Aunque son pocos los días que estará en cines esta película, es importante hablar de toda la historia de este fenómeno animado que tomó por sorpresa al mundo entero. Y me refiero a fans, creadores, productores y licenciatarios.

La historia de su origen parece de novela. Sony es la creadora de la película, que originalmente iba a estrenarse en cines, pero por culpa de la pandemia se vieron obligados a vender esta animación (junto con otros títulos) a Netflix —así es, la compraron a precio de oferta—, de lo contrario, corrían el riesgo de “enlatarla” y perder la inversión. Finalmente, fue estrenada en esta popular plataforma de streaming, y el resto es historia.
Las guerreras K-pop ha batido récords impresionantes en Netflix y en listas musicales este año. Este fenómeno global se ha convertido en la película más vista en la historia de Netflix, y no solo de animación; incluso ha superado éxitos comoEl juego del calamar o Alerta roja: ha superado los 325 millones de visualizaciones.
De pronto, sin haberlo planeado, Netflix hizo una negociación en tiempo récord con los gigantes de la industria del juguete Mattel y Hasbro para lanzar, a la brevedad posible, muñecas y todo tipo de juegos de mesa, algo que nunca se había visto.
Las guerreras K-pop es una aventura de acción que sigue a un grupo de chicas de fama mundial que viven tratando de equilibrar sus vidas como estrellas de la canción —mientras son el centro de atención de fans y medios— con sus identidades secretas como cazadoras de demonios. Está ambientada en un colorido telón de fondo en el que moda, comida, estilo y música se dan la mano.

La historia, para quienes aún no saben de qué va, se las cuento en pocas palabras:
Hace 400 años, en Corea, los demonios se dedicaban a atacar a los humanos y robar sus almas para alimentar al rey maligno llamado Gwi-Ma, hasta la aparición de un trío de guerreras cuyo poder provenía del canto de sus voces. Ellas derrotaron a los malignos y los encerraron debajo de una barrera llamada Honmoon, para exiliarlos fuera del mundo humano.
Este legado fue heredado de generación en generación por cazadoras de demonios, quienes utilizaron sus voces para mantener la barrera y, algún día, crear la Honmoon dorada, que podría sellar eternamente a los demonios fuera del mundo humano.
La actual generación de cazadoras, compuesta por Rumi, Mira y Zoey, conforma la famosa banda de K-pop Huntrix, que lidera las listas de popularidad y ventas en Corea del Sur. Mira, encargada de la coreografía de cada show, es considerada la “oveja negra” de su familia debido a su carácter rebelde desde niña. Zoey es la rapera y compositora del grupo, criada en Burbank, y Rumi es la vocalista principal, hija de un miembro de la anterior generación de cazadoras.

El grupo es asesorado por Celine, una ex cazadora de demonios que adoptó a Rumi tras el fallecimiento de sus padres. Debido a que el padre de Rumi era un demonio, ella heredó de este sus marcas de identidad, las cuales tuvo que ocultar toda su vida por imposición de Celine.
Después de derrotar a los demonios y finalizar su gira mundial, Huntrix se prepara para lanzar Golden, su nuevo sencillo, con el que las cantantes pretenden contar sus historias. Realizan ensayos hasta que Rumi comienza a perder la voz, y se revela que ella es parte demonio. En el pasado, Celine le dice que, al derrotar a todos los malignos, creará la Honmoon dorada, que sellará la maldad para siempre y podría eliminar sus marcas de identidad maligna.
Mientras tanto, en el reino del mal, Gwi-Ma está furioso por los constantes fracasos de sus lacayos y, para mostrar su enojo, devora delante de sus súbditos a la última enviada que falló en matar a las Huntrix. En medio de su furia, un sirviente llamado Jinu le propone un nuevo plan: formar una banda de malignos disfrazados de jóvenes guapos, cantantes de K-pop, que se llamarán los Saja Boys y que, secretamente, podrán extraer las almas de los fanáticos.

Eventualmente, entre enredos dramáticos y hasta románticos, la trama se encamina a un duelo definitivo entre el bien y el mal.
¿Y vale la pena ver una película que hemos visto decenas de veces en casa? ¡Claro que sí! La alegría colectiva es contagiosa; es una experiencia que difícilmente se repetirá.
Era de esperar que, debido al éxito de Las guerreras K-pop, Netflix decidiera estrenarla en cines. La plataforma, junto a Sony Animation, ha querido extender el fenómeno global de la película con un megaevento que durará solo tres días, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, en todos los complejos cinematográficos del país. Será una experiencia tipo karaoke, sing-along, diseñada para que los fans canten a todo volumen en la sala de cine, celebrando un fenómeno que pocas veces se da entre el cine y la música.
Recomendable para verla en familia y divertirse a lo grande. Y claro que se vale bailar también, ¡nos vemos en el cine!

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