
La madrugada del sábado, mientras la ciudad dormía, el rugido de motores alteró la calma en el cruce de avenida Tonalá y calle Aztlán. No era una carrera legal ni una exhibición autorizada: eran arrancones, prácticas clandestinas que desafían la ley y ponen en riesgo vidas.
Desde la cabina de telecomunicaciones, los reportes comenzaron a llegar: varios vehículos realizaban maniobras de aceleración brusca, compitiendo en plena vía pública. La alerta se activó de inmediato.
En cuestión de minutos, el cruce se convirtió en escenario de un operativo coordinado. Siete unidades de la Policía Vial del Estado de Jalisco, nueve de la Policía Municipal de Tonalá y cinco de la Policía Estatal se desplegaron con precisión. La misión era clara: detener la competencia ilegal y asegurar la zona.
El resultado fue contundente: 15 vehículos fueron asegurados, todos involucrados en los arrancones. Afortunadamente, no se reportaron personas lesionadas, pero el riesgo latente era evidente.
Estas prácticas están prohibidas por la Ley de Movilidad, Seguridad Vial y Transporte del Estado de Jalisco, que regula el uso responsable de las vías y sanciona conductas que atentan contra la seguridad de quienes transitan por ellas.
Los vehículos retenidos quedaron bajo custodia para los trámites correspondientes, y será la autoridad competente quien determine las sanciones aplicables.
Este operativo no solo frenó una noche de velocidad ilegal, sino que reafirmó el compromiso de las autoridades estatales y municipales por preservar el orden vial, proteger la integridad de las personas y garantizar que las calles sean espacios seguros para todos.