
Un juez de control impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa a Lex Ashton “N”, sujeto que asesinó a Jesús, alumno de 16 años de edad, en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel sur, el pasado 22 de septiembre.
Este sujeto de 19 años fue imputado por el delito de homicidio calificado y tentativa de homicidio, ya que lesionó a un trabajador de la escuela que intentó detenerlo el día de los hechos.
La defensa del imputado solicitó la ampliación del plazo constitucional — permite a la defensa preparar una mejor estrategia, presentar pruebas, negociar una solución alterna — para que le sea definida su situación jurídica, por lo que será el 16 de octubre cuando el impartidor de justicia defina si lo vincula o no a proceso.
La noche del 10 de octubre, agentes de la Policía de Investigación cumplimentaron una orden de aprehensión contra Lex Ashton “N”. Tras 18 días en el Hospital General Regional número 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dada la operación de cabeza a la que fue sometido por arrojarse de un edificio luego del ataque que cometió, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) trasladó al criminal al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en la alcaldía Iztapalapa.
Bajo la lluvia, Lex Ashton, que vestía una sudadera de color gris y cubrebocas, fue notificado por la agente de la Policía de su detención, emitida por el juez de control del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, adscrito a la Unidad de Gestión Judicial número 12.
David Retes, abogado de Lex Ashton, declaró que el joven no recuerda el crimen que cometió, ya que estaba en estado psicótico, dado un padecimiento médico diagnosticado desde la infancia y que por falta de recursos económicos no fue tratado; con todo, subrayó que su cliente no es un delincuente y que las redes sociales impulsaron a este sujeto a cometer el crimen.
Detalló que existen datos de prueba emitidos por un psiquiatra y neurocirujano que confirman que el imputado padece una enfermedad mental.
“Se encontraba en un estado inconveniente fuera de la realidad. Él tiene un trastorno psicótico con riesgo vital, implica la pérdida de un contacto con la realidad, es manifestada por alucinaciones o algún delirio y que presenta un peligro inminente para sí mismo o para la sociedad. Requiere un ingreso a un médico urgente en el área psicológico y psiquiátrico”.
“Él no es un delincuente, como una persona en otros casos, se trata de un conjunto de aspectos, su tratamiento que trae genética y se suman las redes sociales, que influyeron en este, le dijeron cómo cometer el delito, llegó un momento en que se juntaron los factores exógenos y endógenos, que lo presionan a que cometa algo que no es en sí como persona”.
“No recuerda nada, lo último que recuerda es cuando llegó en el Uber. De acuerdo a lo que dicen las notas médicas, está en un estado psicótico, fuera de la realidad, en un estado inconveniente no por sustancias tóxicas, sino porque es un padecimiento que tiene desde muchos años, al parecer desde la secundaria, que si bien fue tratado en el área de psicología, no fue tratado adecuadamente y por falta de presupuesto no siguió esta terapia”, declaró la defensa.
Contrario a lo afirmado por Retes, una vez que Ashton ingresó al hospital, expuso que su inspiración para ejecutar el asesinato fueron las situaciones ocurridas en escuelas de Estados Unidos, por lo que en el CCH planeaba “chingarse” a seis personas, sin embargo, dijo, sólo pudo asesinar a uno, ya que “otro pendejo” lo agarró. Adicionalmente, en las notas médicas se niega que Lex sufra psicosis.
Asimismo, el dictamen refiere que la conciencia del sujeto es clara, orientado globalmente y que comprende adecuadamente lo que se le cuestiona. “Su discurso es coherente, congruente, pero ilógico, su pensamiento sigue línea directriz y llega a metas. En este momento no encuentro psicosis, no hay ideas delirantes, no hay alteraciones sensoperceptuales, tampoco encuentro ideas suicidas”.