
Un juez vinculó a proceso en libertad a dos de los jóvenes detenidos durante la marcha de la Generación Z, movimiento en el que aparentemente agredieron físicamente a policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Se trata de Daniel David Rocha González, de 20 años de edad y José Luis Matus Altamirano de 22 y Enrique Sosa, imputados por el delito de lesiones dolosas en contra de dos elementos policiacos.
Estos hombres podrán continuar su proceso en libertad, bajo la medida cautelar de firma periódica cada 15 días, con la condición de no acercarse a las víctimas ni comunicarse con ellas.
Los cinco imputados restantes, Sergio Velasco Rodríguez, Bryan Mario Mora, Bryan Olivares, José Enrique Arriendos y Eduardo Carrión, solicitaron duplicidad del término constitucional, es decir una ampliación de 72 a 144 horas para preparar mejor la defensa, explorar soluciones alternas o reunir pruebas favorables al imputado.
Estos sujetos continuarán bajo la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, dado que representan un riesgo para las víctimas y para la sociedad.
Para la autoridad judicial fue suficiente el testimonio de los policías que presuntamente sufrieron la agresión para determinar que existen elementos suficientes para continuar la investigación en contra de Daniel David y José Luis.
Uno de los agentes refirió que sufrió una fractura en un tobillo, lesiones terceras que tardan más de 60 días en sanar; mientras que el otro presenta lesiones en la nariz, heridas que se calcula una recuperación de 15 días.
Jose Antonio Ruiz, abogado de Daniel David Rocha, refirió que todos los imputados en esta audiencia están lesionados, sin embargo, prefirió no pronunciarse si dichas heridas fueron ocasionadas al momento de la detención o propiciadas de manera dolosa por los policías.
Incluso, para uno de los imputados, Eduardo Carrión, el juez exigió que se realice el Protocolo de Estambul para verificar si existió tortura durante su aprehensión.
Previo a la audiencia, la SSC desplegó un fuerte operativo al exterior de los juzgados del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, con más de 50 elementos del grupo Zorros y 20 patrullas que resguardaban el acceso.
Familiares denuncian fabricación de culpables
Al exterior de los juzgados existía preocupación, el sentimiento de desolación abundaba. Los familiares de los imputados acusan que algunos no se encontraban en el lugar de los hechos el pasado 15 de noviembre y se trata de presos políticos para desviar la atención ante los reclamos hacia el Gobierno de la Cuarta Transformación.
La madre de uno de ellos, Bryan de 19 años, relató a Crónica que su hijo no asistió a la marcha ni integraba ningún contingente, simplemente se encontraba en el lugar y momento equivocado.
Relató que la tarde del sábado, mientras laboraba como repartidor de aplicación en motocicleta, se encontraba en calles del Centro Histórico, cuando decidió detenerse a comprar alimentos.
Platicó que Bryan dejó su vehículo en un estacionamiento y cuando observó el tumulto de los ciudadanos que marchaban, se acercó únicamente a observar. En ese momento llamó a su madre, quien le advirtió que se alejara para que no fuera víctima de golpes dada la euforia en la manifestación.
Según su mamá, cuando detonaron las agresiones y el uso excesivo de la fuerza policial, los agentes tomaron a Bryan e incluso persiguieron a otras personas que se encontraban dentro de tiendas departamentales para aprehenderlos.
Previamente, afirman, Bryan envió su ubicación geográfica a su hermana, por lo que pudieron localizar el vehículo, no obstante, no podían localizar al joven.
Siguió que cuando acudieron al Ministerio Público de Cuauhtémoc 1 a buscarlo, Bryan estaba golpeado y no se le dio la oportunidad de comunicarse con su familia, sumado a que el Ministerio Público no detalló los motivos de la detención ni externó los elementos en flagrancia que determinaran su responsabilidad en la agresión a policías.
Las acusaciones por abuso de autoridad y detenciones aparentemente fabricadas continuaron. La prima de Eduardo Josafat, un joven estudiante de diseño gráfico que asistió a la marcha de manera pacífica, argumentó que ese día su familiar se manifestó junto a un colectivo proveniente de Uruapan, Michoacán, que protestaba por el asesinato del alcalde Carlos Manzo.
Cuando fue trasladado de la Fiscalía de Cuauhtémoc - 1, en un video viral se observa al joven con el rostro desencajado, lloraba, externaba miedo y se cubría el hombro de otro detenido.
“Los acorralaron en la plancha del Zócalo, los policías aventaron gas y había una niña de entre 10 y 12 años. Los policías se aventaron a la niña y mi primo la cubrió; los cinco (policías) le arrebataron a la niña y 40 elementos los golpearon. Lo robaron y le pegaron, lo detuvieron, tiene la cabeza abierta, trae todo el cuerpo morado”.
“Pasamos toda la noche buscándolo, nadie nos decía nada, lo localizamos porque lo difundimos en redes y alguien nos contactó para decirnos que el nombre de mi primo estaba en la lista de los detenidos”.
“Cuando mi tía lo vio le permitieron tener contacto físico, lo abrazó y salió llena de sangre. Entré a verlo, se levantó la playera y estaba llena de sangre. El médico legista dijo que estaba bien, sólo le dieron paracetamol”, denunció.