
Un camión refresquero cayó en un socavón en colonia Renovación, en la alcaldía Iztapalapa, afortunadamente no se reportaron personas lesionadas. Solo la cabina del camión se salvó de quedar dentro de la oquedad.
De acuerdo con las autoridades locales, el socavón tiene 8 metros de profundidad, 12 metros de longitud y 7 metros de ancho, dimensiones que representan un riesgo para la circulación y para las viviendas cercanas.
De acuerdo con los primeros reportes, el hundimiento se originó por la ruptura de un colector de 2.44 metros de diámetro, lo que provocó el colapso del pavimento, al momento de que el camión transitaba por la vialidad.
La alcaldesa de la demarcación, Aleida Alavez, y los cuerpos de emergencia, acudieron al lugar a coordinar acciones para protección vecinal en el lugar del incidente.
Se registran más de 160 socavones en este año
Hasta el corte del 31 de agosto, la Secretaría de Gestión Integral del Agua había registrado 164 socavones en lo que va de este 2025, lo que representa 26% más que en todo el año pasado, cuando la cifra fue de 130. De estos 164, se han presentado 121 en vialidades secundarias y 43 en la red vial primaria.
Aunque muchos de los socavones se atribuyen a las lluvias, investigadores de la UNAM han señalado que el origen de la mayoría son las miles de fugas que se presentan en las redes de agua y drenaje que erosionan el subsuelo, arrastran materiales finos y con el tiempo, se generan los colapsos y hundimientos.
Recientemente la diputada local panista, Liz Salgado, llamó a implementar un programa de detección y atención a socavones, que han sido una problemática reciente para la capital y representan un riesgo para la seguridad e integridad de los ciudadanos.
Además, alertó que faltan algunos meses para que termine la temporada de lluvias, por lo que podrían sumarse entre 30 y 50 socavones a esta estadística.
“No se trata sólo de estadísticas, dado que este problema tiene un lado humano y económico que no podemos obviar. Desde 2019 hasta la fecha se han registrado 767 socavones, un problema que más allá del caos vial, representa un gran riesgo geológico y un costo de al menos 100 millones de pesos, según datos de la Secretaría de Gestión Integral del Agua de la CDMX”.