Metrópoli

La obra promete seguridad y áreas verdes, pero también genera dudas sobre su impacto real en la movilidad

Avanzan obras de Calzada Flotante de Tlalpan entre obras, tráfico y opiniones divididas

La obra promete seguridad y áreas verdes, pero también genera dudas sobre su impacto real en la movilidad

El proyecto de la Calzada Flotante de Tlalpan avanza entre maquinaria, cierres parciales y opiniones divididas. Mientras algunos vecinos celebran que por fin se construya un corredor seguro para peatones y ciclistas, otros cuestionan la utilidad y el costo de una obra que, aseguran, no resolverá los problemas de movilidad ni el tráfico de la zona. La discusión ciudadana acompaña cada metro que se levanta sobre una de las avenidas más transitadas de la capital.

Un paseo urbano elevado recorre la imaginación de la Ciudad de México. El proyecto de la Calzada Flotante de Tlalpan —también llamado parque elevado— plantea un corredor peatonal de casi 2 km sobre la Línea 2 del Metro, desde la Plaza Pino Suárez hasta la estación Chabacano. Las autoridades destacan que esta nueva vialidad peatonal, con bancas, jardineras, áreas de exposiciones y vegetación, busca mejorar la movilidad y la seguridad de los transeúntes, especialmente mujeres y ciclistas. Como parte del modelo “Caminos de Mujeres Libres y Seguras”, se promete un corredor moderno, iluminado y seguro que recupere espacios verdes y transforme el entorno urbano.

La obra promete seguridad y áreas verdes, pero también genera dudas sobre su impacto real en la movilidad

El proyecto, a cargo de la Secretaría de Obras de la Ciudad de México, consiste en construir un parque peatonal elevado sobre la Calzada de Tlalpan, paralelo a la ruta del Metro Línea 2. En los diseños oficiales se aprecia una pasarela con zonas techadas para exposiciones culturales, además de áreas verdes y mobiliario urbano. Según el gobierno capitalino, esta transformación urbana también contempla la rehabilitación de áreas verdes y pasos peatonales a lo largo de la vialidad. El recorrido principal, de más de 1.8 kilómetros, busca conectar la zona histórica del Centro con el sur de la ciudad en vistas al Mundial de Futbol 2026. En paralelo, avanza la ciclovía “La Gran Tenochtitlán”, prevista para estrenarse en mayo del próximo año.

Contratos y licitaciones del proyecto

El arranque de la Calzada Flotante siguió un proceso formal de contratación pública. En julio de 2025 la Sobse abrió dos licitaciones nacionales: una para el diseño del proyecto ejecutivo y otra para la supervisión técnica de la obra. En los pliegos oficiales se exigía que las empresas interesadas acreditaran experiencia y solvencia económica. El monto mínimo para la supervisión se fijó en más de 29 millones de pesos, y para el diseño, en 659 millones. Los resultados de los concursos se dieron a conocer el 15 de agosto, con plazos de ejecución de entre 276 y 306 días naturales.

Con base en las licitaciones, el costo estimado de la obra vial fue de poco más de 659 millones de pesos, más otros 29 millones para la supervisión. Para hacer posible la construcción, el gobierno capitalino también contrató a empresas de ingeniería para realizar estudios geotécnicos hasta 33 metros de profundidad. Esos estudios definieron el tipo de cimentación y ubicación de las columnas del viaducto peatonal. Para finales de agosto ya se habían adjudicado los contratos y comenzaban los trabajos preliminares en la vía.

La obra promete seguridad y áreas verdes, pero también genera dudas sobre su impacto real en la movilidad

Obra en marcha: avances a octubre de 2025

A mediados de agosto comenzaron oficialmente los trabajos de construcción. Desde entonces se confinó el carril izquierdo de la Calzada de Tlalpan para permitir la colocación de pilotes y cimentaciones. La maquinaria especializada ya trabaja en el retiro de concreto, excavaciones y perforaciones profundas en la zona que va desde Pino Suárez hasta Chabacano. Según las autoridades, los avances se están cumpliendo conforme al cronograma.

Para el 23 de octubre, se reporta un avance cercano al 40% en la rehabilitación de pasos peatonales a desnivel, que conectarán el parque elevado con las banquetas y banquetones de la vialidad. También se han comenzado a instalar luminarias en el corredor, como parte de un programa integral de iluminación que cubrirá hasta Periférico. Las autoridades afirman que la obra civil avanza en tiempo y forma, y que no se han registrado contratiempos relevantes hasta el momento.

La construcción, sin embargo, ocurre en una zona altamente transitada. El cierre parcial de carriles ha intensificado el tráfico en la avenida, que ya era conocido por su congestionamiento. A pesar de ello, el gobierno capitalino insiste en que el resultado valdrá la pena, al ofrecer un nuevo espacio verde y seguro para peatones, con beneficios culturales y de convivencia urbana.

Críticas y expectativas

La obra ha generado opiniones encontradas en la comunidad. Algunos vecinos rechazan el proyecto, alegando que un segundo nivel peatonal no resolverá los problemas de movilidad y podría empeorar la situación urbana. Alma Sanabria, ama de casa de 65 años que vive a tres cuadras del lugar, comenta: “Esto no reduce el tráfico, sólo quita espacio en la avenida. Queremos banquetas mejores e iluminación, no algo elevado que parece un puente fantasma”. Ella considera que los recursos públicos se deberían destinar a mejoras a nivel de calle y al transporte público.

Otro residente, Jorge Hernández, de 67 años, comparte la preocupación pero con un tono más moderado. “Debajo de este corredor elevado, ¿qué vamos a tener? Ni tiendas ni vigilancia, posiblemente inseguridad. Mejoren los transbordos o el Metro antes que esto”. Él teme que el espacio bajo el viaducto pueda volverse oscuro o inseguro si no se mantiene adecuadamente.

Por otro lado, hay también opiniones positivas. Una profesora de secundaria ve con buenos ojos el proyecto. “Yo aplaudo que hagan algo por los peatones. Ahora cruzar Tlalpan es difícil y riesgoso. Con este paseo elevado podré caminar a la escuela de mis hijos sin esquivar coches. Además, una pista para bicis bien iluminada vendría muy bien”. La vecina considera que esta intervención puede mejorar la calidad del entorno urbano si se ejecuta con cuidado y con verdadera vocación social.

En una posición intermedia, Luis, estudiante de 30 años y ciclista habitual, opina: “Claro que ahora causa molestias, pero la zona de Tlalpan estaba muy abandonada. Si de verdad ponen bancos, jardineras y rampas cuidadas, será un espacio más agradable al caminar”. Él reconoce que el cierre de carriles genera tráfico, pero tiene esperanza en que la infraestructura final brinde un cambio positivo para la ciudad.

Actualmente continúan avanzando los trabajos de perforación, rampas y columnas. Para el gobierno capitalino, la Calzada Flotante representa un modelo de ciudad más amigable con el peatón, el ciclista y la convivencia social. Pero para muchos habitantes, sigue siendo una obra innecesaria, costosa y que no ataca de raíz los verdaderos problemas de movilidad de la zona.

Tendencias