A mediados de este 2025 se dio a conocer un evento en el mundo del cómic que entusiasmó a la comunidad friki global. Después de décadas, por fin se da un reencuentro de universos: una intersección entre las neomitologías de Marvel y DC Comics.

En la portada, presidiendo esta serie de nuevos crossovers, figuran como personajes protagónicos el “Caballero Oscuro”, el “Hombre Murciélago”, Batman, y el “mercenario bocón” de pijama roja, Deadpool.
En esta pléyade de encuentros entre vigilantes, metahumanos y mutantes de estas dos casas transnacionales del cómic también aparecen Daredevil y Green Arrow, Capitán América y Wonder Woman, los Guardianes de la Galaxia y los Linternas Verdes. Los creativos de ambas editoriales analizaron las compatibilidades entre personajes para entrelazarlos en historias breves pero vibrantes, llenas de acción, humor y drama.

En el primer crossover se enfrentan dos figuras asimétricas, no en habilidades, sino en sus móviles morales, perfiles psicológicos y oficios recurrentes: Batman y Deadpool. El mercenario, dotado de capacidades regenerativas ilimitadas, está de visita —no de placer, sino de trabajo— en Gotham. Irrumpe con toda ilegalidad y espectacularidad en la mansión de Bruce Wayne. El motivo de su allanamiento es interrogar a este multimillonario acerca del paradero de Batman… sin sospechar, ni remotamente, que lo tiene justo enfrente, aunque sin el traje. Bruce, con su característica parquedad, le responde que le resultará difícil dar con él: “Batman se siente cómodo en las sombras; nadie lo encuentra a menos que él quiera”.
El villano que los enfrascará en esta aventura será el Joker, quien amenaza con liberar una tonelada de su patentado gas sobre Gotham. Deadpool, tal como lo intuía el instinto detectivesco de Batman, será la clave para detener al genocida príncipe payaso.

Esta es la historia central del crossover entre Marvel y DC Comics. Las demás también resultan interesantes, y una en particular destaca por su tono inspirador al reflejar los altos ideales que siempre han movido a Wonder Woman y al Capitán América, haciéndolos afines y biográficamente conjugables. En efecto, el crossover de estos dos campeones de la justicia los plantea como compañeros históricos, primero en su combate contra la Alemania nazi y, más tarde, en su reencuentro frente a amenazas de nivel cósmico, como la que representa Galactus, el devorador de planetas.
La más minimalista de todas estas historias entrelazadas es la de Jeff, el tiburón con pies, y Krypto, el perro de la prima de Superman, Supergirl. La trama de estas dos supermascotas no es nada complicada, pero sí muy simpática: ambos se enfrentan en una partida de voleibol.
Otro crossover —que bien pudo merecer el papel central— pone en alianza a dos vigilantes: de parte de Marvel, “el hombre sin miedo”, Daredevil; y de DC Comics, el multimillonario Green Arrow. Ambos unen fuerzas para combatir a la Liga de las Sombras, un clan de ninjas que ha invadido Hell’s Kitchen sin anticipar lo territorial que puede ser su protector, el diablo acróbata y ciego.

El siguiente crossover es breve, pero ingeniosamente chusco: los Guardianes de la Galaxia se entrevistan con los Green Lanterns. En medio de la negociación, Hal Jordan termina prestándole a Rocket su anillo, con todo lo desastroso que esa combinación puede resultar.
Hagan sus apuestas, tribu comiquera: en un enfrentamiento entre Batman y Wolverine, ¿quién saldría vencedor? Preguntémosle al tío Frank Miller para que nos responda con sus guiones, dibujos y tintas.
Finalmente, cierran los crossovers con Lobo fanfarroneando después de darle una paliza, a su sádico estilo, a un marvelita androide mitad Ultrón, mitad Visión.

Esta colaboración entre Marvel y DC Comics quizá pueda derivar, como en antaño, en la creación de un Universo Amalgama, ahora que está tan de moda el multiverso en ambas casas editoriales. El cómic ya se puede adquirir en puntos de venta, publicado por Panini México.