
El Segundo Simulacro Nacional, realizado este 19 de septiembre, dejó en claro que México ha avanzado en su preparación frente a emergencias sísmicas, pero también que la cultura de la prevención sigue siendo un reto permanente. En entrevista, Salvador Guerrero Chiprés, coordinador general del C5, destacó que el ejercicio alcanzó cifras récord en participación ciudadana y en la eficiencia de los sistemas de alerta, consolidando a la capital como referente en materia de protección civil.
Guerrero Chiprés subrayó que la diferencia entre un fenómeno natural y un desastre social depende de la preparación institucional y ciudadana.
“En ausencia de una política pública de protección civil, una catástrofe natural se convierte en un desastre social. Hoy, a diferencia de 1985, contamos con herramientas, protocolos y una cultura de prevención que han reducido riesgos”, señaló.
El funcionario recordó que tanto el sismo de 1985 como el de 2017 marcaron un antes y un después en la manera en que México responde a emergencias. La solidaridad ciudadana, sumada a la creación de estructuras institucionales como el C5, han permitido fortalecer un sistema de prevención que hoy es referente en América Latina.
Un récord en altavoces y participación
Durante el simulacro se alcanzó el 99.06% de eficiencia en el funcionamiento de los altavoces, lo que representa un nivel por encima de los estándares internacionales de notificación masiva, según la National Fire Alarm and Signaling Code (NFPA 72).
Además, más de 26 mil inmuebles privados y públicos participaron en la jornada, lo que reflejó —en palabras de Guerrero Chiprés— “una mayor conciencia ciudadana y disposición a sumarse a los protocolos de protección civil”.

El papel del C5 en la respuesta a emergencias
El coordinador explicó que el C5 funge como la sala de crisis donde se concentran autoridades de los tres niveles de gobierno, cuerpos de seguridad y servicios de emergencia. Desde ahí se monitorean más de 83 mil cámaras de videovigilancia, se reciben reportes en múltiples líneas de atención (incluyendo el 911, Locatel y líneas de emergencia especializadas), y se coordina la respuesta en tiempo real ante cualquier eventualidad.
“El C5 está en el corazón del sistema de protección civil, no solo de la capital, sino del país”, enfatizó Guerrero Chiprés.
El sistema de alerta sísmica no depende de una sola vía. Además de los altavoces, el Cell Broadcast —que en este simulacro notificó a 80 millones de personas en todo el país— y las aplicaciones móviles han fortalecido la redundancia en la difusión de mensajes de emergencia.
Respecto al futuro, Guerrero Chiprés explicó que la integración de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial en la detección temprana de sismos es un campo en desarrollo. Aunque aún no existen innovaciones “revolucionarias”, diversos países exploran cómo estas herramientas podrían mejorar la anticipación y precisión en la respuesta a desastres.
Un mensaje a la ciudadanía
El funcionario hizo un llamado a la población a mantener el compromiso con la cultura de la prevención:
“En la medida en que la ciudadanía toma en sus manos, con seriedad y compromiso, la seguridad de sus familias y colabora con el ejercicio institucional, disminuyen los riesgos de que un fenómeno natural se convierta en un desastre”.
Finalmente, recordó que el próximo año se realizarán tres simulacros nacionales, con el objetivo de seguir fortaleciendo la preparación de autoridades, escuelas, empresas y ciudadanía en general.