
En un nuevo acto de provocación imperial, Vladímir Putin afirmó este viernes que “toda Ucrania es nuestra” y deslizó sin ambigüedad la posibilidad de una escalada que, en sus palabras, podría desembocar en una tercera guerra mundial.
Ante un auditorio cuidadosamente seleccionado en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el líder del Kremlin no solo reafirmó su visión histórica de que rusos y ucranianos son “el mismo pueblo”, sino que dejó claro que no descarta continuar su avance militar hacia la región de Sumi, al norte de Ucrania.
“Ya lo he dicho muchas veces: considero que los pueblos ruso y ucraniano son el mismo pueblo. En ese sentido, toda Ucrania es nuestra”, declaró en directo por la televisión estatal. Y remató la frase con una máxima de conquista: “Allí donde pisa la bota de un soldado ruso, es nuestro”.
Mientras las fuerzas rusas consolidan una franja de ocupación de hasta 12 kilómetros en la frontera con Sumi, Putin lanzó un mensaje ambiguo que oscila entre la negación táctica y la amenaza implícita: “No tenemos como objetivo conquistar Sumi… pero no lo descarto”.
Tercera Guerra Mundial
Lejos de un líder dispuesto a desescalar, Putin volvió a disfrazar de “propuesta de paz” lo que son, en realidad, condiciones de rendición. Según él, fue Kiev quien rechazó en varias ocasiones su oferta de detener la guerra, sin mencionar que esas “condiciones” se endurecen a medida que Rusia avanza militarmente.
En paralelo, el mandatario ruso dejó caer su mayor advertencia hasta la fecha: la posibilidad real de una Tercera Guerra Mundial.
“Me preocupa. Lo digo sin ironía ni bromas”, declaró. “El potencial de conflicto está creciendo: lo que ocurre en Ucrania, en Oriente Medio y en torno a las instalaciones nucleares de Irán”.
Putin afirmó que estas tensiones globales exigen “soluciones pacíficas”, una afirmación que contrasta grotescamente con sus operaciones militares activas en Ucrania y su retórica expansionista. Porque, en sus propias palabras, Rusia ya está en guerra con “quienes consideramos enemigos de las ideas que defendemos”.
Irán: ¿Qué más hacer?
En referencia al creciente conflicto en torno a Irán, Putin aseguró que Moscú “cumple todos sus compromisos” con Teherán, pero descartó una implicación militar directa en una eventual guerra con Israel y EU. Defendió el derecho de Irán a un programa nuclear “pacífico” y arremetió contra quienes dentro y fuera de Rusia le reclaman una mayor implicación.
“¿Qué más hacer? ¿Iniciar operaciones militares? ¿O qué?”, preguntó, sugiriendo que las prioridades de Moscú siguen centradas en su propia guerra y no en la de sus aliados.
La frase no es menor. El Kremlin parece admitir que ya tiene demasiados frentes abiertos como para embarcarse en otro, pero tampoco está dispuesto a frenar su ofensiva ideológica y militar contra el orden global encabezado por Occidente.