occidentales que ofrecieran una alternativa y un escape del mundo moderno u occidental

LETRAS REBUSCADAS. Yoga: disciplina ancestral y sus adecuaciones a las necesidades humanas en la modernidad II

(Segunda parte)

Los pueblos occidentales estaban listos para abrirse a nuevas experiencias espirituales de las que fueron precursores personajes como George Gurdjieff, Varma Yogi, Otto Hanish y HazratInayat Khan. Estos y otros maestros espirituales ofrecían: “métodos para elevar la conciencia y mejorar la capacidad humana, los cuales derivaban (imaginaria o relativamente) del mundo del yoga” (Muñoz & Martino , 2019, pág. 205).

Esta corriente de contracultura neo-espiritualista lejos de decrecer se acrecentó durante la década de 1960. La cultura hippie le dio la bienvenida y acogió a todo tipo de doctrinas no occidentales que ofrecieran una alternativa y un escape del mundo moderno u occidental. Muchos creyeron despertar del sueño del progreso y de las promesas de bienestar de las sociedades materialistas dígase capitalista o comunista.

Todo estaba listo para la gran expansión del yoga más allá de la India y de Oriente, una figura clave en la difusión internacional del yoga, fue el bengalí conocido como Yogananda. Avecindado en los Estados Unidos; país que en occidente tenía el liderazgo político, militar, económico, pero también cultural; de él partió en su intención de internacionalizar su visión e interpretación del yoga. Muchas importantes figuras lo siguieron como los músicos: RaviShankar y George Harrison y empresarios como Steve Jobs; su influencia entre estos líderes sociales le ayudó a proyectarse convirtiéndose en una figura de talla mundial gracias a su carisma y a su libro: “Autobiografía de un yogui contemporáneo”. El yoga que propone Yogananda pone la tónica en la meditación y la contemplación como instrumentos para alcanzar el despertar de la conciencia y elevar el espíritu (Muñoz & Martino , 2019, pág. 207). 

En propio Yogananda aclara en su libro que el yoga que él enseña es una ciencia antigua centrada en la meditación sobre Dios. Este saber está fundamentado en la Kriya Yoga, un conjunto de técnicas, que Yogananda afirmaba haber aprendido de su maestro YukteswarGiri. Este yoga tampoco es todavía el postural (tan popular hoy en día). Consiste fundamentalmente en una serie de técnicas de respiración, en la repetición de mantras y en la gesticulación manual de ciertos mudrastodo encaminado al fin de lograr superar el yo falso y temporal y logara conectarse con Dios entendido como conciencia universal.

Como ocurrió con la Teosofía en Estados Unidos; sería una secta neo-esotérica la que introdujo tempranamente el yoga en los países hispanos. Este movimiento fue la Gran Fraternidad Universal (GFU), encabezada por el francés, SergeRaynaud de la Ferriére. De la Ferriére viajó de Europa a Venezuela país donde fundó la GFU, una hermandad esotérica en la que versa el sistema iniciático de la instrucción de los aprendices; quienes al aventajar grados en su formación logran finalmente convertirse en maestros. Las sedes de la GFU ofrecen todo tipo de cursos relacionados con los saberes esotéricos y ocultistas como la astrología, la cábala, el Tarot… entre muchos otros; además también se imparten clases de yoga (el postural). La GFU tiene presencia en Venezuela, México, Argentina y en otros países.

Para localizar los orígenes del yoga postural o de ejercicios, tan de moda en la actualidad, es necesario regresar nuevamente en el tiempo y remontarnos a la India bajo el colonialismo británico. Esa India es profundamente nacionalista y tenía la necesidad de desmentir a un imperialismo extranjero que calificaba a su sociedad y cultura de atrasadas; era necesario en esta reivindicación dar una imagen de pueblo vigoroso y fuerte que, igual que las naciones occidentales, se ejercitaba y que por tanto gozaba de buena salud. Fue allí que entró el yoga como una disciplina que fortalecía los cuerpos y serenaba las mentes. Sirvieron a este propósito personajes como ShriYogendra y el SwamiKuvalayananda. Los dos se dieron a la tarea de presentar el hathayoga como un sistema indio de cura terapéutica a base de movimientos (Muñoz & Martino , 2019, pág. 213).

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En particular Yogendra desarrolló un yoga que ponía su énfasis en las posturas corporales. Se empeñó en difundir la práctica del hatayoga en India y luego en Estados Unidos. En su propósito de difundir el yoga dentro y fuera de su país creó el The Yoga Institute el cual sirvió de modelo a otras organizaciones del rubro. El yoga fomentado por Yogendra resultaba sumamente práctico y adecuado para vida moderna; lo desnudó de las ideas místicas y esotéricas que ordinariamente impartían los yoguis tradicionales. Dejó el yoga de ser una disciplina para unos poco iniciados elegidos por un misterioso maestro iluminado para convertirse en una práctica popular al alcance de cualquier profano. Ese es el yoga que conocemos hoy en día.

Otro importante personaje en la creación del yoga postural fue Krishnamarcharya, al que no es exagerado calificar como el artífice del yoga que se práctica en la mayoría de los gimnasios y estudios de yoga en el mundo contemporáneo. Él fue quien estableció las posturas y rutinas de ejercicios que se practican en la actualidad. Según explicó el propio Krishnamarcharya, el yoga que el desarrolló y que tan popular se hizo en el mundo se fundamentaba en la obra de Patañajli y en el texto del mítico Nathamuni, el “Yogarashasya (El secreto del yoga)”(Muñoz & Martino , 2019, pág. 215). 

Con la internacionalización y popularización del yoga vino también su diversificación; muchos de los neo-yogas resaltan por su originalidad y occidentalización ambos aspectos, cabe mencionar, los han alejado de su fuente india revistiéndoles de un carácter moderno acorde con la mercantilización de lo sagrado tan propia de la post-secularización. Hay por ejemplo un yoga de la risa (muy cuestionado por ser tan poco ortodoxo), otro que fusiona el pilates y el yoga, hay yoga con perro y otro con cabras que se práctica en granjas que resaltan los efectos terapéuticos de practicar el yoga en compañía de estos animales. Incluso existe una variante del yoga que se práctica bebiendo cerveza.

El yoga es un producto cultural neo espiritualista que hoy en día goza de mucha aceptación en el mercado mundial de las religiones. Para algunas es una rutina de ejercicios y de meditaciones que les ayudan a mantener una salud integral; para otros, más adentrados es una disciplina espiritual que bien les sirve a saciar su necesidad de un sentido y práctica religiosa.

 

 

 

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